Este es un fragmento adaptado del libro «Word-Filled Women’s Ministry«, de Gloria Furman y Kathleen Nielson. Editorial Crossway.
¿Qué imágenes llegan a tu mente cuando escuchas las palabras «ministerio de mujeres»? Todas nosotras venimos de diferentes contextos. Algunas imaginarán un pequeño círculo de mujeres reunidas alrededor de la cocina, o sentadas en sillas en el salón de reunión de la iglesia. Otras imaginarán conversaciones cruciales de una a una en algún café, otras pensarán en tiempos de crisis con un grupo de mujeres reunidas en la sala de una amiga con lágrimas y oraciones fluyendo. Otras tendrán imágenes completamente diferentes.
¿Cómo podemos unir todas estas imágenes en el álbum que hemos llamado «Ministerio de Mujeres»? Nunca tendríamos suficientes páginas, y eso es algo bueno.
Todas estas imágenes pueden estar juntas si vemos cada una de estas escenas como lugares donde el trabajo de la Palabra está ocurriendo. El ministerio de mujeres debe estar principalmente fundamentado en la Palabra, no debemos iniciar con las necesidades de las mujeres a pesar de que debemos llegar a esas necesidades.
Para hablar de las Escrituras como central, estaré hablando y volviendo una y otra vez a Isaías 55, porque este capítulo nos dice por qué necesitamos la Palabra de Dios.
La Palabra de Dios es Dios hablando
Comencemos en el centro del pasaje. No creo que haya unos versos tan hermosos como Isaías 55:10-11 para ayudarnos a ver la verdad fundamental de que la Biblia es Dios hablándonos a nosotras.
«Porque como descienden de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelven allá sino que riegan la tierra, haciéndola producir y germinar, dando semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié», Isaías 55:10-11.
La primera verdad para afirmar sobre la Biblia es que la Biblia es Dios hablando. No es solo un libro acerca de Dios. La imagen que Isaías usa para la Palabra de Dios es una imagen de la nieve y la lluvia viniendo desde el cielo, dando vida a la tierra y haciendo las cosas crecer. Es una imagen de un regalo celestial.
Me encanta la manera en la que el teólogo John Frame nos ayuda a entender cómo funciona la Biblia; de acuerdo al doctor Frame tú debes imaginarte a Dios parado al pie de tu cama hablándote. Imagina al Dios del universo hablando justo al lado de ti, es así de personal.
Nuestro Dios es un Dios que habla. ¿Cómo Él creó el mundo? Hablando. Él dijo: «Hágase la luz» (Gen. 1:3) y hubo luz. Las Palabras de Dios dieron forma a la tierra, su Palabra sustenta todo, incluyéndonos a nosotras.
Si la Biblia es realmente Dios hablando, la respuesta natural es que cada uno de nosotros los seres humanos lo que más necesitamos es mirar y recibir estas palabras cada día de nuestras vidas. Esta es la respuesta lógica y nuestra más básica necesidad.
La verdad de que la Palabra es Dios mismo hablando debe moldear nuestras vidas y ministerios como pueblo de Dios.
La Palabra de Dios es poderosa
La segunda verdad a afirmar acerca de la Biblia es que esta es poderosa. Debe serlo, si la Palabra es el mismo aliento de Dios, el aliento que hizo el mundo entero. De esto es que está hablando Isaías 55:11 cuando dice que la Palabra de Dios no volverá vacía sino que realizará lo que Él desea.
Si la Palabra de Dios es tan poderosa entonces nosotras podemos confiar en ella. Podemos confiar en su poderosa Palabra haciendo su trabajo entre el pueblo de Dios. Esto significa que nosotras planificaremos basándonos en el hecho de que su Palabra es viva y eficaz y más cortante que una espada de dos filos.
Nosotras no tenemos esta clase de poder en nosotras mismas, nosotras necesitamos la «Espada del Espíritu» (Ef. 6:17) que corta nuestras vidas salvando y sustentando.
La Palabra de Dios es para todos
Nuestro tercer punto a afirmar de la Palabra de Dios es que es para todos, no para algunos en específico, sino para todos. A veces las voces a nuestro alrededor pudieran llevarnos a pensar que solo las personas muy inteligentes pueden entender la Biblia, o los pastores o aquellos con una gran educación teológica, o las personas que son buenas o que han crecido en una familia cristiana.
Nosotras comenzamos en el centro de Isaías 55, pero es importante que notemos cómo inicia esta capítulo, con un llamado de «ven y bebe, ven y come» y este llamado en los primeros versos es para todo aquel que tenga sed. Porque Dios llama a todo aquel que tenga sed a escuchar entonces Él debe pretender que todo el que tenga sed sea capaz de entender. La Palabra de Dios habla claramente al mundo entero que Él ha creado.
La Palabra de Dios es un asunto de vida o muerte
Lo que viene luego en Isaías 55 es importante, sin esto versos pudiéramos creer el resto de este capítulo, pero no pudiéramos hacer nada al respecto. Los versos 6-9 nos hablan de que la Palabra es un asunto de vida o muerte:
«Buscad al SEÑOR mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cerca.
Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al SEÑOR, que tendrá de él compasión, al Dios nuestro, que será amplio en perdonar.
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos–declara el SEÑOR. Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos».
Aquí hay una urgencia de vida o muerte. El tiempo se acabará. Es claro que esta oportunidad de oír es ofrecida solo mientras Dios pueda ser hallado o mientras Él esté cerca. En nuestras vidas y ministerios debemos estar activamente respondiendo a ella o llamando a otros a responder a la Palabra de Dios.
La Palabra de Dios es completamente sobre Jesús
Isaías 55 nos habla de que podemos comprar comida y bebida sin dinero. ¿Cómo puede ser esto comprado sin dinero? ¿Cuál es el pago y quién es que paga? El verso 3 de este capítulo nos da la mejor noticia de este capítulo, es la noticia a la que estamos llamadas a comer.
La siguiente verdad de este pasaje es la verdad de la Biblia completa, es que la Biblia se trata completamente de Jesús.
Si estamos pensando en un ministerio de mujeres centrado en la Palabra, estamos pensando en un ministerio que abre a las personas la gran historia de las Escrituras con Cristo en el centro, para que ellos puedan entender las historias de sus propias vidas centradas en la historia y gloria de Jesús.
El álbum del ministerio de mujeres con sus diferentes imágenes puede llegar a ser intensamente colorido y hermoso mientras muestra el proceso de abrirnos a las Palabras de la misma boca de Dios, viniendo a nosotras como lluvia y nieve desde los cielos, regando la tierra, trayendo vida, completando todo el propósito de Dios para la gloria de su Nombre.