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El teólogo Abraham Kuyper (1837-1920) afirmó: «No hay un centímetro cuadrado en todo el dominio de nuestra existencia humana sobre el cual Cristo, como Soberano sobre todo, no clame ¡mío!».1 ¿Qué implicaciones tuvo este pensamiento para este teólogo y su generación?

Kuyper y otros intelectuales figuran como los fundadores de lo que se conoce como filosofía reformacional, la cual no ha tenido un impacto tan reconocido en Latinoamérica. No obstante, la literatura que trata este tema ha crecido en los últimos años.2

La filosofía reformacional en contexto

El profesor de leyes Herman Dooyeweerd y el filósofo Dirk Vollenhoven son considerados los pioneros de la filosofía reformacional, una escuela cristiana de filosofía que tenía el propósito de ofrecer una visión cristiana que ayudara a evaluar la filosofía y las amenazas del liberalismo secular que surgió en los Países Bajos entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial.

Para entender el surgimiento de dicha escuela de pensamiento es necesario remontarnos a la figura del político Guillaume Groen van Prinsterer (1801-1876), quien llegó a ser miembro del Parlamento neerlandés y líder del Movimiento Antirrevolucionario en los Países Bajos.3

La revolución fue el tema del libro Incredulidad y revolución de Groen van Prinsterer, publicado en 1847. Abraham Kuyper y otros teólogos ampliaron ciertas ideas promulgadas por Groen van Prinsterer en ese libro.4 Podemos mencionar algunas de aquellas ideas:

  • La soberanía de las esferas.
  • La necesidad de la educación cristiana.
  • El impacto negativo de la cosmovisión detrás de la Revolución francesa.
  • La necesidad de un partido político cristiano.

Postulados centrales

¿Qué distingue a la filosofía reformacional como cristiana?

La soberanía de Cristo

El punto de partida de la filosofía reformacional es la visión de la soberanía de Cristo sobre la creación. Si Dios es Señor sobre todo, entonces se deduce que Su señorío también se extiende al ámbito académico en general y a la disciplina filosófica en sí. Es decir, todo quehacer humano se vuelve el «estrado de sus pies», en tanto que fue hecho y redimido por Él (p. ej., Jn 1:1; Ro 11:36; Col 1:16-17).

La “soberanía” de las esferas

Del postulado anterior se infiere que ninguna autoridad humana es absoluta, sino que —al ser delegada y parcial— depende de Cristo el Soberano. Kuyper reconocía que dentro de la sociedad existen distintas esferas (la familia, la educación, el Estado, la iglesia, etc.),5 y que cada una posee una norma o ley a la cual debe sujetarse.6 Al mismo tiempo, cada esfera tiene un «poder limitado»; por eso sería incorrecto pensar que las normas de una esfera aplican en las otras (p. ej., no podemos tratar a la iglesia como a un negocio; el Estado no debe inmiscuirse en lo que la iglesia enseña, etc.).

La gracia común

Esta se refiere al favor divino que Dios imparte a toda la humanidad de manera común, sin importar su estado salvífico (Sal 145:9).

Esta doctrina enseña que Dios nos permite disfrutar de las cosas buenas que los no cristianos producen, bajo el principio paulino de examinarlo todo cuidadosamente y retener lo bueno (1 Ts 5:21-22). Fue por esto que el puritano Cotton Mather (1663-1728) exhortó a sus estudiantes a que se volvieran, en un sentido metafórico, amigos de Platón, Sócrates y Aristóteles.7

Mucho tiempo atrás, Agustín de Hipona se refirió a la práctica de aprender lo bíblicamente correcto de otros que no son creyentes con la frase «saquear a los egipcios»:

Si tal vez los que se llaman filósofos dijeron algunas verdades conformes a nuestra fe, y en especial los platónicos, no solo no hemos de temerlas, sino reclamarlas de ellos como injustos poseedores y aplicarlas a nuestro uso. Porque así como los egipcios no solo tenían ídolos y cargas pesadísimas de las cuales huía y detestaba el pueblo de Israel, sino también vasos y alhajas de oro y plata y vestidos, que el pueblo escogido, al salir de Egipto, se llevó consigo ocultamente para hacer de ello mejor uso, no por propia autoridad sino por mandato de Dios (La doctrina cristiana, Libro II, cap 40).

