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Nota del editor: 

Este es el segundo artículo de la serie del Dr. Jason DeRouchie Cómo entender y aplicar el Antiguo Testamento. Puedes leer el artículo anterior aquí.

Mi hija mayor, cuando era más joven, era una maestra del análisis de “géneros”. Lo vi claramente después de su viaje diario al buzón de correo, cuando apartaba las facturas y los anuncios para seleccionar las cartas de amigos o familiares. Con cada nueva pieza de composición literaria, casi siempre identificamos su género. Decidimos (consciente o inconscientemente) si un texto es un trabajo de investigación o un poema, una historia fáctica o un cuento de hadas. Buscamos pistas en el formato, la presentación, las declaraciones introductorias o finales y en el contenido. Buscamos las señales del autor sobre si algo es sátira, ficción o no ficción. Estos indicadores apuntan al género de un documento.

Género: meta, definición y propósito

El primer paso de la exégesis es comprender el género, que también es el paso inicial para determinar la composición del texto (es decir, establecer el texto). Al evaluar el género, el objetivo es determinar la forma literaria, el tema y la función del pasaje en el cual te estás enfocando, compararlo con géneros similares y considerar las implicaciones para la interpretación. El género se refiere a una categoría identificable de composición literaria que generalmente exige sus propias reglas exegéticas. Además, diferentes géneros tienen diferentes funciones, existiendo algunos para transmitir información o suscitar pensamientos (p. ej., leyes y narrativas históricas), mientras otros afectan y traen como resultado ciertos comportamientos, creencias y sentimientos (p. ej., salmos y canciones de amor). Por ende, confundir el género de una obra puede llevar a una interpretación distorsionada. Nuestras decisiones en este punto darán forma al resto del proceso interpretativo.

Para el rey David, las palabras del profeta Natán sobre la oveja robada cambiaron de una narración histórica sobre la injusticia de otra persona, a una parábola narrativa sobre su propia injusticia a través de una única frase: “Tú eres aquel hombre” (2 S 12:1-7). El contexto guió su análisis de género y el resultado fue el reconocimiento de su horrible pecado.

Una muestra de los géneros del Antiguo Testamento

La Biblia contiene muchos géneros, de los cuales los más frecuentes son las narraciones históricas, las condiciones o estipulaciones del pacto (es decir, leyes), profecías, salmos y proverbios. Todos estos géneros primarios contienen múltiples subgéneros. Las narraciones históricas, por ejemplo, pueden incluir biografías (Gn 38), canciones (Éx 15:1-18), acertijos (Jue 14:14), genealogías (Rt 4:18-22), relatos de nacimiento y muerte (1 S 1, 31), entre otros. La mayoría de los textos legislativos en sí mismos se construyen dentro de relatos narrativos históricos y se presentan en dos formas: principios básicos (ley apodíctica, Éx 20:3) y pautas situacionales (jurisprudencia, Éx 21:28). Las legislaciones abordan todas las esferas de la vida, incluidas las ofensas criminales (Dt 24:7), las disputas civiles (Éx 22:2-3), las leyes de familia (Dt 25:5-6), la legislación de culto o ceremonial (Éx 20:24- 26) y pautas para la compasión (Dt 14:28-29). Las profecías aparecen como acusaciones (Mi 3:8), instrucciones (Sof 2:3), advertencias o predicciones de castigo (Am 4:1-3) y promesas esperanzadoras de salvación (Zac 8:7-8). Según 1 Crónicas 16:5, los subgéneros más básicos de los salmos son la invocación o lamento (Sal 3), la acción de gracias (Sal 30) y la alabanza (Sal 117), aunque los estudiosos a menudo delimitan más categorías. Si bien el libro de Proverbios incluye tanto instrucción general como predicciones, el género más dominante es el proverbio, que es un dicho sucinto y memorable de uso común que establece una verdad general o un consejo. Muchos proverbios son para ocasiones específicas y abordan las verdades principales sobre el futuro y no las verdades inmediatas para el tiempo presente (cp. Pr 10:27; 11:20; 13:21).

Poniendo el género dentro de su contexto bíblico

La Biblia judía que tenían Jesús y los apóstoles, incluía los mismos libros que nuestro Antiguo Testamento (AT), pero algunos elementos estaban organizados de manera diferente. No solo combinaba algunos libros en volúmenes individuales que están separados en nuestra Biblia (Samuel, Reyes, los Doce [profetas menores], Esdras-Nehemías, Crónicas)[1], también tenía un orden diferente consistente en tres divisiones: la Ley (tôrâ), los Profetas (něbîʾîm) y los Escritos (o “las otras Escrituras”, kětûbîm).[2] La evidencia bíblica también sugiere que la Biblia de Jesús comenzaba con Génesis y terminaba con Crónicas.[3]

