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Si crees que el consumo de pornografía se da solo allá afuera en el mundo —es decir, fuera de la iglesia— necesitas abrir tus ojos. Si consumes pornografía deliberadamente y no te sientes culpable ni atrapado por ella, necesitas nuevos ojos para ver. Y si consumes o has consumido pornografía, quieres dejarla por completo, pero sientes que no puedes, necesitas limpiar tu mente.

Limpia tu mente

Limpia tu mente

B&H Publishing Group. 60 pp.
B&H Publishing Group. 60 pp.

Es precisamente a esto a lo que Tim Challies nos llama en su libro Limpia tu mente. Hoy en día la pornografía es una industria gigantesca. Su publicidad está por todas partes, y el acceso a ella es más fácil que nunca. Sus efectos, sin embargo, son tan dañinos como siempre –sino más debido a su prevalencia–, tanto para quienes la producen como para quienes la consumen, y también para los que rodean a quienes la consumen.

Lamentablemente, los cristianos no estamos exentos de ser atraídos por ella y volvernos sus siervos. Quizás tú seas uno de los que ha caído en su trampa, o quizás tú conozcas a alguien que ya ha mordido el anzuelo. En Limpia tu mente, el Tim Challies abre nuestros ojos a la realidad de este problema y nos exhorta en el proceso de desintoxicación.

He leído varios libros sobre cómo lidiar con la pornografía y la masturbación, y creo que este es uno de los mejores. El autor escribe —como es de costumbre— con franqueza, sencillez, concisión, y profundidad. En seis breves capítulos es capaz de cubrir una gran cantidad de territorio. Y como un buen pastor, se dirige a su audiencia con un tono paciente pero firme, franco pero apropiado, y aplica realidades teológicas en una manera práctica y clara.

Hay cuatro aspectos de Limpia tu mente que me gustaría resaltar:

Es realista

Tim Challies reconoce que el consumo de pornografía es un problema para muchos cristianos, tanto casados como solteros. Además, nos advierte que el uso de la pornografía es fundamentalmente un problema espiritual que, de no ser tratado, acarreará consecuencias terribles tanto en el presente y como en la eternidad (p. 34). Por lo mismo, no ofrece soluciones simplistas, sino que apunta a la raíz del asunto: el corazón, las mentiras que hemos creído, y las verdades que debemos creer.

El autor también advierte de la ilusión de mantener este pecado “bajo control” y de que no se puede escapar esta esclavitud a menos que haya un compromiso sincero ante Dios a dejarla por completo (p. 19). Finalmente, Challies reconoce que, aunque es posible tener victoria en este ámbito, la batalla contra nuestros deseos pecaminosos nunca se termina en esta vida (p. 35).

Es balanceado

La mayoría de los libros que he leído sobre cómo lidiar con la pornografía animan a dejarla con la promesa de una recompensa grandiosa en el matrimonio. Estos libros hacen hincapié en que el sexo en el contexto del matrimonio es una bendición de Dios, y que lo disfrutaremos en mayor plenitud si nos aseguramos de guardar nuestras mentes, corazones, y cuerpos de la pornografía y de otros pecados sexuales. Sin duda esto es verdad, al menos hasta cierto punto.

Sin embargo, lo que a veces termina pasando es que este tipo de enseñanza eleva a sexo a un lugar más alto del que debe tener, e incidentalmente promueve una visión egocéntrica del sexo, hace que la espera antes del matrimonio sea aún más dolorosa, y genera expectativas irreales. Esto definitivamente no ayuda a los que están tratando de alejarse de la pornografía y de masturbación.

Challies, no obstante, enmarca las bendiciones del sexo dentro del matrimonio con una visión poco común pero más bíblica y balanceada del significado y función del sexo: sí, el sexo dentro del matrimonio es bueno en sí mismo, y además es bueno porque nos motiva obedecer a Dios, estimula el servicio mutuo y el liderazgo amoroso (pp. 60-70). En otras palabras: sí, el sexo es glorioso, ¡pero cuidado con glorificarlo!

