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Esta es la certeza que nos dan las Escrituras: la confirmación que el Nuevo Testamento da del cumplimiento de las profecías sobre el nacimiento del Mesías y los eventos que lo acompañaron.

Al conmemorar la navidad, los creyentes no celebramos una fecha, sino un acontecimiento que cambió el curso de la humanidad. Esto es importante porque entre los académicos hay discrepancias en cuanto a la fecha exacta del nacimiento de Jesús, pero entre ellos no hay duda alguna de que Cristo, el Mesías prometido, nació.

Si hablamos de un hecho histórico, es importante que los creyentes conozcamos cuáles profecías se cumplieron con el nacimiento de Jesucristo. El resto del Nuevo Testamento registra el cumplimiento de muchas más profecías de las que los Evangelios mencionan. Para explicar esto, divido las profecías en dos categorías:

1) Profecías cumplidas, descritas directamente por el Nuevo Testamento

Por “directamente” me refiero a que un personaje del Nuevo Testamento citó al profeta, la profecía, o el evento, y usó una frase similar a esta: “para que se cumpliese lo dicho por el profeta”.

  • Isaías profetizó que la virgen concebiría, daría a luz a un varón, y lo llamaría Emmanuel, que significa “Dios con nosotros” (Is 7:14; 9:6). Lucas registra que María indicó ser virgen (Lc 1:35). Mateo confirma que la profecía se cumplió cuando María dio a luz a Jesús, nombre que significa “el Salvador” (Mt 1:22-23).
  • Miqueas profetizó que en Belén nacería el gobernante eterno de Israel (Mi 5:2). Cuando los magos del oriente llegaron a Jerusalén preguntando por el rey de los judíos, Mateo confirmó que los sacerdotes y escribas de Jerusalén respondieron a Herodes que Miqueas había profetizado el nacimiento del Cristo en Belén (Mt 2:3-6).
  • Oseas profetizó que Dios llamaría de Egipto a su Hijo (Os 11:1). Mateo registra el cumplimiento de esta profecía cuando narra que José, María, y el niño Jesús volvían de Egipto, a donde habían huido de Herodes por la matanza de los niños (Mt 2:14-15).
  • Jeremías profetizó la muerte de los niños de Belén (Jr 31:15). Mateo interpreta que se trata de la muerte de niños ordenada por Herodes cuando intentó matar a Jesús (Mt 2:16-18).
  • Mateo interpretó la frase “un retoño brotará del tronco de Isaí”, dicha por Isaías (Is 11:1; Mt 2:23), como una alusión a que el Mesías nacería como un ser humano y que residiría en una ciudad llamada Nazaret, y por eso sería llamado nazareno (es un juego de palabras hebreas de la misma raíz que relaciona “retoño” y “Nazaret”).

2) Profecías cumplidas, descritas indirectamente por el Nuevo Testamento

Con la palabra “indirectamente” me refiero al evento —sobre el nacimiento de Cristo— que un redactor del Nuevo Testamento registra y que es una profecía cumplida, aunque el redactor no lo indique.

  • Génesis 3:15 registra que “su simiente (de la mujer)”, el Mesías, iba a vencer a la serpiente. Para esto era necesario que naciese, y esto se cumplió con el nacimiento, muerte, y resurrección de Cristo. A lo largo del Nuevo Testamento se registran estos eventos y sus implicaciones.
  • Existen los llamados salmos mesiánicos que profetizaron y describieron características o situaciones que se relacionarían con el Mesías (cp. Sal 2; 22; 110). El Nuevo Testamento registra que estos salmos se cumplieron en Jesús.
  • Hechos 2:31 y Hebreos 4:15 confirman el Salmo 16:10, que el Mesías no vería corrupción, y así fue desde su nacimiento hasta su muerte y resurrección.
  • Lucas 1:31-33 y Hebreos 1:10-12 confirman lo que el Salmo 22 predijo sobre el Mesías, que este sería grande en gloria, honra, y poder y que esto sería reconocido desde su nacimiento. Este hecho se cumplió con la llegada de los magos del oriente y los pastores (Mt 2:1-2). Herodes también reconoció indirectamente el poder del Mesías nacido porque temió perder su reino e intentó matarlo (Mt 2:3, 16).
  • Lucas 1:32 ratificó el Salmo 132:11, donde se afirma que el Mesías vendría de la simiente de David. Hecho que también registran las genealogías de Mateo 1 y Lucas 3; también en otros pasajes de los Evangelios se le llama “Hijo de David” (Mt 9:27; 15:22; 20:30; 21:9; Lc 18:39).
  • Lucas 1:32; Juan 1:14, y 1 Timoteo 3:16 confirman que el niño nacido tendría naturaleza divina, como profetizó Isaías 9:6, ya que los atributos que se reconocen en Él no podría tenerlos ningún ser humano, solo el Dios hecho carne.
  • Lucas 1:32-33 ratifica la profecía de Isaías 9:7, acerca del niño nacido en Belén, donde el profeta declara que el reino del Mesías será eterno. Apocalipsis atestigua y profetiza este hecho innegable en la escatología bíblica.

Las profecías y su cumplimiento son parte de la enorme lista de evidencias que respaldan la veracidad indiscutible de las Escrituras y ratifican que Dios está detrás de cada evento narrado en ellas. Así también, revelan que existe un hermoso plan de redención para la humanidad y que Dios está presente, obra con propósito, y que nada está fuera de su control.

Alrededor del nacimiento de Cristo hay doctrinas esenciales que debemos creer, como la doctrina del nacimiento virginal. Además, debemos comprender los propósitos que revisten la llegada de Cristo a la tierra: Él vino para revelar a Dios, redimir a la humanidad, y presentar el camino al Padre por medio de la fe en Cristo.

No olvidemos que la historia de la Navidad inicia en Génesis con la creación y concluye en Apocalipsis con nuestra redención final. La Navidad no es un hecho histórico aislado, sino que es el punto de inflexión donde la humanidad quedó marcada por el nacimiento más bello de todos los tiempos, porque ahí se encarnó la esperanza para nosotros los pecadores.

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