La organización canónica a la cual hago referencia no es la de la edición crítica estándar de la Biblia hebrea, sino que se encuentra en la lista más antigua de los libros canónicos judíos fechados alrededor de los días de Cristo y ubicados en Baba Batra 14b. Como es evidente en la siguiente imagen, la narrativa histórica bíblica corre cronológicamente desde Génesis hasta Reyes, hace una pausa desde Jeremías hasta Lamentaciones y luego se reanuda desde Daniel hasta Esdras-Nehemías. Crónicas recapitula la historia desde Adán hasta el decreto de Ciro de que Israel puede regresar del exilio. En cuanto al comentario, los últimos profetas estructuran los cuatro libros de mayor a menor. Los primeros escritos siguen el mismo patrón, excepto que Rut es el prefacio del Salterio y Lamentaciones sigue a Cantar de los Cantares. Podría decir mucho más sobre el orden de la Biblia de Jesús,[4] pero es importante reconocer dos cosas aquí: (1) La narrativa histórica enmarca todo el Antiguo Testamento, lo que significa que la (verdadera) historia de la obra de Dios para traer al Mesías a salvar al mundo proporciona el lente para comprender todo lo demás. (2) El Antiguo Testamento también incluye libros de comentarios poéticos y proféticos no narrativos que colorean, aclaran y controlan nuestra lectura de la narrativa en sí.

Un ejercicio de análisis de género: narrativa histórica

Para nuestro ejercicio de análisis de género, consideraremos la narrativa histórica de Jonás. Estamos analizando la narrativa histórica, ya que constituye el 65% del AT. Para interpretar correctamente la narrativa histórica, el intérprete debe seguir cinco pautas.

1. Distinguir el episodio y sus escenas

El término “episodio” en la exégesis del AT está relacionado con su uso en una serie de televisión como 24. En 24, cada temporada consta de veinticuatro episodios de una hora de duración que se complementan entre sí y hacen progresar la historia. Dentro de cada episodio, puede haber seis o doce escenas individuales que nos llevan a través del equivalente a 60 minutos en la vida de los personajes. Para entender 24 y programas similares, uno debe poder comprender cómo cada escena contribuye al mensaje de cada episodio, y cómo cada episodio contribuye a la historia general de la temporada. Asimismo, debemos dividir cada libro bíblico de narrativa histórica en sus episodios y luego identificar cómo las escenas de ese episodio funcionan juntas para comunicar el punto principal del episodio.

En el libro de Jonás, el primer “episodio” está descrito en Jonás 1:1–2:10 y los capítulos 3:1–4:11 son el segundo “episodio”. Podemos identificar estas porciones de las Escrituras como episodios porque ambas comienzan con: “La palabra del Señor vino a Jonás” (Jon 1:1; 3:1). Al notar cambios en el participante, el contexto y la gramática, el primer episodio parece constar de cuatro “escenas”. Estas escenas son: (1) el llamado de Yahvé de ir en una misión (Jon 1:1-2); (2) la rebelión de Jonás (Jon 1:3-16); (3) la respuesta de Yahvé a la rebelión de Jonás (Jon 1:17), y (4) la respuesta de Jonás a la misericordia de Yahvé (Jon 2:1-10). ¿Dónde sugiere el texto que terminan las escenas del segundo episodio (Jon 3:1–4:11)?

2. Considerar las características literarias

Habiendo identificado las escenas de los episodios, ahora consideramos características literarias. Esto implica examinar el contexto literario, el desarrollo y caracterización de la trama y los comentarios editoriales. Para comprender el contexto literario, examina lo que viene antes y después de tu pasaje, tratando de comprender cómo encaja la ubicación literaria de tu episodio dentro del flujo de la narración. Sigue el desarrollo de la trama y la caracterización de una narrativa histórica al discernir la naturaleza del conflicto y su resolución, el papel de Dios en la narrativa y cómo las palabras y los hechos de los humanos se relacionan con su pacto con Dios.

El libro de Jonás carece de comentarios editoriales importantes, pero hay una serie de otras características literarias que son significativas. Con respecto al contexto literario, el primer episodio termina con Jonás celebrando su propia experiencia de la misericordia de Dios (Jon 2:8-9), pero el segundo episodio muestra a Jonás detestando que sus enemigos experimenten la misericordia de Dios (Jon 3:9-4:2). En cuanto al desarrollo y caracterización de la trama, en el primer episodio, Yahvé es claramente el personaje principal, con Jonás apareciendo solo como un contraste para exaltar la soberanía y la misericordia de Dios. Yahvé llama a Jonás a Nínive; Yahvé envía la tormenta y Yahvé la intensifica para evitar que los marineros rescaten al profeta; Yahvé provee el pez que rescata a Jonás y Yahvé es el objeto de la alabanza de Jonás desde el vientre del pez. Jonás está agradecido de que Yahvé lo salve del pez, pero en el segundo episodio, Jonás se enojará porque Yahvé salvará a Nínive del castigo. Al profeta de Yahvé no le gusta el carácter de Yahvé, y esto es una verdadera ironía. ¿Qué características literarias puedes identificar en el segundo episodio?

