Este es un fragmento adaptado del libro Cultura y conexión (Poiema, 2020), por Daniel Strange.
En el 2017 se celebraron los 500 años de la Reforma Protestante. En el verano de ese año, me pidieron que diera una serie de conferencias sobre las Cinco Solas de la Reforma: Sola Scriptura, Sola Gratia, Sola Fide, Solus Christus, Soli Deo Gloria. Estos cinco lemas se convirtieron en un grito de guerra de lo que significa ser protestante. Estas preciosas verdades son útiles como filtros a través de los cuales podemos medir nuestro consumo y creación de cultura. Veamos cada una de ellas.
Sola Scriptura
Sola Scriptura [la Escritura sola] declara que la Biblia es nuestra máxima autoridad, y que debemos interpretar el mundo a través de la Palabra. Esto implica no solo pensar en lo que dice la Biblia (aunque, por supuesto, debemos hacerlo), sino que también implica pensar bíblicamente acerca de todo lo demás. No es solo tomar algunos versículos, algunas historias y algunas verdades de manera aislada, sino profundizar y conectar. La Biblia tiene estructuras y patrones repetidos que sirven como lentes de rayos X que nos permiten ver todo lo que hay en el mundo como es en realidad.
En toda manifestación cultural hay un punto de contacto con el Jesús verdadero que podemos usar para predicar el evangelio
Si no vemos el mundo a través de la historia de la Biblia, seremos presa de muchos que quieren engañarnos con sus filosofías y creencias, sus “grandes historias”. Andan merodeando en nuestra sociedad, buscando ser grandes intérpretes del universo. Más específicamente, andan merodeando “por debajo” de nuestra sociedad, pero muchas veces no las notamos porque nos quedamos en la superficie, interpretando todo lo que vemos y lo que escuchamos como un desorden aleatorio y confuso.
Si no discernimos, articulamos y persuadimos a otros con el diseño de la Biblia para el crecimiento y florecimiento de la vida humana y de la cultura, entonces otros lo harán… y lo están haciendo. Pero estas historias alternas no proveen esperanza. Así que cuando estés viendo algo, o preguntándote si debes verlo, hazte las siguientes preguntas: ¿Por qué todo el mundo piensa que esto es bueno o importante? ¿Está la Biblia de acuerdo con que estas cosas son importantes o elogiables?
Sola Gratia
Sola Gratia [la gracia sola] nos recuerda que nuestra aceptación delante de Dios no está basada en algo que podamos “hacer”, sino en lo que Dios ya “ha hecho” en Cristo. No contribuimos en nada. No podemos ganarnos la salvación, pues es un regalo.
¿Cuál es la relevancia cultural de esto? Esto implica que nuestra razón para ver o no ver algo debe estar enfocada en la gracia. Debemos ser cuidadosos con cualquier explicación que ponga los imperativos (p. ej.: sé santo) antes de los indicativos (p. ej.: eres santo en Cristo). El orden es importante. Si soy salvo solo por gracia, entonces la motivación detrás de mis decisiones culturales no es seguir las reglas para impresionar a Dios o probar que soy digno, sino amar y honrar a Dios por lo que Él ya ha hecho por mí.
Las Cinco Solas de la Reforma son verdades útiles que sirven como filtros a través de los cuales podemos medir nuestro consumo y creación de cultura
Pero si somos salvos solo por gracia, entonces es Dios quien hace todo. Él es soberano y está en control. No estamos diciendo que el Nuevo Testamento no nos llama a mantenernos en guardia contra el pecado, porque sí lo hace (Ef 5:3-6). Pero hay un peligro opuesto. Mike Cosper lo explica muy bien al decir:
“La gracia moldea nuestros encuentros con el mundo al prometernos, en primer lugar, que nada puede hacernos un daño eterno y, en segundo lugar, al motivarnos a buscar mejores alternativas, mejores estándares, mejores maneras de pensar acerca de la cultura. Donde la ley nos motiva con la posibilidad de castigo, la gracia nos motiva con la promesa de gozo. Podemos entrar al mundo y sentirnos invitados a hacerlo. Este es el mundo de nuestro Padre. ¿Qué queremos explorar hoy?”.[1]
Esto significa que podríamos preguntarnos lo siguiente a la hora de considerar alguna opción cultural: Si mi instinto me está diciendo que no lo haga, ¿a qué se debe? ¿Ese instinto viene de un imperativo o de un indicativo? ¿Será que mi temor es incorrecto? ¿Puedo disfrutar de esto como hijo de mi Padre?
