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Jesús termina de contar la parábola del banquete de bodas pronunciando un aforismo que resume su significado: «Porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos» (Mt 22:14).

Él describe en esta historia la oferta del evangelio, primero a los judíos y luego a los gentiles (22:1-14). La nación israelita rechazó la oferta que Dios les hizo por medio de los profetas. Debido a este rechazo, Jesús anuncia el juicio de Dios que traerá la destrucción a Jerusalén en el 70 d. C. por medio del ejército romano. Pero en la providencia de Dios, este rechazo es la oportunidad para que el evangelio se extienda a los gentiles. El resultado es que «el salón de bodas se llenó de invitados» (22:10).

El llamado

Entender esta frase final es entender la parábola en su conjunto. ¿Qué quiso decir Jesús cuando afirmó que «muchos son llamados, pero pocos son escogidos»? Para responder, debemos comprender lo que Jesús quiere decir con «ser llamado» y «ser escogido».

La palabra «llamado» está presente a lo largo de la parábola. En el texto griego, se dice que los sirvientes «llamaron a los que habían sido invitados a las bodas» (22:3). Los invitados judíos son los «llamados» (cp. 22:4, 8). A continuación, se ordena a los siervos que «llamen» a los gentiles (22:9). La palabra traducida como «llamado» en el verso 14 pertenece a la misma familia que la traducida por «llamado» en los versículos 3, 4, 8 y 9.

Este patrón nos ayuda a comprender la naturaleza del llamado en esta parábola. Es el llamado o la invitación de Dios por medio de Sus siervos, los profetas del Antiguo Testamento y Sus ministros en el Nuevo. Este llamado invita a los oyentes a arrepentirse y creer en las buenas nuevas que los siervos proclaman. Es posible rechazarlo, tal y como los judíos lo hicieron. Jesús enseña que aquellos que rechazan el llamado son culpables por rechazarlo.

Solo aquellos que reciben el regalo de la salvación estarán sentados en el banquete de bodas del Cordero en la consumación de todas las cosas

Pero también es posible responder a este llamado de una manera no salvífica. El relato menciona a un hombre que no tenía el traje de boda (22:12), quien presumiblemente respondió a la invitación. Pero la falta del traje prueba que no pertenece a la fiesta, y entonces es expulsado. ¿Cuál es el «traje de boda»? Es probable que represente el don de la salvación que se ofrece de manera gratuita por el evangelio. Solo aquellos que reciben el regalo de la salvación estarán sentados en el banquete de bodas del Cordero en la consumación de todas las cosas.

Los elegidos

¿Quiénes son aquellos que responden de manera sincera al llamado y reciben a Cristo por fe? Jesús los llama los «escogidos» o, tal y como la palabra griega debe ser traducida, los elegidos. Estos son todos los que el Padre escogió en Cristo desde antes de la fundación del mundo para ser santos y sin mancha delante de Él (Ef 1:4). Solo estos escogidos constituirán a los redimidos cuando Cristo vuelva en gloria. La elección eterna de Dios asegura que responderán sinceramente al llamado.

Dado que el Nuevo Testamento une en otros textos el llamado con la elección (ver 2 Ti 1:9; Ro 8:30), surge la pregunta: ¿Qué significa cuando Jesús afirma que hay algunos que son llamados, pero no escogidos?

La respuesta radica en una distinción necesaria para comprender la manera en que los escritores bíblicos hablan del «llamado». En esta parábola, Jesús habla del «llamado» en un sentido externo. Es la llamada de Dios por medio del mensaje del evangelio. Este llamado ofrece a los hombres y las mujeres a venir a Cristo por medio del arrepentimiento y la fe.

Jesús nos inquieta por una razón. Quiere que encontremos la salvación y la vida solo en Él, solo por gracia

En otros lugares, los escritores bíblicos hablan del «llamado» en un sentido interno. Por ejemplo, Pablo habla del llamado interno (1 Co 1:24); este es el trabajo efectivo y salvífico del Espíritu de Cristo juntamente con el llamado externo del evangelio. El llamado interno poderoso y efectivo convierte al pecador de su pecado a Jesucristo. El llamado externo va dirigido hacia todas las personas. Pero solo los elegidos experimentarán, en el tiempo de Dios, el llamado interno. Para ellos, el evangelio es de hecho «el poder de Dios para la salvación» (Ro 1:16).

Qué nos enseña

¿Cuáles son las principales lecciones que Jesús tiene para nosotros en esta parábola sorprendente e inquietante?

En primer lugar, no es poca cosa rechazar el llamado de Dios por medio de sus mensajeros. Dios responsabilizará a los que rechacen esa convocatoria en el día del juicio. En segundo lugar, Jesús quiere que nos demos cuenta de que hay una forma más sutil de rechazar la llamada. Uno puede prestar atención de boca hacia afuera al llamado externo, pero nunca abrazar verdaderamente a Jesús como se ofrece en esa llamada. Incluso este rechazo nos somete al justo juicio de Dios.

La mala noticia es que no tenemos poder en nosotros mismos para cambiar nuestros corazones rebeldes. La buena noticia es que Dios se agrada en cambiar los corazones rebeldes por el poder invisible del Espíritu.

Si hemos respondido al llamado externo mediante el arrepentimiento y la fe, es solo porque primeramente Dios ha trabajado en nosotros para volvernos a Él por medio de Cristo. La salvación es en verdad solo por gracia. Esta verdad es inquietante, pero Jesús nos inquieta por una razón. Quiere que encontremos la salvación y la vida solo en Él, solo por gracia. Solo en Cristo podemos encontrar un fundamento eterno e inamovible.


Esta es una adaptación de un artículo publicado originalmente en The Gospel Coalition.
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