Este artículo es la adaptación de un episodio de podcast publicado originalmente en Teología en tu vida.
La teología práctica nos ayuda a glorificar a Dios en cada aspecto de nuestras vidas al describir cómo podemos vivir los principios bíblicos que nos enseña la teología sistemática y bíblica.
La teología práctica responde a la pregunta: ¿Cómo se aplica a nuestras vidas el estudio de Dios, Cristo, la salvación, el ser humano y el pecado? Las respuestas que se derivan de esta pregunta nos ayudan a comprender cómo honrar a Dios en la forma en que vivimos y reaccionamos ante los desafíos que se nos presentan en áreas como la consejería, educación, ministerio, ética, matrimonio, politica, sexo, evangelismo, familia, dinero, misiones, tecnología, la oración y nuestra relacion con la cultura, entre otras áreas.
¿Te hubieras imaginado que la teología afecta todo lo que acabo de enumerar?
La teología es algo para creer y aprender, pero es un hecho que también debemos aplicarla de manera correcta a nuestra vida diaria
La teología es algo para creer y aprender, pero es un hecho que también debemos aplicarla de manera correcta a nuestra vida diaria. Saber teología o entender el significado de un tema bíblico es muy diferente a saber cómo poner en práctica este conocimiento.
Permíteme dar algunos ejemplos que encontramos en la Biblia. Debemos tener en cuenta que cada persona tiene una teología; es decir, una forma de ver y pensar sobre Dios que afecta su modo de vivir.
Pablo en su carta a los romanos describe a un grupo de personas que «que restringen la verdad» (Ro 1:18). Esta afirmación revela lo que hay en su interior: «Pues aunque conocían a Dios, no lo honraron como a Dios ni le dieron gracias» (Ro 1:21).
Acá vemos su teología basada en cómo piensan sobre quién es Dios. De lo anterior, podemos inferir que todo ser humano, sea creyente o incrédulo, tienen una opinión y conceptos sobre Dios y la teología, los cuales definen su comportamiento.
Saber teología o entender el significado de un tema bíblico es muy diferente a saber poner en práctica este conocimiento
Pablo describe más adelante cómo las creencias de estas personas impactan su modo de vivir: «Por lo cual, Dios los entregó a la impureza en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos» (Ro 1:24).
Estos versículos nos ayudan a ver la teología práctica de quienes Pablo describe en Romanos 1. Como vemos, su comportamiento es un mal ejemplo para la sociedad, pero ellos estaban viviendo de acuerdo a su teología errónea. Por lo tanto, la teología práctica revela que en Romanos 1 hay una relación directa entre lo que la sociedad incrédula del primer siglo creía acerca de Dios y cómo vivía.
En contraste, en los primeros tres capítulos de Efesios aprendemos sobre la cruz, nuestro pecado, quién es Cristo, nuestra salvación y adopción en Cristo, y la iglesia. Eso es teología sistemática y bíblica. En los capítulos 4-6 de la misma carta, aprendemos cómo la teología expuesta en los primeros tres capítulos impacta nuestras relaciones con otras personas, el matrimonio, el trabajo, la guerra espiritual, cómo ser padres, entre otros temas.
Aplicar la Palabra de Dios o llevar la teología correcta a la práctica correcta es un acto de adoración a Dios que debe involucrar todas las áreas de nuestra vida
Quiero concluir esta breve descripción de teología práctica con la siguiente pregunta: ¿Por qué los cristianos debemos practicar la teología en nuestras vidas?
Debemos hacerlo porque cuando aplicamos la Palabra en nuestras vidas estamos adorando a Dios. Pablo lo describió de esta manera: «Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es el culto racional de ustedes» (Romanos 12:1).
Entonces, aplicar la Palabra de Dios o llevar la teología correcta a la práctica correcta, es un acto de adoración a Dios que debe involucrar todas las áreas de nuestra vida. Recuerda el llamado de Santiago: «Sean hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos» (Stg 1:22).
