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Parte del ministerio que desarrollo en la iglesia local consiste en caminar de cerca con creyentes que muestran una necesidad mayor de acompañamiento, guía y exhortación por medio de la Palabra.

Uno de los desafíos más grandes de desarrollar un ministerio de consejería es presenciar el dolor de los que sufren por las consecuencias de los pecados propios y ajenos. Así que una de las mejores maneras de ayudar a alguien a enfrentar su dolor es tomarse el tiempo de acompañarlos y guiarlos a escuchar a Jesús en medio de todo lo que atraviesan.

A esto nos invita el libro Escuchando a Jesús en medio de tu dolor (Tyndale House Publishers, 2023), escrito por la conferencista, escritora y maestra de la Palabra, Nancy Guthrie, quien explora once declaraciones basadas en lo que Jesús experimentó y lo que habló a las personas que pasaban por un tiempo doloroso, durante Su ministerio en la tierra.

Escuchando a Jesús en medio de tu dolor

Escuchando a Jesús en medio de tu dolor

Tyndale House Publishers. 176 páginas.

Escuchando a Jesús en medio de tu dolor (Tyndale House Publishers, 2023), es un libro escrito por la conferencista, escritora y maestra de la Palabra, Nancy Guthrie, quien explora once declaraciones basadas en lo que Jesús experimentó y lo que habló a las personas que pasaban por un tiempo doloroso, durante Su ministerio en la tierra.

Tyndale House Publishers. 176 páginas.

La autora analiza estas enseñanzas de Jesús desde la experiencia de la pérdida de dos de sus hijos, eventos difíciles que la llevaron a las Escrituras para encontrar significado. Por eso el contenido de este libro no se basa en frases repetidas por alguien ajeno al tema; por el contrario, la autora nos invita a recorrer las Escrituras para escuchar lo que Jesús tiene para decir a quienes atraviesan por etapas de sufrimiento.

Lo que Jesús tiene para decirte en tu dolor

Como mencioné antes, la autora desarrolla once declaraciones adaptadas de algunas historias de Jesús que se registran en los evangelios.1 Estas palabras edificantes y alentadoras harán que los creyentes evalúen lo que creen sobre el dolor en la vida cristiana. De alguna manera, el libro intenta responder a la pregunta: ¿De qué maneras las palabras de Cristo afectan la vida de los que sufren?

Con frecuencia no advertimos cuánto necesitamos escuchar, conocer y vivir las verdades que Jesús tiene para decirnos, hasta que pasamos por angustias que nos quebrantan.

En mi ministerio he compartido con hermanas que han pasado por la pérdida de un hijo, enfermedades graves y otros problemas que les han dejado heridas profundas. Muchas veces las personas se sienten incapaces de dormir en medio de la noche debido a un dolor en el alma. Estas épocas de dolor nos llevan a cuestionar: ¿Sabe Jesús realmente lo que es tener el corazón roto? Al respecto, Guthrie comparte lo qué aprendió cuando perdió a su primera hija:

Escuchar a Jesús, el Hombre de dolores hablándome, me reveló algo sobre Su carácter, Su experiencia, Su conducta. Me reveló algo sobre Su corazón. Jesús tiene un corazón que ha sido roto. Jesús, el Hombre de dolores, se acerca a quienes estamos sufriendo y nos habla como alguien cuyo corazón también ha sido roto y nos llama a ir a Él (p. 3).

Leer Escuchando a Jesús en medio de tu dolor junto a los evangelios nos permite reflexionar detenidamente en cómo nuestro Salvador reaccionó frente a las situaciones difíciles que vivió. Por ejemplo, cuando Cristo experimentó una de las angustias más fuertes la noche antes de ser crucificado, que le provocó una reacción física —conocida en medicina como hematohidrosis— que el doctor Lucas describió: «Su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra» (22:44). En esa misma ocasión, nuestro Señor expresó la manera en que sometía Su voluntad a la del Padre, incluso estando cara a cara con la muerte: «Padre Mío, si es posible, que pase de Mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino como Tú quieras» (Mt 26:39).

