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Hace unos 20 años, un miembro de la iglesia era considerado activo si asistía a ella tres veces a la semana.

Hoy, un miembro de la iglesia se considera activo si asiste tres veces al mes.

Algo anda mal. Durante 2,000 años, la iglesia local, tan desordenada como lo es, ha sido el lugar que Dios ha dado para que los creyentes se reúnan, adoren, ministren, y rindan cuentas unos a otros.

Y cada vez que escribo algo sobre membresía y asistencia a la iglesia, inevitablemente escucho gritos de “legalismo”, o “la iglesia no es un edificio”, o “la iglesia es una institución estropeada”.

Pero la iglesia local, la iglesia local desordenada, es lo que Dios usó como su principal instrumento para hacer discípulos. Pero el compromiso está disminuyendo entre muchos miembros de la iglesia.

¿Por qué?

  1. Estamos minimizando la importancia de la iglesia local. Cuando hacemos esto, es menos probable que asistamos. Algunas gotas de lluvia pueden impedir que mucha gente asista a la iglesia, pero eso no les impedirá sentarse tres horas bajo un aguacero mirando a su equipo de futbol favorito.
  2. Adoramos a los ídolos de las actividades. Muchos miembros reemplazarán un día en su iglesia por un día de fútbol infantil, o juegos de softbol, o durmiendo por la resaca de las actividades del día anterior.
  3. Nos tomamos muchas vacaciones de la iglesia. No estoy en contra de las vacaciones. Pero hace 20 años más o menos, nos aseguraríamos de asistir a una iglesia en el lugar donde tomábamos las vacaciones. Hoy, muchos miembros toman vacaciones de la iglesia.
  4. No tenemos altas expectativas para nuestros miembros. Cualquier organización con propósito espera y obtiene mucho de sus miembros, ya sea un equipo deportivo o una organización civil. Es irónico que la mayoría de las iglesias no se quieran acercar a ser una iglesia de altas expectativas.
  5. Hacemos líderes en nuestras iglesias a los que asisten poco. Hacerlo es una declaración clara de que incluso los líderes de la iglesia no tienen que estar comprometidos con el lugar que supuestamente dirigen.

Escuché que el líder de una organización les dice a los miembros que no los quería si no estaban completamente comprometidos. No podían ausentarse sin permiso si querían ser parte del grupo. Él esperaba un compromiso total.

Si realmente esperamos hacer una diferencia en nuestras comunidades y en nuestras familias, los miembros de las iglesias locales deben tener al menos el mismo nivel de compromiso que los miembros de los equipos deportivos.

Él es un entrenador de futbol americano en una escuela de bachillerato. Y todos los miembros del equipo siguen esa gran expectativa de compromiso.

Si realmente esperamos hacer una diferencia en nuestras comunidades y en nuestras familias, los miembros de las iglesias locales deben tener al menos el mismo nivel de compromiso que los miembros de los equipos deportivos.

Después de todo, la misión de cada iglesia local es mucho más importante.

Al menos debería serlo.


Publicado originalmente por Thom Rainer. Traducido por Iván Díaz.
Imagen: Lightstock.
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