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Hola, mi nombre es Brittany, y soy soltera. Admito que a veces es difícil serlo. En ocasiones me pregunto si Dios se ha olvidado de mí:

— ¡Dios! ¿Te acuerdas de mí?

— ¡Oh! ¡Brittany! ¡Lo olvidé! Siento que hayas tenido que esperar. ¡Aquí está el esposo perfecto, el príncipe de tus sueños!

De verdad, confiar en el amor de Dios siempre es difícil cuando no tenemos lo que deseamos. ¿Haz leído alguna vez Salmos 34:10, “Los que buscan al Señor no carecerán de bien alguno”, y te haz preguntado “…de verdad, es esto cierto?”. Yo también lo he hecho, amiga. Yo también. Pero, ese versículo está en la Santa Biblia de Dios, así que tiene que ser verdad. Entonces, descubramos por qué, y veamos cómo esta etapa de la soltería puede ser una bendición, y no una maldición.

El Señor de la soltería

Nuestra cultura y nuestros corazones nos dicen que nuestros años de soltería son el tiempo ideal para vivir para nosotras y nuestros deseos. Quizás ya no estás viviendo con tus padres y piensas que AHORA, ahora, ¡es tu tiempo! ¡Persigue tus sueños! ¡Haz lo que quieras! ¿Verdad? Pues, ¡no! ¿Por qué no? Porque si eres Cristiana, tu vida no te pertenece. Tienes un Señor en tu vida. Y no eres tú. Eres suya porque Jesús te compró con Su sangre preciosa (1 Cor. 6:19-20). ¿Te das cuenta de eso? ¿Te das cuenta de que nada en tu vida o corazón está fuera del reino y de que todo le pertenece a tu Señor?

Como solteras, tenemos la tendencia de separar el área de los hombres y el romance del reino de Dios. Pensamos algo así como, “Leo mi Biblia, asisto a mi iglesia, y soy parte de un grupo pequeño. ¿Qué más quiere Dios?”. Amiga, Él quiere tu corazón. Y lo quiere por completo. Si valoramos la atención de un hombre más de lo que valoramos el tiempo con nuestro Salvador, hay una problema con nuestras prioridades.

Si eres de Jesucristo, todo lo que tienes y todo lo que deseas es Suyo para ser usado para Su gloria. Filipenses 1:21 dice “Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia”. ¿Qué significa “el vivir es Cristo”? Significa que cada día, cada momento, cada decisión, cada palabra, cada meditación, cada deseo está destinado a magnificar la gloria de Jesucristo. Esto incluye cómo pensamos acerca de los hombres y cómo nos relacionamos con ellos.

¿Cómo podemos hacer esto? ¿Cómo Pablo podía decir “Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia”? Él lo decía porque sabía que ya pertenecía a Jesucristo. Sabía que Jesús había pagado todos sus pecados y por su muerte fue reconciliado con Dios para siempre. Pablo sabía que ya no enfrentaría la ira de Dios por sus pecados, y por eso era libre para vivir bajo la gloria de Dios, sabiendo que delante de Dios era justificado en Jesucristo. Lo mismo es verdad para nosotras. Como Pablo, lo que más debemos recordar es lo que Cristo ha hecho por nosotras. Nuestro principal deseo será glorificarlo a Él, porque viviremos en la libertad de su perdón.

Entonces, si somos libres para vivir glorificando a Dios en esta etapa de la soltería, ¿cómo debe lucir? ¿Habla Dios sobre esto en Su Palabra? ¡Puedes apostar a que sí!

El propósito de la soltería

1 Corintios 7:34 dice, “La mujer que no está casada y la doncella se preocupan por las cosas del Señor, para ser santas tanto en cuerpo como en espíritu”. Si eres una mujer soltera, tienes un privilegio único. Durante el tiempo que Dios quiera que seas soltera, tienes la oportunidad de con determinación preocuparte por las cosas del Señor.

¿Has aprovechado tu soltería de esta manera? La tentación –por lo menos para mí— es pensar que el propósito de la soltería es encontrar un esposo. Pero ese no es el primer propósito que Dios nos ha dado. Lo primero que cada Cristiano debe buscar es glorificar y magnificar a Cristo. La etapa en la que estás ahora (en nuestro caso, la soltería) proporciona las mejores oportunidades para hacer eso. Piensa en tu vida, ¿cómo puedes tratar de glorificar y magnificar la gloria de Cristo como una mujer soltera en tu iglesia, en tu universidad, en tu trabajo, con tus amigos, y en tu familia?

Enfoquémonos en tu iglesia. Muchas solteras no tienen el gran impacto que una soltera piadosa pueden tener en su iglesia. Con tus habilidades, tiempo, recursos y demás, puedes hacer cosas como:

  • Ejercitar la hospitalidad.
  • Servir al cuerpo pastoral al cuidar sus hijos.
  • Cocinar para actividades especiales.
  • Trabajar en el ministerio de niños.
  • Trabajar con jóvenes y adolescentes (pasando tiempo con ellos).
  • Siendo voluntaria en el ministerio de misiones de tu iglesia.

¿Eres una profesional? Quizás, puedes ayudar a comprar uniformes o útiles escolares de hijos de familias pobres. ¿Tienes una habilidad especial, como pintar, o habilidades con la computadora, o sabes cantar? Quizás puedes servir a tu iglesia con eso. Hay muchas maneras en las que puedes hacerlo. Estos solamente son ejemplos. Pero, te animo a pensar en cómo pudieras glorificar a Dios con tus habilidades.

Espero que estés empezando a ver la bendición de la soltería, ¡pero hay más! La mejor parte es el fruto de la soltería.

El fruto de la soltería

Mientras buscas al Señor y le glorificas en tu soltería, ¿sabes qué pasará? Volvamos donde empezamos: “Los que buscan al Señor no carecerán de bien alguno” (Salmos 34:10). Mientras buscas al Señor con todo tu corazón, todo tu tiempo, toda tu mente, toda tu energía, Él promete que no carecerás de bien alguno. Ahora, yo sé que estás pensando: “Yo tengo una lista muy larga de cosas buenas de las que carezco en este tiempo, como un esposo, hijos, una casa propia…”. Es un dilema que muchos cristianos tienen.

Déjame detenerme por un minuto y permíteme preguntarte, ¿cuál es el mejor regalo que Dios puede darte? ¿Un esposo? Él morirá. ¿El cuerpo perfecto? Tú morirás. Todo en este mundo pasará, excepto un hombre que vive para siempre. Se llama Jesús, y vino para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16). “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3). Mujeres, lo mejor que Dios puede darte es que le conozcas íntimamente. Él es el único que puede satisfacer tus deseos más grandes, porque te creó para disfrutarlo a Él. ¡Entregó a Su único Hijo precioso para darnos este mejor regalo! Toda la gloria sea a Él. Su compañía es lo más dulce. Y un día le veremos cara a cara.

Así que, conociendo esto, en realidad, ¿necesitas más? Si posees el mejor de los regalos, ¿qué más podrías desear? Cuando sentimos que carecemos de algo es porque nuestros ojos no están puestos en el mejor regalo que hemos recibido: Jesús. Pero, cuando mantenemos nuestros ojos y corazón en Jesús, siempre tendremos lo que deseamos y no careceremos de bien alguno.

Bueno, ¿y acerca del esposo que quieres? Tu Padre sabe lo que quieres y lo que necesitas. Y Él proveerá para ti a Su manera y siempre en el tiempo perfecto. Simplemente, busca al Señor, mantén tus ojos puestos en Jesús, y conocerás las bendiciones de esta etapa de la soltería.

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