Seré las lágrimas,
seré un pensamiento;
quizás un recuerdo
y solo eso.
Estaré ausente,
siendo llorado;
unos cuantos días
por unos cuantos ojos.
Después todo seguirá igual.
El río volverá a su cauce,
el sol será el mismo,
el lunes una constante.
Seré las lágrimas,
seré un pensamiento.
Una memoria
o anécdota de sobremesa.
Porque los que viven saben que han de morir, / Pero los muertos no saben nada, / Ni tienen ya ninguna recompensa, / Porque su recuerdo está olvidado (Ecl 9:5).