3. Expresar la idea principal del episodio narrativo en una sola frase 

La idea principal de un episodio narrativo histórico suele encontrarse dentro de un discurso y casi siempre nos dice algo sobre Dios o cómo nos relacionamos con Él. En la oración de Jonás al final del primer episodio, él vincula los actos de salvación de Yahvé con la esperanza del pueblo en su misericordia: “Los que confían en ídolos vanos Su propia misericordia abandonan… La salvación es del Señor (Jon 2:8-9). Luego, hacia el final del segundo episodio, el profeta ora de nuevo, destacando por qué nunca quiso ir a Nínive en primer lugar: “Yo sabía que Tú eres un Dios clemente y compasivo, lento para la ira y rico en misericordia, y que te arrepientes del mal anunciado” (Jon 4:2; cf. Éx 34:6). El libro parece estar destacando el carácter amoroso del Señor y la acción salvadora, y debemos interpretar las escenas y episodios a la luz de ello. Al hacer esto, se obtiene la siguiente idea principal de una sola oración para el primer episodio de Jonás (Jon 1:1-2:10): ¡Dios desea que la gente confíe personalmente en Él y experimente su misericordia y salvación! ¿Cómo elaborarías la idea principal del segundo episodio?

4. Redactar un bosquejo exegético del episodio narrativo que se alinee con el propósito del pasaje

Habiendo prestado mucha atención a las tres pautas narrativas históricas anteriores, ahora podemos esbozar un bosquejo basado en mensajes que demuestran cómo las diversas escenas funcionan juntas para crear un episodio unificado. Este bosquejo, a su vez, podría servir como la estructura misma de un sermón o lección. Teniendo en cuentas las divisiones de escena del primer episodio y la idea principal, propongo el siguiente esquema, que trata de mostrar cómo la idea de la misericordia sostiene todo el mensaje:

  • Primera experiencia de Jonás de la misericordia de Yahvé (1:1-2:10)
    • Llamado inicial de Yahvé a una misión de misericordia (1:1-2)
    • La necesidad personal de Jonás de misericordia (1:3-16)
    • La demostración de misericordia de Yahvé (1:17)
    • La respuesta positiva de Jonás a la misericordia de Yahvé (2:1-10)
  • La segunda experiencia de Jonás de la misericordia de Yahvé (3:1-4:11)

¿Cómo completarías el bosquejo del segundo episodio?

5. Evaluar las trayectorias teológicas del pasaje

En esta parte hacemos preguntas como: ¿El pasaje se trata más de creer o de hacer? ¿Qué nos dice acerca del carácter o las acciones del Dios trino e inmutable? ¿Cómo anticipa la persona y obra de Cristo? En este paso es que comprendemos mejor el valor perdurable del pasaje para los cristianos de hoy.

Jonás exalta a Yahvé como un Dios cuya misericordia lo mueve a salvar a todos los que lo buscan. El libro anima a las personas a esperar personalmente en su misericordia alejándose de los ídolos, pero también desafía a las personas a proteger sus corazones de negar esa misericordia salvadora de los demás. Una de las formas en que el libro anticipa a Cristo es que revela el profundo deseo de Dios de ser misericordioso y compasivo con la humanidad pecadora, y este deseo se manifiesta en última instancia en la gracia gloriosa (misericordia) y la verdad (fidelidad) que vienen a través de Jesús (Jn 1:14, 17; cf. Éx 34: 6; Jon 4:2).


[1] Nota, por ejemplo, cómo Hechos 7:42-43 habla de un solo “libro de los profetas” y luego cita Amós 5: 25-27.
[2] Además extrabíblica, vemos evidencia de esta estructura de tres partes cuando Jesús declaró después de su resurrección: “Esto es lo que Yo les decía cuando todavía estaba con ustedes: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre Mí está escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos” (Lc 24:44).
[3] Vemos esto en una de las confrontaciones de Jesús con los fariseos, en la que habló del martirio de los profetas del Antiguo Testamento “desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías” (Lc 11:51; cf. Mt 23:35). Jesús parece haber estado hablando canónicamente, mencionando al primer y último mártir en la estructura literaria de su Biblia. Específicamente, así como Génesis registra el asesinato de Abel, el final de Crónicas destaca a un tal Zacarías que fue asesinado en el patio del templo durante el reinado de Joás (835-796 a.C.; ver 2 Cr 24:20-21).
[4] Ver Jason S. DeRouchie, “Is the Order of the Canon Significant for Doing Biblical Theology?” (¿Es significativo el orden del canon al hacer teología bíblica?) En 40 Questions about Biblical Theology (40 preguntas sobre teología bíblica), por Jason S. DeRouchie, Oren R. Martin y Andrew David Naselli, 40 Questions (40 preguntas), (Grand Rapids: Kregel, 2020), 157-170.

Este es un material adaptado de “Capítulo 1: Género”, en How to Understand and Apply the Old Testament (Cómo entender y aplicar el Antiguo Testamento) de DeRouchie, 21-97.
Publicado originalmente en For The Church. Traducido por Equipo Coalición.
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