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Nota del editor: 

El pastor John Piper recibe preguntas de algunos oyentes de su podcast Ask Pastor John. A continuación está una de esas preguntas y su respuesta.

Muchos de los correos electrónicos que recibimos son oscuros; provienen de personas que buscan cualquier rayo de esperanza que puedan encontrar. El de hoy es de un hombre anónimo que escribe:

Pastor John, tengo sesenta y cinco años, soy discapacitado y lucho por sobrellevar una pérdida inmensa y pruebas familiares durante los últimos dieciocho meses. He soportado la muerte de mi madre, mi cuñada, mi tío, mi cuñado e incluso mi perro, todo en este corto período. Como hijo único, estas pérdidas han afectado profundamente mi salud mental y emocional. Sumado a esto, mi nieto de veintidós años, quien antes era muy activo en la iglesia y conocía bien la Biblia, ahora se identifica como una mujer transgénero. Aunque he tratado de ser tan comprensivo como he podido, le he dejado claro que no puedo afirmar su identidad como mujer porque creo que Dios no comete errores. Eso ha hecho que nuestra relación sea tensa. Ahora se niega a asistir a las reuniones familiares a menos que lo reconozca como mujer. Me siento abrumado por estas pruebas y no estoy seguro de cuánto más pueda soportar. Permanezco constante en oración y estoy agradecido por el apoyo de tu podcast, que ha sido un salvavidas. ¿Cómo puedo navegar estos desafíos mientras honro a Dios y muestro amor a mi nieto sin comprometer mis convicciones? ¿Cómo encuentro la fuerza para soportar el duelo y las luchas que estoy enfrentando?


El peso de la pérdida

Este hombre de sesenta y cinco años (o amigo, porque siento que es un amigo) nos deja muy clara la realidad inevitable de que, a medida que envejecemos, no solo enfrentamos nuestra propia muerte, sino que cada vez más enfrentamos la muerte de las personas que amamos. Solemos ser conscientes de que la edad nos hace más sensibles a nuestra propia mortalidad, pero tendemos a ser menos conscientes de que la edad nos hace vulnerables a la mortalidad de los demás. Es en gran medida a esto a lo que nuestro amigo dirige nuestra atención.

No es su propia muerte lo que lo tiene tan desanimado; es la pérdida de cuatro personas queridas e incluso de su perro. En la medida en que nuestras relaciones nos importan, esas pérdidas son como amputaciones. Nos arrancan una parte de nuestra vida, porque nuestra vida está profundamente entrelazada con las suyas. Luego añade, y me parece que esta es probablemente la parte más dolorosa de su infelicidad, que su nieto afirma ser una mujer. La relación está rota.

Entonces, estas dos congojas, la pérdida de seres queridos por la muerte y la pérdida inminente de un nieto debido a un profundo desacuerdo sobre la rectitud —sin mencionar la discapacidad, de la cual no sé nada, pero que también lo complica todo—, estas cosas están relacionadas en cierto sentido. Por un lado, el dolor proviene de la muerte física de familiares amados. En el otro, el dolor proviene de un nieto amado que va camino a la muerte eterna. Así, podemos sentir el peso combinado de la pérdida en ambos casos. Lo que deseamos en esta situación es sabiduría, amor y fortaleza para seguir adelante en presencia de la pérdida, tanto física como relacional.

Es posible encontrar las fuerzas para seguir adelante, para continuar y no desanimarse. Es posible porque la Biblia existe precisamente para esto

No es fácil. No pretendo tener un remedio sencillo para esto. Si vives lo suficiente, aprendes a convivir con el dolor. Sin embargo, es posible encontrar las fuerzas para seguir adelante, para continuar y no desanimarse. Es posible porque la Biblia existe precisamente para esto.

Por lo tanto, todo lo que puedo ofrecer, además de mis oraciones, es la poderosa verdad de la Palabra de Dios para estas dos situaciones. Creo que la Palabra de Dios, las Escrituras, proporcionan la sabiduría. Estas nos dan el poder para amar y la fortaleza necesaria en ambos casos dolorosos.

7 verdades para enfrentar el duelo

Vamos a verlas una por una. Con respecto a la pérdida de seres queridos por la muerte, la Biblia nos presenta al menos siete verdades preciosas y poderosas que nos infunden temple aun mientras lloramos.

1. «Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia» (Flp 1:21). Creer esto nos quita la carga de pensar que nuestros seres queridos estén sufriendo, perdiendo o padeciendo de alguna manera. No lo están, si eran cristianos.

2. Aquellos que mueren en Cristo resucitarán con cuerpos nuevos y gloriosos en la venida de Jesús (1 Ts 4:16). Eso es valioso para los que se han ido y es valioso para un hombre que vive con una discapacidad en esta vida.

3. Si alguno de estos seres queridos no era creyente, centramos nuestra atención en la bondad y la justicia de Dios y decimos con Abraham: «El Juez de toda la tierra, ¿no hará justicia?» (ver Gn 18:25). Confiamos en Él. Él hará lo correcto con estas personas y con nosotros.

