Hace cerca de 40 años, un profesor de ética en un seminario Episcopal en Boston llamado Joseph Fletcher publicó un libro titulado “Situation Ethics” (Éticas de Situación). De inmediato su postura resultó muy atractiva, sobre todo en algunos círculos liberales. Esta teoría afirma que la ética cristiana no impone otro deber que el deber del amor.
Al enfrentar una decisión de índole moral en una situación dada, la ética situacional nos dice que todo lo que tenemos que hacer es preguntarnos cuál es la forma más amorosa de actuar en ese caso en particular.
La ética situacional proclama que no existen reglas morales y principios que prescriban lo que está bien y lo que está mal, sino que cada individuo es libre de actuar cómo él crea que es más consistente con el amor tal como él lo entiende.
El filósofo Ronald Nash lo explica de este modo: “Nada es intrínsecamente bueno excepto el amor; nada es intrínsecamente malo excepto el no amar… Dependiendo de la situación, el amor puede que encuentre necesario mentir, robar, presumiblemente hasta fornicar, blasfemar y adorar falsos dioses. El único absoluto es el amor”.
El problema con la ética situacional es que el amor necesita ser definido y lleno de contenido, pues de lo contrario se convierte en un vocablo y nada más.
Hitler estaba convencido que estaba haciendo un favor a la humanidad, o al menos a la nación alemana, haciendo un limpieza étnica; aunque durante ese mismo período, algunos alemanes, movidos por el amor, escondieron a judíos para librarlos del exterminio. He ahí dos conductas totalmente contrarias, que ambos bandos podían justificar apelando al amor. Y los ejemplos pudieran ser multiplicados.
Al igual que con el subjetivismo y el relativismo, la ética de situación nos deja en un callejón sin salida. Cito a Nash una vez más: “El amor requiere de más especificaciones de principios o reglas que sugieran la forma apropiada en que el amor deba ser manifestado”. Sin esos principios o reglas el amor no pasa de ser puro sentimiento místico (si desean leer más acerca de este tema los remito a la entrada titulada “All you need is love” en este mismo blog).
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