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Hace unas semanas hablé un poco sobre el mandato cultural y de por qué cada cristiano tiene un llamado a glorificar a Dios a través de su vocación. El mandato cultural nos manda a cultivar el jardín que Dios creó. Trabajamos con excelencia para servir a nuestro prójimo y honrar al Señor. Dicho de otra manera, cada cristiano tiene un rol creativo en este mundo y lo que producimos forma la cultura a nuestro alrededor.

Los cristianos siempre han participado en este llamado, pero no siempre de la mejor manera. En su libro Culture Making, Andy Crouch detalla cuatro posturas incorrectas que los cristianos han adoptado hacia la cultura a través de los años.

1. Condenar

Cuando era pequeño coleccionaba los tazos que venían dentro las bolsas de Doritos, Lays, y otras frituras. Estos tazos tenían personajes de mis caricaturas favoritas de los noventas. Te imaginas entonces mi tristeza cuando llegué a la casa una tarde después del colegio a descubrir que mi santa madre había tirado todos mis tazos a la basura. La quiero mucho, pero en ese momento sentí que había perdido algo irremplazable. Años después escuché las historias de amigos que pasaron por situaciones similares. Sin embargo, algunos “sufrieron” por razones diferentes, por razones religiosas. A mi mamá simplemente no le gustaban las caricaturas que veía, pero aparentemente había otras mamás que hasta quemaban los cassettes, las camisas, y los juguetes de sus hijos porque creían que todo lo “del mundo” era malo y al deshacerse de estos objetos evitaban el pecado.

Dentro de la iglesia, han habido generaciones de cristianos cuya interacción con la cultura ha sido mayormente condenarla. Estos son los cristianos que son conocidos por las cosas en que están en contra, no a favor. Algunos los conocen como “fundamentalistas” y prefieren condenar la cultura, que aportar algo a ella. Esto usualmente termina en una iglesia que se cree mejor que el mundo, no por los méritos de Cristo, sino por su adherencia rígida y estricta a sus propias leyes.

2. Criticar

Las generaciones que siguieron reconocieron que simplemente condenar al mundo no era suficiente para tener una presencia legítima en él y no presentaba muchas oportunidades para ser una luz. El próximo paso para muchos cristianos entonces fue mover de la condenación a la crítica. La cultura y cosmovisión era relevante e importante para el cristiano y su deber era criticar al mundo desde una postura bíblica. Posiblemente uno de los teólogos más conocidos de este pensar fue Francis Schaeffer, quien aportó mucho al mundo de las artes y la apologética.

Este fue un gran paso adelante, sin embargo, una postura de critica solamente no es suficiente. La crítica muchas veces solamente es condenación envuelta en palabras elocuentes, y aunque es bueno examinar la cultura con lentes bíblicos, si no presentamos una mejor alternativa creativa, ¿de qué sirve nuestra crítica?

…aunque es bueno examinar la cultura con lentes bíblicos, si no presentamos una mejor alternativa creativa, ¿de qué sirve nuestra crítica?

3. Copiar

¿Alguna vez has entrado a una librería cristiana y visto una taza, calcomanía, o camiseta con una imagen de la cultura popular pero con un mensaje cristiano? El famoso logo de Coca-Cola, pero dice “Jesucristo”. La manzanita de Apple pero en lugar de promocionar el iPod, dice “iPoder con Jesús”. ¿Qué tal de los artistas cristianos que copian las canciones seculares pero les cambian las letras por líricas cristianas?

Lamentablemente, otra generación de cristianos ha tomado su llamado creativo en una dirección totalmente nueva, copiando lo que el mundo hace, secuestrando sus obras creativas e imponiendo un mensaje cristiano sobre ellas. Este tipo de creatividad es problemática por al menos dos razones. Primero, porque asume que lo único que importa es el mensaje, no el medio. Piensa que podemos copiar cualquier cosa que hace el mundo, siempre y cuando el mensaje sea cristiano. En realidad, el medio importa también y el cristiano no impacta con versiones cristianas de imágenes y canciones seculares. Impacta con obras originales y excelentes que glorifican al Señor.

…si solo copiamos la cultura siempre estaremos un paso detrás de la verdadera creatividad…

Y segundo, es problemática porque si solo copiamos la cultura siempre estaremos un paso detrás de la verdadera creatividad, esperando que alguien haga algo nuevo solo para poder secuestrarlo con nuestro propio significado.

4. Consumir

La última manera incorrecta de interactuar con la cultura en realidad es la manera que menos interacción y esfuerzo requiere: consumir. Muchos cristianos consumen la cultura que les rodea sin consideración por lo que realmente nutre su alma. Todos hemos pasado por esa etapa en la que decimos “No le pongo atención a la letra. Solo me gusta la música” para justificar la música que nos gusta consumir. De la misma manera, muchos cristianos se han desensibilizado al mundo, consumiendo mensajes y productos culturales (sea música, libros, películas, y hasta caricaturas) sin pensar en cómo afecta sus almas.

Gestos y posturas

El problema principal con estas cuatro maneras de interactuar con la cultura es que son reactivas. Esperan que el mundo tome la iniciativa creativa para hacer algo del mundo, y luego reacciona a lo que el mundo hace con la respuesta o la versión cristiana de la misma. Entonces si el mundo crea una película de superhéroes, los cristianos piensan que deben recordarle a todos que Jesús fue el primer y verdadero superhéroe que salvó al mundo.

Si el mundo crea el reguetón, entonces los cristianos sacan versiones cristianas de las mismas canciones. Si solo reaccionamos al mundo, nunca estamos siendo verdaderamente creativos, solo estamos reaccionado a la creatividad de otros.

Cabe decir que hay momentos en que los cristianos deben condenar, criticar, y consumir la cultura. Y sí, en un sentido cada artista aprende de y copia a otros artistas. Estas no son maneras incorrectas de interactuar con la cultura en sí mismas, sin embargo, no deben convertirse en posturas rígidas. Crouch diferencia entre los dos como “gestos” que podemos hacer y “posturas” que podemos tomar:

El problema no está en ninguno de estos gestos: condenar, criticar, consumir, copiar. Todas pueden ser respuestas apropiadas a bienes culturales particulares. De hecho, cada una de ellas puede ser la única respuesta adecuada a un bien cultural en particular. Pero el problema surge cuando estos gestos se vuelven demasiado familiares, se convierten en la única forma en que sabemos cómo responder a la cultura y se graban en nuestra postura inconsciente hacia el mundo…

Como “gestos”, a veces será necesario criticar y condenar, pero como “postura” debemos adoptar algo más por completo. Algo mejor.

No esperes al mundo

Más que reaccionar a la cultura, el cristiano ha sido llamado a crearla. El cristiano ha sido llamado a cultivar el jardín que Dios creó, haciendo nuevas cosas de lo que Él ha hecho. Esta es la única manera de verdaderamente vivir saludablemente. Esto es cierto tanto para nuestra salud física como para nuestra salud espiritual. Si la persona con problemas cardiovasculares solo espera hasta después de recibir su diagnóstico para hacer algo acerca de su condición de salud, puede ser demasiado tarde. Debió haber hecho ejercicio, tenido una dieta saludable, y dejado de fumar mucho antes. De la misma manera, no podemos esperar hasta que el mundo haga algo para interactuar con la cultura.

Debemos comenzar a crear nuevas cosas ahora. Este es el mandato cultural. Y esta es la mejor postura que cualquier cristiano puede tomar hacia la cultura.

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