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La primera vez que escuché sobre la consejería bíblica fue en una clase que tomé en la Universidad. Fue entonces cuando me di cuenta de que el ministerio de consejería bíblica era una necesidad para todo cristiano. Comprendí que era importante porque me ayudó a ver y hacer varias cosas: (1) aplicar en la vida real las otras clases de teología que estaba tomando, (2) darme cuenta de la gran cantidad de falsos sistemas de asesoramiento que existen, y (3) convertirme en un mejor cristiano. 

Todo esto se puede resumir en cuatro razones básicas por las que necesitamos la consejería bíblica:

1. La consejería bíblica es una necesidad espiritual.

Una de las principales razones por las que necesitamos la consejería bíblica es porque nuestras familias, iglesias, amigos, y vidas personales se ven afectados por el pecado y el sufrimiento en este mundo. Cuando nos detenemos a considerar la realidad de nuestra depravación pecaminosa y la profundidad del sufrimiento que existe, rápidamente vemos cómo necesitamos el alimento constante de la Palabra de Dios que nos ministran otras personas.

El verdadero consejo bíblico conecta el poder de la Escritura con la realidad de nuestra vida en la tierra; consuela a los que sufren con las promesas de Dios y la herencia futura (1 Pe. 1:3-9). La consejería bíblica es un ministerio muy personal que ayuda a las personas en lo más profundo de su pecado y sufrimiento a ver la belleza de la cruz.

Pero la consejería bíblica no es solo un ministerio que ayuda a otros, sino que también hace que uno evalúe su propia vida. No puedo contar la cantidad de veces que he estado aconsejando a otra persona y me he preguntado: “¿Estoy obedeciendo lo que estoy aconsejando?”. En otras palabras, necesitamos la consejería bíblica para aconsejar a otros, pero también para aconsejarnos a nosotros mismos.

El verdadero consejo bíblico conecta el poder de la Escritura con la realidad de nuestra vida en la tierra; consuela a los que sufren con las promesas de Dios y la herencia futura

2. La consejería bíblica es una necesidad bíblica.

La consejería bíblica es el modelo de ministerio que vemos en la Palabra. David Powlison, uno de los consejeros bíblicos más destacados, resaltó el énfasis del ministerio interpersonal de Cristo que vemos en el libro de Marcos. Powlison explicó que, a través de Marcos 7-11, Jesús habla en 26 escenas. En 18 de esas escenas, Jesús está conversando con otras personas y haciendo un ministerio interpersonal.[1]

También tenemos el ejemplo de Pablo. En Hechos 20:20 lo vemos enseñando públicamente, pero también ministrando “de casa en casa”. ¿Puedes imaginarte el tipo de consejo personal que Pablo daba mientras visitaba a diferentes creyentes en sus casas? Finalmente, a lo largo de sus cartas, también vemos a Pablo animando a otros creyentes a hacer un ministerio interpersonal. Pablo llama a los cristianos a “restaurarse unos a otros” (Gá. 6:1), a “decirse la verdad unos a otros” (Ef. 4:25), y a “amonestarse unos a otros” (Col. 3:16). Necesitamos consejería bíblica porque es el modelo de ministerio que vemos en la Escritura.

3. La consejería bíblica es una necesidad cultural.

Desde el principio de los tiempos, Satanás ha tratado de debilitar y distorsionar el poder de la Palabra. Adán y Eva creyeron en una distorsión de la verdad de Dios, y esto impactó sus vidas y el resto del mundo de maneras inimaginables (Gén. 3:1-7). Satanás continúa usando distorsiones de la verdad de Dios para engañar a los cristianos.

La Palabra de Dios es suficiente para tratar nuestros problemas más profundos

El apóstol Pablo advirtió a los creyentes que estén conscientes de las filosofías falsas que buscan distorsionar la verdad de Dios (Col. 2:8). En el mundo de la consejería secular, existen más de 200 modelos diferentes de psicoterapia. Muchos de ellos adoptan enfoques de cambio humanistas y egocéntricos. Tienen una visión errónea de quién es el hombre y ofrecen enfoques para el cambio que son distintos de la santificación bíblica. Ellos raramente usan el lenguaje del pecado y en cambio enfatizan la victimología. Muchos de ellos creen que nuestro pasado, cognición, circunstancias, sociedad, o biología son los principales responsables de nuestro comportamiento, a diferencia del corazón. 

En otras palabras, necesitamos consejería bíblica porque esta ofrece respuestas verdaderas a muchos de los puntos de vista no bíblicos que encontramos en el mundo de la psicoterapia.  Aunque muchos cristianos fieles han intentado integrar la terapia secular con las Escrituras, la consejería bíblica cree que la Palabra de Dios es suficiente para tratar nuestros problemas más profundos.

4. La consejería bíblica es una necesidad misional.

La última razón por la que necesitamos la consejería bíblica es porque es un aspecto de la obediencia a la Gran Comisión. Si bien muchos han puesto un énfasis legítimo en el aspecto de “ir” de la Gran Comisión, también debemos recordar la importancia del aspecto de “hacer discípulos” (Mt. 28:19-20).

El corazón de la consejería bíblica es un discipulado profundo; enseñar a otros cómo guardar todo lo que Jesucristo ordenó (Mt. 28:20). Paul Tautges escribe que “la auténtica consejería bíblica no es más, y seguramente nada menos, que el cumplimiento del Gran Mandamiento de hacer discípulos de Jesucristo por la autoridad delegada de Dios y el empoderamiento del Espíritu Santo”.[2]

Por ejemplo, gran parte del asesoramiento en el que estoy involucrado es la consejería matrimonial. Con frecuencia trabajo junto al esposo para ayudarle a ver cómo puede obedecer mejor a Dios en su matrimonio. En otras palabras, al ayudar a los maridos a amar a sus esposas, los estoy ayudando a obedecer la Gran Comisión.

La consejería bíblica no es un ministerio nebuloso, sino más bien un ministerio muy práctico en el que una persona está ayudando a otros a obedecer las Escrituras en su vida personal, familiar, y social. A diferencia de la mayoría de las terapias seculares que frecuentemente ofrecen soluciones egocéntricas a los problemas, la consejería bíblica les enseña a otros la importancia de hacer y obedecer la Palabra (Stg. 1:22-23). A todos los cristianos se les ha dado la autoridad y el mandato de ser parte del proceso de hacer discípulos. Y esto inevitablemente significa que todo cristiano debería practicar la consejería bíblica.

Necesitamos la solución verdadera

Soy misionero en Argentina. Mi trabajo principal es capacitar a pastores y líderes de iglesias en lugares muy remotos. Hace aproximadamente un año viajé a una pequeña iglesia donde estuve ayudando a algunos líderes en su deseo de pastorear a un grupo de creyentes. Cuando les pregunté a estos preciosos líderes con qué necesitaban ayuda, inmediatamente respondieron: “¡Consejería bíblica!”.

¿Por qué? Porque quieren ayuda sobre cómo ayudar a los demás. Quieren aprender cómo conectar la teología sólida con los matrimonios rotos, los drogadictos, y las personas deprimidas. No quieren soluciones mundanas, sino bíblicas. También desean aprender cómo hacer el ministerio como Cristo modeló y Pablo ordenó. Y, finalmente, quieren aprender cómo ayudar a otros a convertirse en mejores discípulos. ¡Necesitan consejería bíblica! Todos la necesitamos.


[1] David Powlison, Speaking the Truth in Love, 105.
[2] Paul Tautges, Counseling One Another, 23.
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