Debido a que se encarnó en humildad, Jesucristo vivió como un ser humano y experimentó dolor, y esa es una de las razones por las que puede comprender el dolor que atravesamos en esta tierra (Is 53:3-10; cp. He 4:15). ¡Qué esperanza y gozo que nuestro Salvador Jesús nos llama hacia Él en medio del dolor! Jesucristo tiene un cuidado fiel y cálido de nosotros, mientras atravesamos por valles de sombra de muerte.

Escuchar a Jesús en el dolor te ayuda a mirar con otros ojos a las personas que te rodean

Cuando pasamos por tiempos de tristezas profundas, las palabras impertinentes de otras personas suelen empeorar el sufrimiento que sentimos. No obstante, Guthrie señala que Jesús siempre tiene algo valioso y relevante que decirnos en el sufrimiento y que, además, desea ofrecernos Su consuelo en momentos de dificultad.

Sin embargo, la autora también señala que es importante que conozcamos cuál es la realidad de lo que Cristo hace por nosotros y cuál es nuestro papel en el sufrimiento (Mt 16:24-25; cp. Mt 11:28-30; Gá 2:20):

En definitiva, morir a nosotros mismos es la única manera de vivir en realidad. Jesús nos salva de desperdiciar nuestra vida cuando estamos tratando de salvarla. Con amor, Jesús nos salva de nosotros mismos (p. 50).

Básicamente, una de las maneras de no generar falsas esperanzas en otros o en nosotros mismos cuando estamos sufriendo, es mantener nuestra mente en lo eterno. En este tema se enfoca cada capítulo, y puedes estar seguro de que este recurso explica cómo mirar hacia lo verdaderamente importante.

Un libro profundo y práctico

Mientras leía este recurso me sentía animada y exhortada. Un aporte excelente de este libro es que, al final de cada capítulo, Guthrie agrega un escrito parecido a una carta en la que adapta las palabras de Jesús para cada momento de sufrimiento y dolor que aborda.

La autora siempre se dirige a las Escrituras y parte de ellas para extraer reflexiones, consuelo y guía, tomando en cuenta su propia experiencia, y por eso afirma: «Francamente, he escogido muchas de estas afirmaciones [de Jesús] porque han sido las más desafiantes para mí a la hora de comprenderlas y aplicarlas a mis propias experiencias» (p. xiv).

Al final del libro hay una guía de preguntas para profundizar en cada capítulo. Como consejera, puedo verme leyendo este libro con algunas hermanas que necesitan escuchar las palabras de Jesús y haciendo juntas la guía para conversar de manera más intencional sobre el dolor.2

Con el recurso Escuchando a Jesús en medio de tu dolor tengo más que un libro en mis manos: tengo una herramienta fiel a las Escrituras para llevarla en medio de mis propias luchas y tristezas, y para acompañar a otros en este camino de santificación.

Al final de su libro, Guthrie afirma:

La carga de dolor que vienes llevando puede ser demasiado pesada para seguir cargándola solo, Jesús te extiende los brazos y te invita a vivir en Él, donde podrás descansar. «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso» (Mt 11:28). Jesús nos extiende los brazos (p. 140).

¿Estás dispuesto a escuchar lo que Jesús tiene para decirte en medio del dolor y para compartir con otros el consuelo que recibes de Dios? Escuchando a Jesús en medio de tu dolor puede ser de gran ayuda para hacerlo.


Si deseas conocer más de este recurso, te invito a leer este fragmento: Cómo el evangelio transforma nuestra visión del sufrimiento.


1  Cada una de las siguientes frases se desarrollan en cada capítulo del libro. Jesús te dice: 1) Yo también he conocido el dolor insoportable; 2) he oído al Padre decirme que no; 3) quiero sanar tu enfermedad más letal; 4) te salvaré de ti mismo; 5) te protegeré; 6) tengo un propósito para tu sufrimiento; 7) te daré un corazón dispuesto a perdonar; 8) soy suficiente para ti; 9) Yo doy vida a los que creen en mí; 10) Yo tengo el control de tu vida y de tu muerte; y 11) Yo te daré descanso.
2 Tuve el privilegio de conocer a Nancy Guthrie hace unos años en Argentina. Su capacidad, talento y amor a la hora de enseñar fue una de las cosas que más me impactó. Recuerdo que la manera en que compartió sobre cómo Dios había guiado y orquestado todo en su vida, conmovió mi vida.

 

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