Es profundo y práctico

La pornografía tiene efectos tanto en nuestras acciones como en nuestras almas. Ambos aspectos de nuestras vidas deben ser desintoxicados de la pornografía si queremos ser libres. En los capítulos 5 y 6, Challies examina el diseño de Dios para la expresión sexual dentro del matrimonio, y nos ayuda a examinar nuestras motivaciones. A fin de cuentas, si queremos dejar de ser esclavos de la pornografía, la solución no es simplemente ignorarla; tenemos que desarraigarla de nuestro corazón y reemplazarla con la verdad de Dios. Como dice Challies,

Ignorar que la tentación sexual tiene su anzuelo en ti no te hará ningún bien. No puedes simplemente esconderla fuera del alcance de tu vista y pretender que no existe. Es como aquellas personas de las que escuchas en las noticias que asesina a alguien y esconden el cuerpo dentro de una pared o en una caja en el sótano. ¿Quién puede imaginar que esa técnica pudiera ser exitosa? Luego de poco tiempo, el cuerpo se pudrirá y hederá. La realidad de la situación se hará evidente por sí misma. Así es el pecado. . . . Tarde o temprano la muerte que has enterrado comenzará a heder. (p.89)

Challies también nos llama a tomar acciones concretas y a entender el rol de la iglesia en esta batalla. Cada capítulo concluye con preguntas de reflexión y aplicación diseñadas para compartir en grupos pequeños. Si queremos ser libres, debemos ir y confesar nuestro pecado a Dios y también a hermanos en Cristo que nos puedan ayudar y animar en el proceso de desintoxicación. La batalla contra la pornografía y masturbación es tanto individual como colectiva. Dios nos santifica por medio de la iglesia local. Por otro lado, si no estás dispuesto a confesar este pecado a otros, ¿de verdad quieres ser libre de él? ¿Es escapar de la vergüenza más importante que escapar de la condenación?

Da esperanza a los afligidos

Finalmente, otro aspecto que hace de Limpia tu mente un libro excelente, es que da esperanza a los afligidos. Por un lado, el consumo de pornografía y la masturbación son pecados horribles y debemos ser intransigentes con ellos; por amor a Cristo, a nuestro prójimo y a nosotros mismos, debemos dejarlos ahora, ya. Por otro lado, hay muchos cristianos y cristianas que se sienten atrapados y profundamente afligidos por estos pecados. Quieren deshacerse de ellos. Son al mismo tiempo victimarios y víctimas, víctimas culpables. A estos, y a los que ya están tomando pasos concretos para mortificar estos pecados pero de vez en cuando tropiezan, Challies les da esperanza:

Los tropiezos y las luchas no equivalen al fracaso. Cuando estos son enfrentados de forma apropiada, tan solo se convierten en una parte del avance. (p. 26)

La solución para la culpa es enfocarse en la obra completa de Cristo en la cruz. Refúgiate en las buenas nuevas del evangelio. La sangre de Jesús fue derramada por pecados como este, y el poder del Espíritu Santo nos ha sido dado para que podamos vencer el pecado. La masturbación no es un pecado que sobrepase el poder de Dios. Tú puedes ser libre. (p. 54, énfasis original)

La pornografía y la masturbación son pecados serios, pero no definen tu definen tu identidad. Por tanto, no dejes que definan tu identidad. En Cristo hay perdón, poder y libertad.

Recomendación

Estas son solo algunas de las cosas que hacen de Limpia tu mente un excelente recurso. Aunque Tim Challies lo escribió con una audiencia de hombres casados en mente, cubre los temas de tal manera que se puede hallar aplicación para solteros, solteras, y casadas fácilmente. Es un libro útil tanto para los que están en medio de la batalla con la pornografía, como para quienes el uso de la pornografía es una tentación latente, y para los que por la gracia de Dios han podido vencer a este monstruo y quieren ayudar a otros a hacer lo mismo. Lo recomiendo absolutamente.

Tengas o no tengas la oportunidad de leer Limpia tu mente, mi deseo para ti es el mismo del autor: “Que odies y temas la realidad de la pornografía, tal como debes odiar y temer al pecado mismo” (p. 24).


 

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