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Nota del editor: 

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La pornografía es uno de los temas más desafiantes en los que un cristiano tiene que brindar consejería. Vivimos en una sociedad que ha abandonado los principios cristianos en cuanto a la sexualidad y es una pena que también dentro de la iglesia suele haber confusión al respecto.

Ante este panorama difícil, queremos esforzarnos por aconsejar bíblicamente a quienes está luchando con la pornografía. En este artículo, en vez de decirte qué hacer —lo cual depende mucho de cada caso—, quiero compartir los siete errores más comunes al aconsejar a cristianos que luchan contra el consumo de pornografía. Espero que estos te ayuden a ser un mejor consejero bíblico con tus hermanos que tienen esta lucha.

1. No tener información precisa y necesaria

Lo primero que la persona que lucha contra el pecado de la pornografía necesita es tener una evaluación dolorosamente honesta: «Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón, / Pruébame y conoce mis inquietudes / Y ve si hay en mi camino malo / Y guíame en el camino eterno» (Sal 139:23-24).

Realmente no tiene sentido esconder algo a un Dios que lo conoce todo. El problema es que muchas veces, cuando se trata de aconsejar a alguien en su lucha contra la pornografía—puesto que significa una vergüenza ante los demás cristianos—, se habla de una manera tan superficial sobre el problema que no ayuda en nada específico. Sin embargo, un buen consejero debe hacer buenas preguntas. Estas son algunos ejemplos:

  1. ¿Cómo estás luchando? ¿Qué has hecho para mantenerte puro?
  2.  ¿Cuán frecuente es el consumo de pornografía?
  3. ¿Cuándo luchas normalmente? ¿En qué momentos del día? ¿En qué situación o contexto?
  4. ¿Puedes identificar patrones en tu consumo de pornografía?

Entonces, en primer lugar, tienes que hacer buenas preguntas para que la persona a la que aconsejas pueda llegar a una evaluación dolorosamente honesta delante de Dios.

2. Tener demasiada información

Hay espacios de tratamiento contra las adicciones que promueven a sus participantes hablar de sus luchas con una honestidad brutal. Utilizan una perspectiva llamada celebrate recovery, en el que se debe contar cómo sucedió la recaída con la mayor cantidad de detalles. Luego, se celebra la confesión detallada como una forma de recuperación.

Debemos hablar de la lucha contra la pornografía de manera apropiada, con sinceridad pero también con prudencia

Por más buena intención que haya detrás de esta técnica, ¿es fiel a la Biblia ahondar en todos los detalles de un pecado? Como consejero bíblico, considero que es un error tener demasiada información, pues puede conllevar un peligro tanto para el consejero como para quien recibe la consejería.

La Palabra de Dios manda que «la inmoralidad, y toda impureza o avaricia, ni siquiera se mencionen entre ustedes, como corresponde a los santos. Tampoco haya obscenidades, ni necedades, ni groserías, que no son apropiadas, sino más bien acciones de gracias» (Ef 5:3-4). Los cristianos debemos hablar de temas sensibles, como la lucha sexual y la pornografía, de manera apropiada, en un ambiente cómodo pero también discreto. Queremos hablar con sinceridad, pero también con prudencia.

Como consejero bíblico, necesitas tener información útil para saber cómo ayudar, pero no necesitas saber los detalles, pues también quieres guardar tu propio corazón.

3. Tener un enfoque total en el lugar incorrecto

Aunque es importante tener información suficiente y necesaria, también es posible tener un enfoque total en cuestiones secundarias de la lucha. Fíjate que dije «enfoque total» en el lugar incorrecto. No digo que no te enfoques para nada en algunas cuestiones relacionadas, pero que no sea tu énfasis primordial. Déjame darte un ejemplo.

Si estás aconsejando a una persona casada, la lucha con la pornografía puede abrir la puerta a conversaciones sobre otros temas, como la insatisfacción en la intimidad matrimonial. Seguramente puedas sentir la tensión en esa área de la vida de tu aconsejado y, si lo crees conveniente, puedes indagar y responder algunas dudas, pero no permitas que un tema relacionado cambie el enfoque de la consejería bíblica que estás brindando.

Cuando ayudas a alguien que lucha contra la pornografía, suele salir en la conversación temas como las diferentes agendas de trabajo de los cónyuges, la monotonía matrimonial, las distracciones, los hijos, las finanzas, la apariencia física, las expectativas y muchos otros temas. Repito, puedes abordar esas cuestiones, pero ten cuidado de no enfocarte demasiado en estas cuestiones secundarias y poco en el lugar indicado: el corazón.

4. No enfocarse en el corazón

La Palabra de Dios enseña que «Más engañoso que todo es el corazón, / Y sin remedio; / ¿Quién lo comprenderá?» (Jer 17:9; cp Pr 20:5). Entonces, recuerda esta frase siempre que estés aconsejando a otros: El problema no es el problema, el corazón es el problema.

Cuando aconsejas a alguien que lucha contra la pornografía es fácil perderse en cuestiones secundarias (como dije en el punto anterior) o incluso en la misma lucha, pues parece que todo lo que importa es la pornografía.

El objetivo de la consejería bíblica no es tratar solo con las malas conductas, sino principalmente con el corazón

Sin embargo, desde la perspectiva bíblica, debemos enfocarnos en el corazón, pues de su abundancia habla la boca (Lc 6:45). El consumo de pornografía es el fruto, mientras que el corazón es la raíz. Se necesita transformar la raíz para que el árbol pueda dar frutos diferentes. A veces estamos tan enfocados en el fruto (la conducta) que erramos en recordar la perspectiva bíblica sobre el pecado y la transformación verdadera, que se centra en el corazón (Col 3:5-10).

