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Con el Internet y las redes sociales en la punta de nuestros dedos, es fácil diagnosticarnos al buscar respuestas a nuestras preguntas y confirmaciones de nuestros síntomas. Sin darnos cuenta, caemos en el hoyo infinito del Internet y nos llenamos de ansiedad innecesaria. Por supuesto, tener acceso a toda esta información no siempre es malo. El Internet nos ofrece traducciones, historias, correos electrónicos, formas rápidas de pago, y mucho más. Pero aunque esta herramienta aligera el estrés de la vida, debemos admitir que pasamos demasiado tiempo pegados a ella. ¡Alrededor de 6 horas al día!  

¿Qué tiene esto que ver con el dolor? El dolor físico y el sufrimiento pueden llevarnos a buscar respuestas permanentes en lugares temporales. Y de eso trata este libro.

Esperanza en medio del dolor, de Kristen Wetherell y Sarah Walton, fue escrito para ayudarnos a entender mejor el propósito de Dios en medio del sufrimiento. Las dos autoras fueron diagnosticadas con enfermedad de Lyme, que provoca fatiga, dolores de cuerpo y de cabeza, entre otros síntomas. Es una infección bacteriana que se disemina a través de la picadura de una garrapata. Kristen es esposa de pastor y tiene una hija. Sarah también está casada y tiene cuatro hijos, a los que transmitió la enfermedad a través del parto. Las palabras en este recurso —que ha sido diseñado como un devocional— surgen de los momentos más oscuros en la vida de estas dos mujeres.

Esperanza en medio del dolor

Esperanza en medio del dolor

Poiema Publicaciones.
Poiema Publicaciones.

La angustia y las Escrituras

“Para sufrir bien, necesitas el evangelio” (p. 19). Estas son las primeras seis palabras del primer capítulo. Kristen explica que el sufrimiento nos lleva a estar “cansados de las tácticas de autoayuda” (p. 19), porque sabemos que a la larga no nos ayudan completamente. La autora resalta la importancia de las Sagradas Escrituras, haciéndonos entender que sin importar cómo se vea nuestro sufrimiento, “sin el evangelio, la aflicción es un camino sin salida” (p. 20). La enseñanza que se encuentra en cada capítulo nos muestra que, aunque el dolor es la consecuencia general del pecado para la raza humana, el evangelio es buena noticia para los pecadores, ya que el sufrimiento no es el fin de un cristiano.

“El evangelio te dice por qué existe el sufrimiento, pero también te dice cómo termina el sufrimiento” (p. 23).

El libro incluye 30 capítulos que se enfocan en diferentes temas. Algunos ejemplos son: “Más grande que mi dolor” (capítulo 5); “Evitando la amargura y la insensibilidad” (capítulo 12); y “Verás a Jesús” (capítulo 30). Las autoras dicen que no es necesario leer el libro en orden, ya que cada capítulo fue escrito como un devocional, así que cada capítulo tiene un tema único. Los capítulos hablan de cómo es vivir con dolor, ofrecen un breve estudio de una cita bíblica, y finalmente una oración. Las palabras de este recurso, fundamentadas en la Biblia, confrontan nuestro orgullo y nos alientan a estar sujetos a la verdad del evangelio.

¿Por qué un devocional?

Mientras escribo esta reseña, me he tenido que parar varias veces para estirar mis piernas por el dolor tan fuerte que siento. Al igual que las autoras, sufro de dolores crónicos causados (en mi caso) por una enfermedad autoinmune. Cuando siento dolor, tomar un libro no es lo primero que viene a mi mente. Especialmente un devocional. De hecho, para muchos, leer devocionales puede ser un poco monótono. Estos libros tienen un orden y formato a seguir. Pero no hay nada aburrido en quitar nuestra mirada de nuestro sufrimiento y mirar a Cristo. De hecho, leer un libro como éste, centrado en las Escrituras, puede ayudarte a responder a tu sufrimiento de la manera que Dios quiere.

“Pablo aún está escribiéndole a esas personas cuando dice: ‘Porque todos nosotros debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno sea recompensado por sus hechos estando en el cuerpo, de acuerdo con lo que hizo, sea bueno o sea malo’ (2 Co. 5:10). Los cristianos seremos juzgados por lo que hagamos mientras vivamos en este cuerpo terrenal. El día del juicio no solo es para los no creyentes, sino también para el pueblo de Dios. Y esto, al igual que todos los demás versículos que hemos estudiado, transforma nuestra manera de responder al sufrimiento”  (p. 239-240).

Aunque el dolor puede ser “inconveniente”, un devocional te puede dar la oportunidad de hacer una pausa y reflexionar en lo aprendido. En cada final de capítulo hay diferentes citas bíblicas para leer y meditar. Muchas noches no pude tomar el libro en mis manos por el dolor tan fuerte que tenía en un brazo. Meditar en las citas sugeridas en el libro que había leído el día anterior, Isaías 53:4, me ayudó a no desesperarme y confiar en la roca inconmovible: ¡Cristo! El formato de este libro puede ayudar a muchas personas que viven con dolor crónico.

El dolor y el creyente

El dolor fácilmente nos puede llevar a quejarnos diariamente, poniéndonos al centro de nuestro sufrimiento como si Dios no existiera. Kristen explica un poco sobre el orgullo durante el dolor:

“La debilidad puede llegar a sacar lo peor de nosotros. El orgullo suele ser lo que nos hace reaccionar negativamente ante el sufrimiento. Como nos gusta sentir que tenemos el control y que somos fuertes, etiquetamos como ‘malo’ e ‘inconveniente’ a todo lo que obstaculice nuestros planes y habilidades” (p. 29).

Las autoras de este libro se pueden identificar con los que se enfrentan con dolor inexplicable, ya que ellas diariamente viven con el reto de no ceder al completo agobio de lo que es sufrir como creyentes. Sarah nos recuerda el ejemplo de Pablo: “Pablo no está desesperado —está perplejo ante lo que Dios está haciendo, pero no está desesperado”. ¿Por qué no? “ … la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Heb 11:1)” (p. 56). Y así continúan las páginas de este libro, repletas de pasajes y ejemplos que nos da la Biblia sobre cómo sufrir bien.

Unas de las preguntas que me hacía mientras leía este libro era: ¿cómo podrá todo este dolor traerle gloria a Dios? Al final del día, solo la persona que tiene el dolor crónico y Dios realmente saben lo que se siente en el cuerpo, la batalla mental continua, y cómo todo esto afecta su vida diaria. De repente me encontré con esta frase: “Las circunstancias que nos parecen inútiles y confusas nos dan oportunidades para confiar en Dios y proclamar Su gloria a un mundo que no entiende el propósito del sufrimiento” (p. 60). Si algo aprendí al leer este libro es que no es la persona con dolor la que trae gloria a Dios, ni tampoco es el profundo dolor que la persona siente. Lo que trae gloria a Dios son las oportunidades que nos empujan a confiar y proclamar la gloria del Señor al mundo.

Suframos bien con el evangelio

El llamado de Kristen Wetherell y Sarah Walton —poner en marcha nuestra fe a pesar del dolor— es admirable. El libro ofrece más que versículos sobre el dolor o sufrimiento. Estos capítulos te llevan a analizar si verdaderamente estamos sufriendo de una forma que glorifique a Dios; ya sea que tu sufrimiento sea causado por el dolor físico u otra circunstancia, todos podemos aprender a sufrir bien.

Desde su título, Esperanza en medio del dolor nos recuerda que no estamos solos en medio del dolor. Tenemos una esperanza, y esta se encuentra en Cristo Jesús.

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