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Nota del editor: 

Este artículo es el primero de una serie de tres reflexiones basadas en Proverbios 5, donde Salomón aconseja a los enamorados.

¡Menos suspiros y una mayor atención a lo importante!

Una persona puede alcanzar la suma de sus potencialidades o hundirse en el lodo, y, en ocasiones, esto depende del cónyuge elegido. Es indudable que este tema no está por casualidad en el primer lugar de las enseñanzas de sabiduría de Proverbios cinco.

Antes de continuar, es necesario hacer dos aclaraciones interpretativas que nos ayudarán a contextualizar este pasaje a nuestras circunstancias.

1) Aunque las instrucciones de sabiduría estaban dirigidas originalmente a un auditorio masculino, no es menos cierto que se trata de principios de vida y sabiduría para toda la humanidad.

2) La “extraña” de quien habla Proverbios cinco, es interpretada tradicionalmente como una prostituta o una adúltera, refiriéndose a una persona malvada que vende o es infiel en términos de su sexualidad. En nuestro caso, hablaremos también del “extraño” y no lo reduciremos simplemente a esas dos categorías clásicas, sino que lo usaremos en el sentido de entrar en una relación íntima (no solo sexual) con una persona desconocida. Alguien que llega de repente. No se trata de evitar el contacto con personas que aparecen repentinamente en nuestras vidas, sino cuidarnos de aquellas personas desconocidas que buscan casi de inmediato una relación más íntima y estrecha con nosotros.

Los artículos de esta breve serie seguirán la línea argumentativa que el mismo libro de Proverbios provee. Esto significa que contamos con tres invocaciones (1-6; 7-14; 15-19) y tres advertencias finales (20-23). A diferencia de los capítulos del 1 al 4 (en los que el autor exhorta al oyente a la búsqueda de la sabiduría) en el capítulo 5, el proverbista no empieza hablando de realidades celestiales o filosóficas, sino de dos aspectos fundamentales e íntimos que ejercen una tremenda presión sobre nuestras vidas: (1) las relaciones de pareja y (2) la sexualidad. Estos son los consejos de este primer discurso práctico:

1) No bajes la guardia

“Hijo mío, presta atención a mi sabiduría, inclina tu oído a mi prudencia, para que guardes la discreción y tus labios conserven el conocimiento”, Proverbios 5:1-2.

Lo primero que el maestro de sabiduría hace es llamar la atención. Las dos frases, “presta atención” (v. 1) e “inclina tu oído” (v. 2), buscan capturar a sus oyentes debido a la importancia y la gravedad del tema a tratar con “sabiduría” (v. 1) y “prudencia” (v. 1).

El proverbista habla acerca de la manera en que las relaciones pueden establecerse en un ambiente peligroso producto de la presencia de algún “extraño” (v. 3). La meta del maestro de sabiduría es que sus discípulos puedan, a pesar de los engaños del “extraño” conservarse sensatos en su obrar (discretos) y que sus palabras se mantengan llenas de conocimiento y no se descuiden de lo que han aprendido (prudencia). No hay duda de que tanto ayer como hoy, cuando los sentimientos empiezan a primar es muy fácil olvidar la cautela y los principios aprendidos.

2) Identifica las artimañas del seductor

“Porque los labios de la extraña destilan miel, y su lengua es más suave que el aceite; pero al final es amarga como el ajenjo, aguda como espada de dos filos”, Proverbios 5:3-4.

La característica principal de las personas “extrañas” es su enorme capacidad de generar confianza y aceptación sin mostrar quiénes son en realidad. Son maestros en el arte de hacer sentir a alguien atractivo e importante, rompiendo todas las barreras y mecanismos de protección de las personas que sucumben ante sus embrujos.

