×

En los últimos años, un importante sector de la iglesia cristiana ha visto el aumento de un tipo de líderes llamados “los apóstoles”. Hoy en día el termino “apóstol” es usado con frecuencia y aceptado entre el pueblo cristiano, aunque no siempre se entiende la naturaleza o el significado del mismo.

De acuerdo con algunos líderes, esta proliferación es producto de la llamada Nueva Reforma Apostólica o Segunda Era Apostólica (La primera, comprendida entre los Evangelios y el libro de los Hechos). En este mismo sentido, la expresión “Movimiento Apostólico y profético” encuentra cabida en el vocabulario Evangélico.

Por eso, hoy más que nunca se hace indispensable una consideración bíblica acerca del apostolado. En esta tarea, evaluaremos varios aspectos, como la naturaleza y vigencia del oficio apostólico, así como los requisitos y las características de un apóstol de Jesucristo.

A manera de introducción debemos decir que el conocido escritor y pastor Peter Wagner fue el primero en acuñar el termino “Nueva Reforma Apostólica”.  En una entrevista para una importante revista cristiana, Wagner también dijo que la Segunda Era Apostólica había sido restaurada recientemente:

“Personalmente, calculo que la Segunda Era Apostólica comenzó el año 2001” * (revista Charisma 06/24/2014).

Aunque Wagner afirma que los apóstoles han tomado el lugar que les corresponde como líderes dentro de la iglesia, todavía no ha dado una explicación para justificar la fecha propuesta.

Pero ¿qué dice la biblia acerca del oficio apostólico?

Primeramente debemos establecer que la palabra griega “apostelló” de donde viene nuestra palabra apóstol, quiere decir “enviar” o “enviado” y su uso es diverso en el Nuevo Testamento. Por ejemplo cuando la biblia traduce la palabra “mensajero” en 2 Corintios 8:23, el original usa la palabra “apostolos”. De otro lado algunos discípulos también fueron llamados apóstoles, en el sentido que fueron enviados, como Andrónico y Junias en Romanos 16, y  Bernabé, el compañero de Pablo en Hechos 14:14. Pero ninguno de ellos, fueron considerados apóstoles de Jesucristo, como Pedro, Juan y Pablo, porque estos últimos eran comisionados directamente por el Señor (Hechos 1:24 & Gálatas 1:1).

Ahora bien, el oficio apostólico fue un don que el Señor le otorgó a su iglesia. Mejor dicho, los apóstoles fueron como una gracia concedida por Dios para la edificación de su pueblo. El apóstol Pablo decía al respecto:

“Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres…Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros” (Efesios 4:7-11)

En este sentido, debemos estar agradecidos por la tarea que cumplieron estos hombres de Dios, sobretodo cuando consideramos el contexto en el que vivieron. Los apóstoles de Cristo fueron llamados para una tarea difícil en un momento difícil. La persecución a la que fueron sometidos y la resistencia que experimentaron, le añaden gran valor a su ministerio.

Por otra parte, el oficio de un apóstol tenía un carácter fundacional, porque ellos fueron instrumento para echar los cimientos de la iglesia cristiana. En la misma epístola, el apóstol Pablo decía que los miembros de la familia de Dios estaban: “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2: 20).

Esto quiere decir que los apóstoles establecieron el fundamento de la iglesia, que es Cristo. Es importante esta distinción, porque es nuestro Señor Jesucristo y no los apóstoles, el fundamento de la iglesia (1 Corintios 3:11).  Entonces ¿en qué sentido somos edificados sobre el fundamento de los apóstoles”? O ¿qué es el fundamento de los apóstoles?

El fundamento hace referencia a dos aspectos. Uno de ellos a su tarea evangelizadora para la fundación o fortalecimiento de las iglesias ya formadas (Hechos 8:14; 13:3). Y la segunda es a las enseñanzas que los apóstoles nos dejaron en los escritos del Nuevo Testamento. Lucas nos dice que los creyentes de la iglesia primitiva “…perseveraban en la doctrina de los apóstoles” (Hechos 2:43). Queriendo decir que ellos pusieron el fundamento de la iglesia en las enseñanzas que transmitían acerca de la persona, vida y ministerio de nuestro Señor Jesucristo. En una oportunidad Pablo reclama su autoridad apostólica para escribir departe de Dios diciendo: “Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor” (1 Corintios 14:37).

Los apóstoles fueron autorizados e inspirados por el Espíritu Santo para escribir las Epístolas del Nuevo Testamento. Estas cartas contenían las verdades del Evangelio que luego circularon por toda Asia, Europa y el mundo entero.

Por lo tanto, a manera de resumen, debemos afirmar en armonía a las Escrituras, que el oficio apostólico fue un don que el Señor le concedió a la iglesia para establecer sus fundamentos.  Estos hombres fueron un “regalo” de Dios y sus enseñanzas quedaron establecidas para la edificación de los creyentes de todas las épocas.

Damos gracias a Dios, no solo por el ministerio de estos hombres, sino también por la pasión con la que sirvieron por la causa del Evangelio. Un ejemplo que todos los creyentes debemos imitar.

-Continuará.

CARGAR MÁS
Cargando