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Nota del editor: 

Este artículo es el segundo de una serie de tres reflexiones basadas en Proverbios 5, donde Salomón aconseja a los enamorados. Lee la primera parte.

En temas de relaciones sentimentales frustradas y enamoramientos que hacen daño, suelo escuchar frases como “lo que le pasó a ella nunca me pasará” o “yo podré hacerle cambiar ese mal comportamiento”. Ambas frases evitan que tengamos una actitud correcta ante un dolor muy común no solo en esta generación, sino en todas.

Sin embargo, Salomón nos explica que “prevenir es mejor que curar” cuando hablamos del enamoramiento hacia una persona “extraña” o que no camina con Dios. Entonces, a la luz de Proverbios 5, ¿cómo evitamos un daño innecesario en el área sentimental?

Mantén una distancia prudente

“Ahora pues, hijos míos, escúchenme, y no se aparten de las palabras de mi boca. Aleja de la extraña tu camino, y no te acerques a la puerta de su casa”, Proverbios 5:7-8.

Como vimos en el artículo anterior, Salomón llama la atención pero ahora no se dirige a uno solo de sus discípulos (v. 1), sino que se dirige a todo el grupo con el mismo afecto y les dice “hijos míos” (v. 7). La estructura de este versículo da a entender que esta situación no es un asunto particular de un joven distraído, sino que podría sucederle a cualquiera de ellos, si es que no toman las medidas correspondientes.

El maestro pasa entonces a dar un breve pero poderoso consejo de mantener una distancia prudente. Este consejo tiene dos variables para hacerlo aún más efectivo: (1) “Aleja de la extraña tu camino” (v. 8); esto es evitar de forma proactiva que el extraño se acerque demasiado a nuestras vidas. Muchos pueden testificar que nos quemamos cuando ponemos las manos muy cerca del fuego. Y (2) “no te acerques a la puerta de su casa” (v. 8); esto es evitar de forma proactiva el acercarnos demasiado a los extraños.

En ambos casos, lo prudente consiste en que mientras no conozcas bien a esa persona es preferible que no se acerque tanto y evitemos una relación demasiado cercana. Esto es solo prudencia para evitar tentaciones y provocaciones innecesarias.

Considera las cuatro pérdidas probables

“No sea que des tu vigor a otros y tus años al cruel; no sea que se sacien los extraños de tus bienes y tu esfuerzo vaya a casa del extranjero”, Proverbios 5:9-10.

1) Lo mejor de ti será aprovechado por otros y no por los tuyos. La idea de “vigor” no solo incluye la fuerza, sino también la belleza, la gloria, y la autoridad. Habla de que en esa relación no obtendrás bienestar, sino que te desgastará hasta el punto de perder todo lo valioso que tenías.

2) Perderás un tiempo que no podrás recuperar. La idea del “cruel” está relacionada con una persona que nos usa sin consideración alguna. No hay nada más triste que escuchar a una persona arrepentida de una relación, que hace hincapié del tiempo perdido desde el inicio y que no lo advirtió a tiempo.

3) Desconocidos se aprovecharán por completo de nuestros recursos. He escuchado a muchos que mencionan lo agotados que quedaron luego de, sin resultados, tratar de satisfacer a un extraño. Una persona extraña se aprovechará de nosotros y, tarde o temprano, nos daremos cuenta de que fuimos los que pusimos todo de nuestra parte para tratar de saciar lo imposible.

4) Nuestra fuerza productiva no prosperará nuestra casa. Cuando nos dejamos llevar por un extraño, poco a poco este nos aleja de nuestras familias, amigos, y hermanos. Sin darnos cuenta, terminamos esforzándonos por desconocidos, mientras que los nuestros nos han perdido y lamentan nuestra ausencia.

Identifica las consecuencias terribles de ignorar el consejo

“Y digas: ‘¡Cómo he aborrecido la instrucción, y mi corazón ha despreciado la corrección! No he escuchado la voz de mis maestros, ni he inclinado mi oído a mis instructores. He estado a punto de completa ruina en medio de la asamblea y la congregación’”, Proverbios 5:12-14.

Salomón no duda en mostrar las consecuencias devastadoras de una relación con un extraño, exponiendo de forma dramática y en primera persona el lamento de alguien que viene a darse cuenta de su situación cuando ya casi lo ha perdido todo.

La enseñanza deja ver que el extraño terminará involucrando a otros extraños que acabarán y desviarán la vida del que se dejó seducir. Es interesante ver que las cuatro pérdidas no están relacionadas con el área emocional, sino que van dirigidas al centro de una vida productiva y provechosa en todo sentido.

Salomón también dice: “Y al final te lamentes, cuando tu carne y tu cuerpo se hayan consumido” (Pr. 5:11). Nuevamente, el maestro usa las palabras “al final” (v. 4, 11) como sugiriendo los resultados evidentes e imposibles de remediar al caer bajo la seducción del extraño. La idea de “tu carne y tu cuerpo se hayan consumido” solo resalta el daño causado que deja a la persona en no más que “huesos y pellejo”. ¿No es así como vuelven muchos luego de una aventura romántica con un extraño?

El lamento, entonces, aborda el reconocimiento tardío de su rechazo a la instrucción preventiva, como también en su desprecio a la corrección posterior mientras persiste en mantener una relación (v. 12). Ahora sabe que la enseñanza siempre estuvo presente, pero no la quiso oír y no tuvo una actitud humilde de aprendizaje (v. 13).

Finalmente, su grito lastimero da muestra de un aspecto aún más terrible de su condición. La persona reconoce que estuvo “a punto de completa ruina” solo por su equivocada actitud de corazón. Todo sucedió en medio de la congregación y delante de sus autoridades. Por lo tanto, no puede quejarse de soledad, solo de necedad.

A ti también te puede pasar

Estas palabras las hemos escuchado muchas veces y es triste reconocer que muchos quieren usar de la sabiduría del mundo y dicen “quiero aprender de mis errores” o “no sé todavía lo que hice mal”. Lo cierto es que el maestro de sabiduría no duda en poner un testimonio doloroso que resuena como un poderoso ejemplo, que nos llega con una voz que tiene alrededor de tres mil años, y todavía no terminamos de aprender lo que el Señor con tanto amor nos quiere enseñar.

En la tercera entrega, veremos cómo Salomón no se queda con una simple amonestación negativa, sino que también nos muestra la belleza de una relación entre dos personas que comparten la vida de fe y se conocen bien.

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