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Desde hace varias décadas la Iglesia católica romana ha estado trabajando para actualizar su imagen en este mundo globalizado e hiperconectado. Esto significó también un gran esfuerzo por acercar posiciones con otras ramas del cristianismo y otras religiones. En 2016, el papa Francisco viajó a Suecia para reunirse con la Federación Luterana Mundial y celebrar los 500 años de la Reforma protestante. Este hecho revela un verdadero compromiso con el movimiento ecuménico.

Desde entonces, el catolicismo romano luce cada vez más cercano a los protestantes y, en algunas cuestiones, más similar, al punto en que da la sensación de que son apenas dos veredas de una misma calle, con un destino similar.

Ante este escenario, necesitamos tener claridad sobre las enseñanzas bíblicas esenciales para desechar el error, madurar nuestra fe y entender cuál es el tipo de unidad que Dios desea y cuál no. Entre los muchos recursos valiosos que podemos encontrar para este propósito, vale la pena considerar el libro Palabras iguales, mundos diferentes: ¿Creen los católicos romanos y los evangélicos en el mismo evangelio? (B&H Español, 2025), de Leonardo de Chirico.

Palabras iguales, mundos diferentes

Palabras iguales, mundos diferentes

B&H Español. 176 páginas.

Necesitamos tener claridad sobre las enseñanzas bíblicas esenciales para desechar el error, madurar nuestra fe y entender cuál es el tipo de unidad que Dios desea y cuál no. Entre los muchos recursos valiosos que podemos encontrar para este propósito, vale la pena considerar el libro Palabras iguales, mundos diferentes: ¿Creen los católicos romanos y los evangélicos en el mismo evangelio? (B&H Español, 2025), de Leonardo de Chirico.

B&H Español. 176 páginas.

Analizando palabras y su marco de referencia

Este es un libro breve y directo, cuya tesis está en su título y no pierde tiempo en argumentar su posición:

El marco teológico subyacente del catolicismo romano no está comprometido con el evangelio bíblico y, por lo tanto, las palabras se tuercen y se interpretan de otra manera. Las afirmaciones de verdad de Roma y la justificación de sus prácticas se presentan en un lenguaje aparentemente bíblico, pero, si se hace un análisis más detallado, difícilmente se puedan considerar bíblicas (p. 17).

El libro se resume en hacer un análisis para demostrar que el catolicismo usa palabras bíblicas pero vaciadas de su significado bíblico. Para este propósito, De Chirico comienza respondiendo a algunos puntos de vista a favor del ecumenismo y del acercamiento entre protestantes y católicos (cap. 1).

Luego, el autor se adentra en el análisis de las palabras. Primero se concentra en diferenciar la comprensión de católicos y protestantes sobre ciertas palabras claves que tienen en común (cap. 2) tales como: revelación, cruz, salvación, justificación, gracia, misión y unidad, entre otras. Después, De Chirico aborda tres términos más propios de la Iglesia católica y los explica dentro de su marco teológico, para llevar claridad y precisión a sus lectores evangélicos (cap. 3). Estas palabras son: papado, María e indulgencias.

Hasta aquí el libro cumple con su consigna de manera precisa, demostrando una y otra vez que el catolicismo utiliza un vocabulario bíblico, pero con significados diferentes. Por momentos se siente que la lectura no avanza con ninguna idea nueva. Sin embargo, considero que la parte más valiosa está en el último capítulo (cap. 4), donde el autor explica por qué estas palabras suenan similares, pero tienen significados tan diferentes.

De acuerdo con el autor, el marco teológico de referencia en el catolicismo romano —que da forma y sentido a las palabras— se asienta sobre dos ejes: la interdependencia entre la naturaleza y la gracia, y la interconexión entre Cristo y la iglesia. El primer eje pone demasiada confianza en la capacidad natural y humana para llegar a Dios; el segundo, confunde a la iglesia con Cristo, a tal punto que el rol de la iglesia pierde sus límites y sus capacidades se inflan de una manera anormal.

Esta idea que desarrolla De Chirico me parece valiosísima para quienes queremos entender la lógica interna del catolicismo, clarificar las palabras que tenemos en común y dar una respuesta sólida al avance del ecumenismo.