4. «No nos entristecemos», dice Pablo, «como los que no tienen esperanza» (ver 1 Ts 4:13). Pablo cree que la esperanza nos ayudará a superar el duelo, sin importar cuán profundo sea. Así será. Por lo tanto, no dejes de esperar mientras estás de duelo.

5. «Porque Tu misericordia es mejor que la vida» (Sal 63:3). La vida aquí en esta tierra, en esta era, no está destinada a ser la mejor vida. Dios es la mejor vida. Recibe vida de Dios, de esa vida, Su vida. No te aferres demasiado a este mundo.

6. «Hay amigo más unido que un hermano» (Pr 18:24). Su nombre es Jesús, y Él prometió estar con nosotros «todos los días, hasta el fin del mundo» (Mt 28:20). Permanece cerca de Jesús. Él no te abandonará en estas tribulaciones.

La vida aquí en esta tierra, en esta era, no está destinada a ser la mejor vida. Dios es la mejor vida

7. Finalmente, tienes un ancla del alma para que tu barca no se hunda en las olas de estas tristezas cuando te golpeen. Hebreos 6:19 dice: «Esta esperanza tenemos como ancla del alma, una esperanza segura y firme». Luego la define: «una esperanza que penetra hasta detrás del velo». Esta esperanza, esta ancla, no te sujeta al fondo del mar; te sujeta al lugar santísimo en el cielo. La cadena sube hasta el Lugar Santo, donde la sangre de Jesús te asegura.

Aférrate a estas siete verdades. Abrázalas. Créelas. Fortalécete en ellas.

5 verdades para enfrentar el pecado

Esto mismo es verdad en cuanto a tu nieto. La Biblia te da estabilidad, un lugar donde afirmarte; no con el propósito de ganar una discusión, sino con el propósito de amar con la verdad en lugar de amar con fantasías. Aquí hay cinco verdades a las que aferrarte:

1. Dios creó al ser humano como hombre y mujer (Gn 1:26-27). Este fue Su designio desde el principio, al que Jesús recurrió cuando trató asuntos sexuales en Su tiempo (Mt 19:4).

2. Dios distinguió la masculinidad con la asombrosa capacidad de engendrar un hijo. Él distinguió la feminidad con la hermosa capacidad de dar a luz un hijo y amamantarlo. Ya sea que un hombre engendre o una mujer dé a luz, todos debemos honrar estos dones por la forma en que tratamos nuestros cuerpos como hombres y mujeres.

3. Dios advierte contra el travestismo (Dt 22:5) y contra la homosexualidad. Desafiar la Palabra de Dios pone a uno en el camino hacia la muerte eterna (1 Co 6:9-10).

4. Por lo tanto, amar a un nieto no equivale a afirmar su pecado; es todo lo contrario. El amor desea, por encima de todo, que él sea librado de las consecuencias de la destrucción. Así que, el amor le muestra claramente el camino de la vida, ora por ello y por él, y hace lo que puede. El amor hace lo que puede para ayudar a un nieto a verlo.

5. Finalmente, sé consciente de que tu nieto podría estar tratándote de una manera peor de lo que tú lo tratas a él. Podría haber un momento adecuado para llamar su atención sobre esto. Ese no es tu objetivo, pero podrías hacerlo. Lo he visto funcionar una o dos veces. A él le molesta que no reconozcas su supuesta identidad fundamental como mujer. Dice que no puede tener una relación contigo mientras no afirmes su nueva identidad.

¿Pero se da cuenta de que él no está afirmando tu identidad fundamental? Tú eres, en tu esencia, una persona con una profunda lealtad a Jesús y Su Palabra. Eso está más cerca de tu identidad más verdadera que lo que su supuesta feminidad está de su identidad más verdadera. Pero a diferencia de él, tú no te resientes por su desaprobación. Toma nota de eso. Jesús te enseñó a esperarlo, no a resentirlo. No esperas que él afirme tu verdadera identidad, por más preciosa que sea (infinitamente preciosa). Y no estás poniendo su afirmación o la aprobación de tus convicciones como condición para pasar tiempo juntos.

Puedes mirarlo a los ojos (me parece, por lo que dices, y creo que es correcto) y decirle: «No apruebo ni afirmo tu declaración de ser una mujer. Creo que tus esfuerzos transgénero son pecado y que estás en camino a la destrucción si no te arrepientes. Pero te amo y estoy dispuesto a pasar tiempo contigo sin sacar el tema continuamente. ¿Estás dispuesto a mirarme a los ojos y decir: “No apruebo ni afirmo la bondad de tus convicciones e identidad cristianas (creo que eres un intolerante), pero te amo y estoy dispuesto a pasar tiempo contigo”?».

Oro para que Dios use Su Palabra para hacerte fuerte en medio de tus pérdidas, y que Él te dé sabiduría y valor para amar a tu nieto en la verdad.


Publicado originalmente en Desiring God. Traducido por Eduardo Fergusson.
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