“Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos”, Juan 17:13 (RV60).
Cuando estamos en momentos de crisis es fácil estar absorbidos en nosotros mismos, “dando vuelta en nuestra cabeza” a todas las posibles ramificaciones de eventos que puedan venir como consecuencias y resultado del momento difícil.
Esa es una razón por la que resulta emotivo ver cómo Jesús, antes de enfrentarse al momento más difícil de su vida, está pensando y orando por sus discípulos. Después de buscar primeramente glorificar al Padre, Jesús piensa en los que el Padre le dio, pues eran de Él para que estuvieran con Jesús y fueran parte de su ministerio (Jn. 17:9; Mr. 3:14).
En esta oración tan especial encontramos varias cosas que Jesús pide al Padre en relación a sus discípulos, pero me llama la atención la que está en nuestro versículo de hoy, que tiene que ver con el gozo.
Tal vez hablamos poco del gozo como una evidencia de la obra del Espíritu en nosotros. A veces, incluso los seguidores de Cristo no somos conocidos como personas de “gran gozo”. Pero aquí vemos a Jesús orar por discípulos, pidiendo que su gozo se cumpla en ellos.
Parte de la provisión de Dios para nosotros es que que podamos experimentar un creciente gozo en nuestra vida, que es sobrenatural (producido por el Espíritu), y a la vez natural y nada forzado. Necesitamos examinar continuamente nuestro “nivel de gozo” para ver la condición espiritual de nuestro corazón, pues podemos olvidar fácilmente y tomar a la ligera la gran obra en la cruz del Calvario y en nuestro favor.
“Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos”, Romanos 4:7 (RV60).
Las buenas noticias para ti y para mí son que, ante los retos de vivir en un mundo de gozos superficiales y pasajeros, podemos recordar que Jesús oró para que su gozo fuera una evidencia de su obra en la vida de sus discípulos. Él oró para que su Espíritu produjera y completara su gozo en nosotros, para su gloria y para testimonio a otros en este mundo.
“Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos”, Juan 17:20 (RV60).
Piensa en esto y encuentra tu descanso en Él.



