No es un juego. Vivimos tiempos difíciles. La pandemia de Covid-19 impacta muchos sectores de la sociedad: el gobierno, la academia, la economía, las iglesias, y sobre todo, la salud de las personas.
Sin embargo, Dios es soberano. Él sigue sentado en su trono. Él dirige todo lo que ocurre para cumplir sus sabios, santos, y buenos propósitos. Además, sigue hablándonos por medio de su Palabra para que podamos responder bíblicamente a esta situación.
Filipenses 4 es uno de los lugares en los que el Señor nos instruye sobre lo que debemos recordar y hacer en momentos como este. Aquí encontramos una forma de vida reconfortante y eficaz frente a la tempestad.
Estas son algunas de las lecciones que aprendemos de este pasaje:
1) Regocíjate en el Señor
“Regocíjense en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocíjense!” (Fil. 4:4).
Independientemente de nuestra situación externa, nuestra condición interna siempre debe ser de gozo en Cristo. ¿Cómo vivir así? Sinclair Ferguson comenta: “Este gozo no está basado en cómo nos sintamos con respecto a nuestras circunstancias personales, sino en el hecho de nuestra comunión con Cristo, y en los hechos acerca de Él” (La imitación de Cristo, p. 161).
El gozo cristiano se alimenta de conocer verdades bíblicas y no de emociones temporales
En otras palabras, el gozo cristiano se alimenta de conocer verdades bíblicas y no de emociones temporales. Jesús es el Señor del universo, todo coopera para el bien de los que aman a Dios (Ro. 8:28), mediante Su obra tenemos una nueva identidad como hijos de Dios, y Él siempre está con nosotros. Meditar en estas verdades nos lleva a un gozo genuino, incluso cuando muchas cosas a nuestro alrededor parecen venirse abajo.
2) Actúa con bondad hacia tu prójimo
“La bondad de ustedes sea conocida de todos los hombres” (Fil. 4:5a).
Pablo llama a los filipenses a actuar con amabilidad, gentileza, y bondad hacia los demás. Los hermanos de esa iglesia ya lo habían hecho así con el apóstol (Fil. 4:15; 17-18). Ahora, él les recuerda que esta clase de bondad debe ser evidente a todos los hombres. También les recuerda que, si sacrifican algo al actuar así, podían estar seguros de que “Dios proveerá a todas sus necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (v. 19).
Esto implica al menos dos cosas para nosotros hoy:
- Somos llamados a apoyar económicamente a aquellos que estén en necesidad debido a esta pandemia, incluso si esto implica sufrir por amor a ellos.
- Somos llamados a mostrar amabilidad y consideración al cuidar nuestra higiene, aislarnos temporalmente, y seguir las indicaciones de nuestros gobiernos.
3) Recuerda que el regreso de Jesús es seguro
“El Señor está cerca” (Fil. 4:5b).
Esta es otra de las verdades que alegran al creyente, pues le recuerda que tarde o temprano Cristo vendrá para consumar su reino. Su regreso nos da un consuelo gozoso. Cuando Cristo venga, “Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado” (Ap. 21:4).
Esto también nos impulsa a realizar actos de bondad y misericordia, porque nos recuerda que debemos estar obedeciendo a nuestro Señor y velando. Jesús dijo: “Dichoso aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciendo así. En verdad les digo que lo pondrá sobre todos sus bienes” (Lc. 12:43-44).
4) Ora en medio de tu angustia
“Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios” (Fil. 4:6a).
No es sorpresa que millones de personas estén atemorizadas y angustiadas por las noticias que escuchan sobre el coronavirus. Sin embargo, el cristiano tiene a su disposición un maravilloso antídoto para vencer ese afán: la oración.
Al utilizar este medio de gracia, Dios promete darnos su paz, la cual echará fuera todo temor y ansiedad. Por eso Pablo inmediatamente escribe: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús” (v. 6b).
¿Estás acudiendo a Dios en oración sincera y acción de gracias? ¿O estás buscando solucionar tu preocupación de maneras que no funcionan?
5) Piensa en lo virtuoso, no en el coronavirus
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto mediten” (Fil. 4:8).
Es necesario estar informados y reflexionar sobre el coronavirus, pero no es bíblico que fijemos nuestra mente en esta pandemia. Covid-19 no debe gobernar nuestros pensamientos.
El Señor sabe lo hace y se glorificará en su justicia y bondad a través de esta pandemia
Pablo nos llama a algo más provechoso: meditemos en todo aquello que es virtuoso y puro. Por ejemplo, en el carácter de Dios, sus obras, los beneficios de la muerte de Cristo, y sus promesas. Como escribe Sinclair Ferguson: “Una mente llena de estas cosas dejará poco sitio para cualquier pensamiento que pudiera producir ansiedad, romper la paz o destruir el gozo”. (La imitación de Cristo, p. 164).
6) Da la gloria a Dios
“A nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén” (Fil. 4:20).
En este versículo, Pablo irrumpe en alabanza al Señor por la provisión que le había extendido mediante la bondad generosa de los Filipenses (v. 15-19). Estas palabras reflejan lo que Pablo tenía en mente cuando les dijo: “lo que también han aprendido y recibido y oído y visto en mí, esto practiquen (v. 9).
Hoy tenemos la oportunidad de seguir su ejemplo y reconocer que Dios permite esta pandemia conforme a sus propósitos que resultarán en la manifestación de su gloria. Por ahora, tal vez no lo podemos ver o entender. Pero estamos seguros de que el Señor sabe lo hace y se glorificará en su justicia y bondad a través de todo esto.