El Show de Sam es un ministerio para niños que proclama el mensaje del evangelio y principios cristianos por medio de una presentación creativa de las historias de la Biblia. Para conocer más de Sam y sus amigos, visita su canal de YouTube.
Daniel amaba a Dios y siempre hablaba con Él. Era un hombre sabio y trabajaba para el rey Darío de Babilonia, quien lo admiraba y apreciaba. Pero algunos hombres envidiosos odiaban a Daniel y querían hacerle daño. Por eso indujeron al rey a promulgar un decreto de prohibición que dijera: «Durante treinta días, nadie puede orar a ningún dios o persona, solo al rey». Si alguien desobedecía este decreto, sería lanzado a un foso de leones.
Daniel sabía que esto era malo, porque él solo oraba a Dios y no dejaría de hacerlo. Así que siguió orando como siempre, tres veces al día, con las ventanas abiertas en dirección hacia la lejana Jerusalén. Los hombres envidiosos lo vieron y fueron de inmediato a contarle al rey quien se sintió triste, porque no quería hacerle daño a Daniel.
Debido a que Darío había firmado el decreto, no podía cambiarlo. Por eso Daniel fue lanzado al foso de leones, pero Dios lo protegió. ¡Los leones no le hicieron daño! El rey se alegró mucho al ver que Daniel estaba vivo y lo sacó del foso. Desde ese día, el rey Darío y mucha gente en Babilonia creyeron en el Dios de Daniel, porque vieron Su poder y protección.
Sam y sus amigos nos cuentan que la historia de Daniel nos enseña que debemos ser fieles a Dios y no dejar de adorarlo, aunque otros quieran que hagamos lo contrario. Daniel confió en Yahvé y no tuvo miedo. Dios siempre nos cuidará, por eso confiamos en Él. También aprendemos que no debemos ser envidiosos ni hacer daño a los demás. Debemos ser valientes y obedecer a Dios, incluso si eso significa enfrentar dificultades. Dios siempre estará presente porque quiere relacionarse con nosotros, así como lo estuvo con Daniel.
Aprende el versículo del episodio Isaías 41:13
Verdad fundamental: Dios quiere hablar con nosotros.