La antítesis

La palabra «antítesis» se refiere a un principio de oposición. Para Kuyper, la diferencia entre un cristiano y un no cristiano es una diferencia de punto de partida.8 El cristiano se encuentra en una lucha entre el reino de Dios y el reino de Satanás, y debe comprender sus implicaciones en la vida cristiana.

El teólogo reformado Cornelis P. Venema explica el principio de la «antítesis» de la siguiente manera:

Esta antítesis entre la verdad y la mentira, el reino de Cristo y el reino de este mundo, atraviesa toda la vida e influye profundamente en la vida humana en todos los niveles y en todas sus expresiones. No existe un lugar neutral en lo que respecta al reconocimiento y servicio de Cristo como Rey. Ya sea en el matrimonio, el hogar y la familia, la empresa comercial, la escuela o institución académica, el partido político, el sindicato, en todas las áreas y esferas de la vida uno trabaja «para el Rey» (pro Rege) o en su contra.9

El mandato cultural

De los postulados anteriores se desprende el concepto de «mandato cultural». Para los promotores de la filosofía reformacional, el mandato inicial del ser humano —expuesto en Génesis 1:26-28— puede ser entendido como el mandato de «forjar culturas». El plan de Dios involucra desde el principio que el ser humano «sometiera y dominara» la creación, pero no de manera despótica sino como un mayordomo fiel a su Señor.

El ser humano, entonces, debía trabajar el jardín para extenderlo y así desarrollar culturas para la gloria de Dios. Darrow Miller describe esto como los beneficios que resultan de cultivar una bellota que se transforma en un roble:

El árbol llega a ofrecer refugio a pájaros y ardillas. Proporciona sombra al viajero cansado y cobijo al pícnic de los enamorados. Se convierte en objeto de la pluma del poeta y la brocha del pintor. Produce bellotas de por sí, manifestando el principio de la simiente, creando nuevos bosques (Vida, trabajo y vocación, pp. 113-4).

De igual manera, el teólogo William Edgar lo explica como una forma de «poder análogo» que el ser humano posee en virtud de haber sido creado a imagen de Dios:

Incrustado en esta actividad humana está (al menos en forma embrionaria) el desarrollo de la agricultura, las artes, la economía, la dinámica familiar y todo lo que contribuye al florecimiento humano, para la gloria de Dios. Esta gestión, por supuesto, es una imitación de la mayor mayordomía de Dios sobre Su creación. Los llamados Salmos de la naturaleza dan testimonio de la soberanía global de Dios sobre Su creación y, sin embargo, también de Su delegación de poder análogo a los seres humanos (Creados y creadores, p. 168).

La estructura y la dirección

La filosofía reformacional afirma que es importante que distingamos entre la estructura y la dirección de la creación. Por «estructura» se refiere al estado bueno en el que Dios creó todo, mientras que por «dirección» se refiere al curso que dicho elemento creado ha tomado a partir del evento trágico de la caída.10 Esto es relevante ya que se vuelve en una ayuda para identificar las amenazas que acechan al cristianismo.

La historia bíblica puede ser resumida en cuatro grandes actos: la creación, la caída, la redención y la consumación. El acto trágico de Génesis 3 introduce la maldad a una creación descrita como buena «en gran manera» (Gn 1 – 2). Sin embargo, Génesis 3 también contiene el protoevangelio, donde Dios promete una simiente que aplastaría a la serpiente. Miles de años después, Jesucristo «aplastó serpientes» y pisó la tierra árida de Jerusalén para «destruir las obras del diablo» y así redimir tanto a los perdidos como a la creación entera (1 Jn 3:8).