Entonces, tu objetivo no es tratar solo con las malas conductas, sino también y principalmente con el corazón, porque muchas personas llegan a las imágenes inmorales por una variedad de deseos insatisfechos del corazón. Es posible que la persona que aconsejas lucha con la pornografía debido a la soledad, el aburrimiento y la falta de propósito, la decepción, la comodidad, la pereza, entre muchos otros sentimientos. Tu tarea como consejero es indagar estas cosas, por eso necesitas tener un enfoque sólido en el corazón.

5. No usar la culpa y la vergüenza del pecado de manera apropiada

La culpa, la vergüenza y el dolor del pecado son herramientas en la consejería bíblica porque, cuando se usan apropiadamente, nos apuntan al Salvador.

La culpa es la convicción de que «cometí un pecado delante de Dios» y vale la pena que esté presente durante el acompañamiento al aconsejado. Un sentimiento apropiado de culpa lleva a los cristianos a Dios, mediante los brazos del Redentor que cubre nuestra culpa por Su muerte en la cruz.

La vergüenza es más como el sentimiento personal de haber cometido un error, la cual no necesariamente lleva a una convicción apropiada de culpa ante Dios. Aquellos que caen en el consumo de pornografía suelen «esconderse»: evitan hablar del tema, les cuesta relacionarse con alguien del sexo opuesto, o no tienen deseos de tener intimidad con sus cónyuges por causa de la vergüenza que sienten.

A veces, el aconsejado reconoce su vergüenza, pero no se siente culpable, por eso debes guiarlo bíblicamente. Pero ten cuidado, no quieres empujarlo a la culpa en sí misma, sino a una convicción sincera y genuina delante de Dios; quieres que pueda experimentar el dolor y la tristeza de ofender a Dios (2 Co 7:10). Entonces, podrás guiarlo por la Palabra de Dios a la confesión y el arrepentimiento, para recibir el perdón de su pecado (1 Jn 1:9; Pr 28:13).

Antes de correr a la cruz, debemos quebrantar el corazón mediante la confesión y el arrepentimiento.

6. Asumir el evangelio y los temas básicos de la Biblia

Una vez que hay arrepentimiento genuino, y antes de darle un montón de ideas prácticas, profundiza en el evangelio y, por favor, no asumas los temas básicos.

He quedado atónito al ver que hay muchas personas que van a iglesias y no entienden el evangelio ni cómo este está en contra de cualquier tipo de comportamiento lujurioso.

En primer lugar, indaga con tu hermano en qué es el evangelio, qué implicaciones tiene para la vida cristiana y cómo se opone al consumo de pornografía. Luego, no asumas los «temas básicos»: el arrepentimiento, la confesión, el perdón de pecados, el nuevo nacimiento, la santificación progresiva y muchos otros temas. No tienes que repasar cada concepto teológico, pero sí aquellos que creas más importantes para la lucha específica que tiene la persona que estás acompañando.

7. No tener un plan apropiado o tener un mal plan

A veces, cuando se hace consejería bíblica, llegamos al encuentro demasiado relajados. Empezamos con un «A ver, hermano, cuéntame» y en la marcha vamos orando a Dios para saber qué podemos hacer. Sin embargo, para casos de consumo de pornografía, y para las adicciones en general, debes tener pensado un plan de ayuda práctica.

Un sentimiento apropiado de culpa nos lleva a Dios, mediante los brazos del Redentor que cubre nuestra culpa por Su muerte en la cruz

Entonces, si ya tienes la información necesaria sobre la gravedad del problema, indagaste el corazón de tu hermano y profundizaron en el evangelio y los temas fundamentales de la fe cristiana. ¿Cómo siguen? Con un buen plan de acción que sea exhaustivo. Esto requiere que incluyan aspectos defensivos y ofensivos para luchar contra la pornografia.

Con «defensivo» me refiero a los pasos prácticos para cortar con el consumo de pornografía, como por ejemplo: interrumpir los patrones y habitos pecaminosos que han identificado, involucrarse en la rendición de cuentas, instalar un filtro en los dispositivos con acceso a internet, cambiar el teléfono, bloquear páginas, cerrar cuentas de redes sociales, evitar lugares que despiertan el deseo, etc.

Con «ofensivos» me refiero a acciones que moldean y guían los deseos hacia Cristo y lo que Él desea de nuestras vidas. Por ejemplo: cultivar el compañerismo con otros creyentes, hacer una mentoría o discipulado, practicar las disciplinas espirituales, etc.

Un buen plan de acción también debe ser público, es decir, que incluya a unos pocos hermanos maduros en la fe que estén al tanto de la lucha del aconsejado y con quienes pueda rendir cuentas de sus avances y caídas. También debe ser un plan basado en el evangelio: debe trabajar en que Cristo gobierne en el corazón y los deseos de la persona que lucha contra la pornografía, para que no termine por sustituir la pornografía con otro ídolo.

Centrados en el evangelio

Vivimos en una época de confusión en la que la pornografía se ha convertido en algo normal, ya que su consumo se ha extendido en la sociedad. Es por eso que los cristianos debemos esforzarnos por cultivar una perspectiva bíblica de la sexualidad, que honre a Dios y nos ayude a vivir en santidad.

Una cosmovisión bíblica y centrada en el evangelio nos ayudará a vivir de manera que agrada a Dios y a aconsejar a aquellos hermanos que luchan contra el consumo de pornografía.

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