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Nota del editor: 

Esta pregunta fue enviada y respondida desde la columna Thorns and Thistles [Espinas y cardos] de TGC, que busca aplicar sabiduría con consejos prácticos sobre la fe, el trabajo y la economía.

Tengo que escribir sobre temas no bíblicos para comunicaciones corporativas. ¿Es eso pecaminoso?


Desde la publicidad y el entretenimiento hasta los memorandos de empresa y los mensajes en las redes sociales, vemos mensajes no bíblicos todos los días. Gran parte del contenido que consumimos ha sido elaborado por profesionales pagados. Un diseñador gráfico creó la valla publicitaria que te llamó la atención de camino al trabajo. Alguien en una oficina elaboró el memorándum que acaba de llegar a tu bandeja de entrada. Un autor escribió el libro de texto que está en tu mesita de noche.

A medida que la cultura empresarial se aleja de la moral y los ideales cristianos, que una vez fueron la corriente principal, tu pregunta será cada vez más importante.

Por supuesto, hay casos en los que tiene sentido que los cristianos escriban sobre temas no bíblicos con el propósito de aclarar, enseñar o crear conciencia general. Pero en este artículo, voy a suponer que se le pide que escriba sobre temas no bíblicos de una manera que promueve ciertos pecados como ideales aspiracionales. Déjame ofrecerte algunos pensamientos..

Sostén los objetivos de la vida cristiana

Todos los cristianos que trabajan en entornos seculares deben considerar el papel que desempeñan en la materialización de determinados mensajes. No puedes separarte totalmente de las palabras que escribes. Aunque respondas a un encargo de tu empleador, en última instancia eres tú quien lanza esas palabras al mundo. Por tanto, eres responsable de lo que dicen.

Consideremos entonces si tu escritura puede existir en armonía con algunos de los propósitos fundamentales de la vida cristiana.

1. Glorificar a Dios.

Una respuesta muy citada al principio del Catecismo Menor de Westminster afirma que «el fin principal del hombre es glorificar a Dios y gozar de Él por siempre». ¿El trabajo que realizas te permite cumplir ese fin o te lo impide? ¿Es Dios glorificado a través de tus escritos?

No todos los escritos vocacionales se basarán explícitamente en la fe. Puedes escribir libros de texto de matemáticas, políticas de nómina o el manual de usuario que viene en la caja con una nueva freidora de aire. Incluso las tareas más mundanas o aparentemente poco espirituales pueden glorificar a Dios a través de nuestra ética laboral, nuestra forma de decir la verdad y nuestro servicio a clientes y colegas. En muchos trabajos, podemos «hacer todo de corazón, como para el Señor» (Col 3:23). Pero no podemos glorificar a Dios mientras creamos contenidos que van en contra de Sus mandamientos.

2. Promover el avance de Su reino.

Hay mucho trabajo del reino por hacer en el mercado secular. Pero si participas en la difusión de mensajes que promueven el pecado, estás trabajando en contra del reino de Dios. Puedes estar haciendo que otros tropiecen en el pecado (Mr 9:42) y sus pecados los separarán de Dios (Is 59:2).

3. Guardar Sus mandamientos.

Se nos ha encomendado cumplir los mandamientos de las Escrituras (2 Ti 3:16-17) y la Biblia no guarda silencio respecto a nuestra comunicación:

  • «Pero Yo les digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado» (Mt 12:36–37).
  • «No salga de la boca de ustedes ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena para edificación» (Ef 4:29).
  • «Señor, pon guarda a mi boca; / Vigila la puerta de mis labios» (Sal 141:3).

Reconoce cuándo irte (y cómo quedarte)

Hasta que Jesús regrese, todos vivimos y trabajamos en presencia del pecado. Al reconocer este hecho, debemos considerar cuidadosamente cómo interactuamos con la comunicación que exalta la rebelión contra el diseño de Dios. A veces nuestras habilidades pueden ser empleadas de manera positiva en ambientes de trabajo seculares. También hay casos en los que sería más sabio buscar un trabajo diferente.

A medida que avances, considera tus opciones específicas. ¿Tienes influencia dentro de tu organización? ¿Puedes abogar por cambiar la naturaleza de los mensajes emitidos por tu equipo? Es posible que estés en una posición única para aportar una voz o una perspectiva diferente a tu empleador.

Si no estás en una posición de influencia, considera con qué frecuencia te piden que escribas sobre temas que entran en conflicto con tus creencias. Si se trata de una ocasión única o poco frecuente, es posible que tengas motivos para hacer una petición basada en tus creencias religiosas sinceras. El Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964 en Estados Unidos protege las libertades religiosas en el lugar de trabajo. Si la adaptación no supone una carga excesiva para la empresa, puede que tengas más opciones de las que crees. ¿Podrías renunciar a esta tarea y aceptar más trabajo en otra área?

Si no hay opciones disponibles, puede que sea el momento de buscar otro empleo. Como cristiano, tienes el don del Espíritu Santo (Jn 14:26). Has planteado tu pregunta porque tal vez te hayas sentido inquieto cuando te han pedido que escribas sobre ciertos temas. Es posible que el Espíritu esté creando cierta inquietud en ti para apartarte de una tarea o incluso de un trabajo.

Tómate tu tiempo para considerar tus tareas y las ideas que promueven. Al hacerlo, busca en oración el discernimiento para avanzar de una manera que te permita glorificar a Dios, hacer avanzar Su reino y cumplir Sus mandamientos.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Eduardo Fergusson.
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