El libro en contexto

Este libro tiene varios puntos a favor. El principal es, como dije antes, que no se reduce a un glosario de términos, sino que ofrece una explicación valiosa sobre cómo se conforma el marco teológico de referencia que da sentido a las palabras. Considero que este es su aporte más vital.

Además, es importante señalar las credenciales del autor que aseguran que este sea un recurso útil. Leonardo de Chirico es teólogo y pastor protestante de una iglesia en Roma; con la experiencia previa de haber plantado otra en el noreste de Italia. Tiene títulos en historia, teología y bioética. Ha dedicado gran parte de su reflexión al análisis de la dirección que tomó el catolicismo romano luego del Concilio Vaticano II (1959-1965), siempre con una perspectiva evangélica y reformada.

No estamos frente a un libro escrito desde la biblioteca de un seminario a partir de una recopilación bibliográfica, sino escrito desde el corazón geográfico de la Iglesia católica, por alguien con el conocimiento y la experiencia de servir en un ambiente predominantemente católico.

También rescato que el libro reflexiona en el catolicismo actual y que se desarrolló luego del Concilio Vaticano II. La mayoría de los libros disponibles en español que abordan la teología católica se concentran en la época de la Reforma y el Concilio de Trento, y creo que ya se ha escrito suficiente al respecto. En este panorama de recursos disponibles, Palabras iguales, mundos diferentes se siente actual, fresco y, sobre todo, útil para entender el presente.

Por otro lado, hay dos puntos flacos que quiero señalar, pero que de ninguna manera entorpecen la lectura. Primero, aunque no es un libro académico, sí espera que los lectores se orienten un poco sobre el panorama del catolicismo actual; algo que no creo que sea común. Esto significa que es necesario tener al menos una referencia vaga de los últimos periodos de la iglesia católica y la importancia del Concilio Vaticano II. Sin esta orientación mínima, creo que será fácil sentirse perdido en ciertos momentos en la lectura. El apéndice 2, al final del libro, trata de compensar esto con una lista de teólogos católicos y sus contribuciones al concilio.

En segundo lugar, se siente como un libro escrito principalmente para una audiencia de los Estados Unidos. No solo porque el libro es una traducción de la versión en inglés, sino también porque responde a cuestiones que sucedieron en aquel país, como la publicación del libro Is the Reformation Over? (2004), y todo el debate que desató (el apéndice 1 habla de ese debate).

En un contexto donde se conoce poco del catolicismo, es entendible que algunos acercamientos puedan sentirse seductores y atractivos, en especial si las iglesias protestantes sufren de un estancamiento. Pero me cuesta pensar que, en América Latina, donde sucede lo contrario (el catolicismo disminuye mientras los evangélicos crecen), haya alguna confusión grave debido al uso de palabras similares. Aunque el ecumenismo también cobra fuerza en nuestra región, sobre todo en las grandes ciudades, creo que todavía hay una distinción clara y marcada entre católicos y protestantes.

Es evidente durante la lectura que el libro está escrito para lectores de los Estados Unidos, al punto que por momentos uno se siente leyendo sobre un debate del cual no participa y que no le afecta del todo. Esto me da un poco de pena, porque estoy seguro de que De Chirico puede compartir enseñanzas muy valiosas a los cristianos de América Latina. Aun así, es un libro útil para nuestro contexto, donde también se ven algunos esfuerzos de la Iglesia católica por acercarse a los evangélicos.

Firmes en la verdad

Este libro será de gran utilidad para pastores, líderes y estudiantes de teología que quieran entender el movimiento ecuménico o introducirse al marco teológico del catolicismo. Es breve y directo, y reafirma las convicciones bíblicas que nos distinguen del romanismo y otras sectas cristianas.

En cambio, si buscas un recurso que te ayude a evangelizar a tu amigo o familiar católico, este libro puede darte un buen marco de referencia, pero seguramente necesites agregar otras lecturas.

Para todo creyente, será una lectura que enriquezca y ayude a navegar en el panorama actual del ecumenismo y la tolerancia religiosa. Este libro es un llamado de atención para que recordemos que la esencia de la enseñanza católica no está en la vereda del frente, sino a un mundo de distancia de la fidelidad a las Escrituras. Y nos recuerda que es urgente que sepamos distinguir el error y que nos paremos firmes en la verdad de la Palabra de Dios.

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