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El origen de las doce tribus de Israel se remonta a Abraham. Abraham engendró a Isaac, quien engendró a Jacob. Este último tuvo doce hijos y una hija llamada Dina. Al final de su vida, Jacob, cuyo nombre Dios cambió a Israel (Gn. 35:10), dio un discurso de despedida en el cual nombró oficialmente las doce tribus de Israel (Gn. 49:1-27). Ese momento quedó registrado con estas palabras:

“Todas estas son las doce tribus de Israel, y esto es lo que les dijo su padre cuando los bendijo. A cada uno lo bendijo con la bendición que le correspondía”, Génesis 49:28.

Las doce tribus establecidas por Israel

En Génesis 49, Israel establece las doce tribus por los nombres de sus doce hijos: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Zabulón, Isacar, Dan, Gad, Aser, Neftalí, José, y Benjamín. Aunque Judá no es el primogénito, la línea mesiánica vino a través de él y su padre Israel lo bendijo como tal en los verso 8-12.

Esta lista tuvo un ligero cambio cuando Josué distribuyó las tierras en Canaán.

Las doce tribus ubicadas geográficamente en Canaán

En los capítulos 14-19 de Josué, queda registrada la distribución de las tribus, pero en los mapas de Canaán no figuran las tribus de Leví y José, por dos razones:

1) La tribu de Leví no recibió tierra por prescripción divina, pero fue distribuida entre las tribus de Israel para que sirviera al Señor (Jos. 13:14).

2) La tribu de José no figura en el mapa de Canaán porque la sustituyen y conforman sus dos hijos: Efraín y Manasés, debido a que recibieron la bendición de Israel, su abuelo (Gn. 48:20). El redactor del libro de Josué las llama media tribu, así que ambas conforman una sola tribu (Jos. 1:12).

Lista final de las doce tribus de Israel

Por lo tanto, los nombres que debes tener presente de las doce tribus de Israel son los siguientes:

Rubén, Simeón, Leví, Judá, Zabulón, Isacar, Dan, Gad, Aser, Neftalí, Benjamín, y las medias tribus de Manasés y Efraín.

Quizá las porciones menos leídas de la Biblia son las genealogías. Sin embargo, tienen un gran valor para entender la historia bíblica, ya que Dios tenía el propósito de registrar en las Escrituras de dónde vendría el Mesías, nuestro Salvador. Es por eso que el Evangelio según Mateo inicia con una genealogía que menciona a Judá –la tribu de la línea mesiánica–, que cumpliría su propósito con la llegada de Cristo al mundo (Mt. 1:1-3).

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