Conclusión

Como vimos, la filosofía reformacional es, sin duda alguna, una corriente de pensamiento que se levantó en un contexto particular para defender las doctrinas esenciales del cristianismo ante las corrientes filosóficas de su tiempo y lugar. Este artículo es solo un esbozo que pretende servir de guía al lector que probablemente se estará preguntando sobre la relación entre la filosofía y la teología.

Así como cualquier otra escuela de pensamiento o tradición teológica, la filosofía reformacional cuenta con detractores que debatieron los postulados presentados aquí, mientras que sus adherentes siguen defendiéndola y pensando en su aplicación a distintos contextos, como el mundo hispano.

Ten en cuenta que la filosofía reformacional se desarrolló en un contexto académico y provino de estudiosos cristianos que tenían dominio tanto de la filosofía como de las Escrituras, de manera que debemos examinarla con discernimiento y reconociendo siempre que la Biblia es nuestra autoridad suprema.


1. Abraham Kuyper fue pastor, periodista y primer ministro de los Países Bajos (1901-1905).
2. En nuestro contexto Latinoamericano, el pensamiento reformacional ha llegado por medio de los escritos de figuras como Adolfo García de la Sienra Guajardo (México), Raymundo Villanueva Mendiola (México), Jonathan Muñoz (Chile), Pedro Dulci (Brasil) entre otros. También se puede mencionar la nueva traducción al español de A New Critique of Theoretical Thought de Herman Dooyeweerd, así como el libro La Filosofía de Herman Dooyeweerd de Paideia Press.
3. Para finales del siglo XVIII existía un espíritu revolucionario que impulsaba distintas revueltas en Francia, Grecia, Polonia, Austria, Alemania, entre otros países.
4. Junto con Kuyper, otras figuras emblemáticas de la filosofía reformacional son: Herman Dooyeweerd (1894-1977), Dirk Hendrik Theodoor Vollenhoven (1892-1978), Antheunis Janse (1890-1960), S.U. Zuidema (1906-1975), K. J. Popma (1905-1986), H. G. Stoker (1899-1993), J. P. A. Mekkes (1898-1987) y Hendrik Van Riessen (1911-2000).
5. Kuyper and Dooyeweerd, Sphere Sovereignty and Modal Aspects. Transformation (2016), pp. 65-79.
6. En muchos casos, estas normas son claras (p. ej., las normas en la Escritura) y en otras ocasiones son descubiertas por la experiencia (p. ej., el granjero que sabe cómo sembrar la semilla; Is 28:24-29; Stg 5:7).
7. Citado en Leland Ryken, Worldy Saints: The Puritans as They Really Were (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1986), p. 169.
8. The Worldview of Abraham Kuyper, Christian Library (s. f.).
9. The Worldview of Abraham Kuyper | Christian Library. (s. f.).
10. Nancy Pearcey explica la diferencia entre la estructura de lo creado y la dirección que tomó así: «La música es buena, pero puede ser usada para glorificar la perversión moral. El arte es un buen regalo de Dios, pero puede ser usada ​​para fomentar la decadencia moral. La ciencia es una vocación que da Dios, pero puede ser usada para socavar la fe en el Creador. La sexualidad fue idea de Dios, pero puede torcerse y distorsionarse para gratificar deseos egoístas y hedonistas. El estado ha sido ordenado por Dios para asegurar la justicia, pero se puede pervertir para causar tiranía e injusticia. El trabajo es una vocación divina, pero en la cultura corporativa suele ser una adicción. En cada área de la vida, es necesario distinguir entre cómo creó Dios originalmente el mundo y cómo ha sido deformado por el pecado». Visto en Nancy Pearcey, Verdad total: Libera el cristianismo de su cautiverio cultural (YWAM Publishing), p. 91-92.
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