Este tipo de personas nunca hablan de ellas y mantienen sus personalidades, intenciones y circunstancias en secreto. Pero lo que sí dominan son las artimañas de la seducción, usando palabras dulces como la “miel” (v. 3) y suaves como el “aceite” (v. 3) para ganar el corazón de sus víctimas. En resumen, se puede decir que son personas fingidas que no se manifiestan tal como son y que son expertas en decir simplemente lo que deseamos oír.

Lo que los maestros de sabiduría sí reconocían es que “al final” tales artimañas no traen nada bueno (v. 4). Aunque publicitan dulzura, la única consecuencia posible es “amarga” y tan venenosa como el ajenjo; y en lugar de suavidad e intimidad confiada, lo que termina habiendo es el dolor de ser traspasado en lo más íntimo como por una espada de dos filos (v. 4). Sin duda, de esas historias dolorosas hemos escuchado muchas veces y es posible que algunos de nosotros hayamos experimentado ese inicio emocionante que termina de repente en un inmenso dolor inesperado.

3) Comprende la naturaleza del extraño

“Sus pies descienden a la muerte, sus pasos solo logran el Seol. No considera la senda de la vida; sus senderos son inestables, y no lo sabe”, Proverbios 5:5-6.

El maestro de sabiduría no duda en señalar que una persona que actúa tan hipócritamente solo puede ir camino a la muerte (v. 5). Aquí la idea no solo es la de destrucción eterna, sino también de un estilo de vida que solo puede estar dirigido a la ruina personal y que no tiene vida porque está encaminado al Seol (v. 5).

La pregunta más obvia que surge después de tan contundente afirmación es, ¿cómo puede estar el maestro de sabiduría tan seguro de que no hay nada bueno detrás de los extraños? Para responder esta pregunta, el maestro plantea tres preguntas que podrían ayudarnos a tener una mayor certeza sobre la realidad personal de un extraño:

Primera pregunta: ¿Es la persona un creyente convertido a Cristo? El maestro señala que el extraño “no considera la senda de la vida” (v. 6). La palabra “considerar” involucra tanto el “reflexionar con atención y cuidado” con respecto a la salvación, como también el estar preparado para caminar por la senda de la vida. Un extraño puede hablar de la fe porque eso sabe que te agradará, quizá te acompañe a alguna actividad, pero en su vida privada y sin tal aliciente no se notará esa misma importancia.

Segunda pregunta: ¿Tiene la persona un propósito definido en la vida? El maestro señala que el extraño tiene “senderos inestables” (v. 6), dando a entender que no saben exactamente a dónde van o que sus propósitos son volátiles y muy variables. Son personas que hoy pueden comprometerse, pero que no hay seguridad de que mañana se mantendrán en la misma línea. Este tipo de personas hablan de mucha estabilidad y mucho orden, pero no hay facilidad para comprobarlo más allá de sus palabras. Su inestabilidad es evidente al ver que no hay nada que realmente lo ate en su vida.

Tercera pregunta: ¿Es la persona consciente de sus propias debilidades e ignorancias? El maestro señala que el extraño vive desconociéndose aún a sí mismo porque ni siquiera es capaz de definir su propia situación. Dice que aunque sus senderos son inestables, esa persona “no lo sabe” (v. 6). Todos sus argumentos dulzones y suaves y sus aparentes convicciones nunca pasarán la prueba del verdadero conocimiento si es que los ponemos a prueba. Tarde o temprano se hará evidente su ignorancia y lo hipócrita de sus intenciones.

Estos consejos nos llaman a estar atentos y prestar atención sin dejar que los “cantos de sirena” nos seduzcan de tal manera que olvidemos lo que creemos y empecemos a creer en una fantasía que no tiene sustancia ni sustento en la realidad. Lo importante es que el maestro de sabiduría nos exhorta a hacer las preguntas y las evaluaciones al principio y no al final, como muchos acostumbran, cuando ya el daño se ha hecho y los corazones se han roto.


En nuestra próxima entrega seguiremos estudiando Proverbios cinco. El título del próximo artículo es: “Consejos de Salomón para los enamorados: Evita un daño innecesario”.

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