El libro de Rut, es una historia de redención como toda la biblia, sobre todo cuando consideramos el simbolismo de Booz (el hombre que se casó con Rut). Porque este personaje, muy próspero y generoso, fue para Rut, lo que Jesús fue para los creyentes, pues fue el, quién redimió a Rut así como Cristo nos redimió.
Dentro de este libro encontramos un sinnúmero de principios para los creyentes, que nos inspiran a seguir adelante aun en las adversidades.Porque después que Noemí perdió a su esposo y a sus hijos en las tierras de Moab, esta aconsejó a Rut, su nuera, que rehiciera su vida y buscara otro esposo. Pero Rut, tuvo compasión y decidió acompañar a la anciana en su regreso a Israel, aun cuando eso representaba un riesgo muy grande.
Sin embargo, hay una declaración de Booz (quién representa a nuestro Señor) que no debemos obviar y se debe constituir en un ancla para nuestra fe. Ya en Israel, mientras Rut recogía alimentos en el campo de Booz, este le dijo: “…He sabido todo lo que has hecho con tu suegra” (Rut 2:11). La historia continua con el rescate de Rut (antigua costumbre entre los familiares) y el posterior casamiento con Booz. Pero estoy seguro que esto de “…he sabido todo lo que has hecho”, llegó como un bálsamo a los oídos de Rut.
Porque es muy revelador descubrir que Dios sabe todo lo que hemos hecho. Hay un “alivio santo” cuando entendemos que nuestra fidelidad es de conocimiento y agrado del Señor. Qué bendición saber qué lo que hicimos en secreto, Dios lo recompensará en público, porque El no ignora nuestra obediencia.
Lo que las palabras de Booz significaron es que:
Dios sabe.
Dios ha visto.
Dios ha escuchado.
Estas son quizás las convicciones que necesitan estar presentes en nuestras mentes y corazones. Nos satisface saber que Dios nos está mirando, como el niño que busca la aprobación de su padre.
Después de años de fidelidad, de sujeción y de entrega, Dios estaba honrando a esta mujer. Ese día, Rut comprendió que nada de lo que vivió fue en vano. Se le permitió cosechar todo lo que había sembrado. Fue tanta la bendición que se derramó sobre ella, que de ser una mujer extranjera, Dios la escogió para ser parte de la genealogía que antecedió a nuestro Señor. Mejor dicho, del vientre de Rut nació Obed, el abuelo de David y como todos sabemos, de la descendencia del rey David vino nuestro salvador. Por su fidelidad, Rut se convirtió en un familiar directo del Mesías.
Por lo tanto, que nunca se nos olvide que Dios sabe, que Dios ha visto y que Dios ha escuchado. Y que el día menos pensado, el Señor vendrá y nos dirá «he sabido todo lo que has hecho». Por eso Rut 2:11 es uno de los versículos más importantes de la Biblia.
