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«Después de esto miré, y vi una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos» (Apocalipsis 7:9).

El último libro del canon presenta la etapa final de la trama bíblica de una manera impresionante: personas de toda lengua y nación están delante del Cordero, entre ellas las multitudes que descenderían de Abraham (Gn 15:5; cp. Ap 7:9).

¿Te has preguntado alguna vez quiénes de tus conocidos estarán en medio de esa multitud? Aunque hay indicadores bíblicos que nos ayudan a responder esta pregunta, solo Dios lo sabe con exactitud. Por eso los creyentes tenemos la gloriosa tarea de anunciar las buenas nuevas de nuestro Señor. Pero ¿cómo llevar a cabo de manera bíblica esta importante misión de evangelizar?

Evangelismo diario

Evangelismo diario

Seminary Hill Press. 80 páginas.

Evangelismo diario es sin duda alguna un recurso breve y valioso en el que no encontramos una gran cantidad de pies de páginas o notas exegéticas, pero sí se trata de un libro con contenido práctico y vivencial. Queen logra aclarar muchas dudas sobre este tema tan importante.

Sin nada más que agregar: toma, lee, practica, enseña y evangeliza para gloria de Dios.

Seminary Hill Press. 80 páginas.

Es aquí donde Evangelismo diario, un breve pero incisivo libro escrito por Matt Queen, quien es profesor de evangelismo en Southwestern Baptist Theological Seminary, es de gran ayuda para comprender lo que significa evangelizar a la luz de la Palabra y para honra de Dios. En un libro de ochenta páginas, Queen trata con preguntas cruciales sobre el evangelismo que los creyentes se formulan. Estas son algunas de ellas:

  • ¿Qué es el evangelismo? ¿Cómo podemos definirlo?
  • ¿Qué lugar tiene mi testimonio en el evangelismo?
  • ¿Cómo superar el miedo a evangelizar?
  • ¿Existe un método ideal para evangelizar?
  • ¿Cómo encontrar confianza al momento de evangelizar?

Aunque esta obra no se compara en longitud con otras obras que tratan este mismo tema, Matt Queen hace un buen trabajo al tratar con preguntas que se hace cualquier cristiano abrumado ante la responsabilidad de proclamar el evangelio. De manera directa y concisa, el autor aclara diversos puntos que han pasado por la mente de todos los creyentes en algún momento.

Lo que el evangelismo no es y lo que sí

Queen comparte una lista de características de lo que el evangelismo no es. Aquí te comparto algunas:

  • «Evangelizar consiste en usar palabras solo cuando sea necesario».
  • «El evangelismo es solo para profesionales o dotados intelectuales».
  • «El evangelismo solo consiste en eventos patrocinados por la iglesia».
  • «El evangelismo es una especie de inclusivismo».
  • «El evangelismo es ganar a toda costa».

Estas cosas no definen realmente qué es el evangelismo. Por supuesto, el autor desarrolla una explicación adecuada de lo que cada una de estas características significa y cómo desvirtúan el mensaje del evangelio.

Después, el lector podrá encontrar una definición clara de lo que sí es el evangelismo. El autor afirma que el evangelismo es una…

«actividad empoderada por el Espíritu Santo mediante la cual los creyentes dan un testimonio intencional, completo y verbal de la vida, muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo, llamando a los no creyentes a convertirse en sus discípulos al arrepentirse de sus pecados, creyendo solo en Jesucristo para su salvación, y confesándolo verbalmente como su Señor (p. 25).

Con el concepto anterior como base, Queen argumenta contra ciertos mitos sobre la práctica evangelística, tales como si es mejor evangelizar sin palabras o reducir el evangelismo a invitar a alguien a la iglesia, etc. Aunque lo anterior tiene su parte en la labor evangelística, esta sección del libro corrige cualquier mala concepción o reduccionismo que exista en la iglesia sobre esta labor.

Uno de los temas tratados por Queen, que requiere mención especial, es su trato con un eslogan atribuido a Francisco de Asís y que es muy utilizado entre creyentes: «Predica el evangelio en todo momento y, si es necesario, usa las palabras». Si bien es cierto que las obras o nuestro buen comportamiento resultan ser los «adornos» que embellecen la predicación del evangelio, el evangelismo como tal requiere de la proclamación verbal de las buenas nuevas (p. ej., 1 Co 15:1-4). Esto es así porque el evangelio es la buena noticia de lo que Dios ha hecho en Cristo y no es la lista de lo que debemos hacer para ser salvos (Ef 2:8-10).

En otras palabras, si el evangelio fuese un compendio de prácticas a realizar con el propósito de ser salvos, entonces podríamos «evangelizar» solamente con acciones o incurriríamos en obligar a otras personas a imitar las nuestras con el propósito de obtener la salvación. Sin embargo, el evangelio es la buena noticia de la obra redentora perfecta que Dios ha hecho en Cristo solo por gracia. Por lo tanto, el evangelismo consiste en comunicar esas buenas noticias verbalmente (p. 26).

Una segunda sección, que a mi parecer merece mención, es la sección en la cual Queen busca explicar al lector los distintos «perfiles evangelísticos» (descritos en el capítulo 7). Allí Queen explica que las personas adoptan ciertas actitudes al evangelizar:

  • El toro que embiste,
  • el narrador,
  • el inquisidor,
  • el analogista,
  • el servidor y
  • el creador de contactos.

Cada uno de estos perfiles cuenta con fortalezas y debilidades que el lector debería tener en mente al examinarse a sí mismo, para identificar si quizá se encuentre adoptando alguna de las debilidades de estos perfiles.

Breve pero valioso

Evangelismo diario es sin duda alguna un recurso breve y valioso en el que no encontramos una gran cantidad de pies de páginas o notas exegéticas, pero sí se trata de un libro con contenido práctico y vivencial. Queen logra aclarar muchas dudas sobre este tema tan importante.

Sin nada más que agregar: toma, lee, practica, enseña y evangeliza para gloria de Dios.

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