Sola Fide
Sola Fide [la fe sola] me recuerda que es solo por la fe que puedo unirme a Cristo y recibir todos Sus beneficios. Estos beneficios incluyen lo que Juan Calvino llamaba “doble gracia”. Primero, a través de nuestra fe inicial, somos reconciliados con Dios. Eso significa que la justicia perfecta de Cristo es traspasada a nuestra cuenta. Segundo, a medida que perseveramos en la fe, somos “santificados por el Espíritu de Cristo [para que] podamos cultivar la rectitud y la pureza en nuestras vidas”.[2]
En vez de andar de puntillas tratando simplemente de evitar el mal, nuestra fe viva nos impulsa a procurar las buenas obras en nuestras iglesias y comunidades, trayendo bendiciones a individuos, a familias y a la sociedad (Gá 5:13). Nuestras buenas obras incluyen nuestras actividades culturales, pues son parte de la manera en que ejercemos dominio sobre la tierra y la llenamos. Recuerda, no somos meros consumidores, somos creadores.
Puedes comenzar contigo mismo. Escribe un poema, tararea una melodía, dibuja una imagen, imagina una trama, redacta un guión. Para crear más de lo que consumimos, tendremos que tomar decisiones conscientes. El día solo tiene 24 horas. Necesitamos priorizar. Nuestros hábitos en las redes sociales deben ser examinados cuidadosamente para que podamos estar menos distraídos y ser más disciplinados al ejercitar nuestras mentes.
Solus Christus
Solus Christus [en Cristo solo] declara que la salvación es posible únicamente por la muerte y la resurrección de Cristo, pues Él es el único mediador entre Dios y los hombres. Somos criaturas creadas a imagen de Dios, diseñadas para tener una relación eterna con Él y para ser trascendentes. Aunque el mundo a nuestro alrededor suprime esta verdad argumentando que lo único que tenemos es “la vida debajo del sol”, es imposible erradicar nuestra percepción de lo divino. Resurgirá en todo lo que hagan los seres humanos. Cuando nos detenemos a observar, lo vemos en todas partes. A pesar del mensaje que quieran transmitir, no es fácil hablar y actuar todo el tiempo como si solo existiera este mundo material.
Sin embargo, Solus Christus significa que no debemos enfocarnos en esa realidad. Sí, nuestra cultura siempre está buscando algo más. Pero a menos que esa búsqueda culmine en el Jesús de las Escrituras, no logrará salir del mundo de la idolatría. Creencias ambiguas sobre la trascendencia, la fe, la espiritualidad y hasta el teísmo no son suficientes, porque la salvación solo puede ser por medio de la fe en Cristo.
Lo que determina si estamos siendo fieles en nuestro consumo y creación de cultura es si Dios está siendo glorificado o no
En toda manifestación cultural hay un punto de contacto con el Jesús verdadero que podemos usar para predicar el evangelio. Jesucristo es relevante: ayer, hoy y por los siglos. Solus Christus es un recordatorio sobrio de nuestro llamado a la santidad. En 1 Pedro 1:17-19, el apóstol dice que debemos vivir con un temor reverente, puesto que fuimos “rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados”. Debemos ser cuidadosos de no conducirnos de una manera que sugiera que nuestro nuevo nacimiento no importa o que Cristo entregó Su vida en vano.
Soli Deo Gloria
Por último, Soli Deo Gloria [a Dios solo sea la gloria]. Este es el pegamento que une a todas las solas y que las resume: nosotros no aportamos nada, todo se trata de Él. Todo existe para mostrar las excelencias de Dios y para que Su nombre sea conocido. Él se glorifica a Sí mismo en nosotros y a través de nosotros, Su pueblo. Pero no debemos imaginar que Dios es un megalómano egocéntrico. Dios nos ha creado de manera que encontramos nuestro mayor gozo y satisfacción al vivir para Su gloria.
De modo que lo que determina si estamos siendo fieles en nuestro consumo y creación de cultura es si Dios está siendo glorificado o no. Todo lo que hagamos puede y debe ser hecho para Su gloria: “… ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios” (1 Co 10:31).