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En la Biblia, la palabra amor tiene varios significados debido a los múltiples contextos en los que hicieron uso de ella los autores bíblicos.[1] En el Antiguo Testamento (AT), una de las principales raíces hebreas para amor es אָהַב ( ̓ajab) o אָהֵב ( ̓ajeb),[2] la cual, en términos generales, equivale a “amar” en castellano; es decir, presenta un marcado sentimiento de atracción y deseo hacia algo o alguien que se quiere poseer o estar con él.[3] Aunque este concepto es el más generalizado, la Biblia revela más acepciones de la palabra amor.[4] Veamos algunos ejemplos:

1) El amor como un sentimiento

Biblistas como William Vine, G. Kittel, G. Friedrich, G. Bromiley y otros afirman que en el AT el amor es un sentimiento espontáneo que impulsa a la entrega de uno mismo, a tomar aquello que lo ocasiona o a una actividad gratificante. Puesto que tiene una inclinación sexual, va dirigido de manera suprema a las personas; el amor por cosas o acciones tiene un aspecto metafórico.[5]

Este uso lo vemos desde el inicio en el Antiguo Testamento y se refiere a la atracción y muestras de afecto entre marido y mujer. Incluso en algunos contextos alude al acto sexual, como en el Cantar de los cantares (Gn 24:67; 29:30; 34:3; 2 S 13:1; 1 R 11:1).[6] Esta palabra hebrea también denota —aunque con un matiz diferente— el amor entre familiares (Gn 22:2; Rt 4:15). A veces, representa un apego especial de un siervo a su amo (Éx 21:15). También se refiere al amor fraternal entre amigos (1 S 18:1; Lv 19:18; 19:34).

2) El amor como un mandato

Esta acepción la vemos establecida en la ley mosaica, y a Dios como objeto del amor (Dt 6:5-6). Sin duda, la forma más evidente de amar a Dios es por medio de obedecer Sus mandamientos (Éx 20:6; Lv 19:18; Dt 30:20; Sal 97:10; Jn 14:15).

En el Nuevo Testamento, los escritores hablan mucho sobre el papel del amor como un mandato. Jesucristo resumió la ley en los dos grandes mandamientos: el amor a Dios y el amor al prójimo. Sobre esto, el apóstol Juan afirmó:

“Si alguien dice: ‘Yo amo a Dios’, pero aborrece a su hermano, es un mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto. Y este mandamiento tenemos de Él: que el que ama a Dios, ame también a su hermano” (1 Juan 4:20-21).

De lo anterior concluimos que, para amar conforme a la voluntad de Dios, no basta con cumplir aquellos mandatos que tienen que ver con nuestra relación con Dios, sino que también debemos cumplir los mandamientos que honren a nuestro prójimo amándolo, sin importar si se lo merece o no (Mt 5:43-48). Debemos amar al prójimo porque, según el mandamiento divino, amarlo no depende de él, sino del carácter santo de nuestro Dios.

3) El amor como una decisión

Es importante comprender que Dios no demanda de sus hijos que amen a sus enemigos en términos de un sentimiento, sino en términos de una decisión que busca obedecer al Señor (Mt 5:44-48; Lc 6:27). Quien ama perdona al ofensor por el daño recibido, para que Dios se manifieste en la vida de esa persona y, si todavía no le ha sucedido, encuentre el más sublime de los regalos: el perdón de los pecados para salvación en Cristo (Ef 5:28-29).

La Biblia demanda de nosotros una actitud benigna. Lo que la palabra “amor” significa en este caso es que los creyentes somos llamados a perdonar y también a hacer un bien a quienes nos han hecho un mal. El no hacer un mal a quien nos lo ha hecho —aun teniendo la posibilidad de hacerlo— es en sí mismo el inicio de hacer un bien, tal como José decidió amar y perdonar a sus hermanos y también como David decidió amar y perdonar a Saúl (Gn 50:20; 1 S 24:12).

El amor también se ve expresado en la misericordia ante la necesidad de un individuo (1 Jn 3:17). En el mismo sentido, en la Biblia aprendemos que debemos amar al prójimo, pero especialmente a nuestra familia (1 Ti 5:8). De esta manera, la Biblia nos llama a amar bajo los parámetros bíblicos de decisiones y no de sentimientos.

4) El amor como una actitud correcta

Sobre el amor como una actitud, Gerhard Kittel afirma:

“Las relaciones necesitan una definición legal, pero una exigencia como Levítico 19:18 trasciende toda ley, por cuanto implica una actitud y no meras acciones (cp. su opuesto en Lv. 19:17)”.[7]

Pablo nos lleva a analizar con qué actitud decidimos obedecer la ley a favor de nuestro prójimo. Para Pablo, ninguna acción —por buena que esta sea o aparente ser— sin amor y una actitud correcta, ante Dios no tiene ningún valor (1 Co 13:1-3). Veamos a lo que Pablo se refiere. No se trata de…

  1. Cuántos dones creamos que tenemos.
  2. Cuánto conocimiento y fe tengamos.
  3. Cuánto de nuestras posesiones donemos a los pobres.

Es importante comprender el sentido del amor como una actitud correcta —y cómo complementa a los tres sentidos mencionados anteriormente— para amar conforme a la voluntad de Dios. El amor desde esta acepción es comparado con una actitud correcta, porque de nada sirve “decidir” que obraremos bien a favor de los demás si no lo hacemos con amor. Una actitud correcta busca honrar a Dios y no consiste en buscar gloria propia o esperar una recompensa a cambio de lo que hacemos por los demás. Por lo tanto, amemos para honrar a quien nos amó aun sin que lo merecieramos (Ro 5:8).


[1] Existen sinónimos y otras palabras asociadas al vocablo hebreo דָּבֵק :אָהַב (dabeq) significa apego, adhesión (1 R 11:2; 2 R 3:3; Job 31:7; Pr 18:24; Lm 4:4); חָמַד (jamad) traducida como desear, codiciar (Sal 68:17; Pr 12:12; Ez 23:12); קנא (qana) significa pasión o celos (Éx 20:5; 34:15; Nm 25:13; Dt 4:24; 5:9; 6:15; 1 R 19:10, 14); חָפֵץ, (japez) se traduce querer, desear (Gn 34:19; Nm 14:8; Jue 13:23; 1 Sm 2:25; 18:29; Est 2:14; Sal 5:4-5; Ec 3:1; Is 42:21; Jer 48:38; Mal 1:10). En Luis Alonso Schökel, “אָהַב/amor”, Diccionario bíblico hebreo-español (Madrid: Editorial Trotta, 1999) p. 35.
[2] El vocablo אָהַב ( ̓ajab, en la LXX es ἀγάπη ágape), que aparece más de 300 veces en el AT, se refiere a diferentes tipos de amor. Es importante señalar que existen otros sinónimos en hebreo y en griego para la palabra amor.
[3] William Edwy Vine, “Amor”, Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo (Nashville, Tennessee: Editorial Caribe, 1999) p. 33.
[4] En el Gran diccionario enciclopédico de la Biblia, dirigido por Alfonso Ropero, se divide la palabra amor de manera temática: Amor de Dios, amor natural, amor a Dios, amor al prójimo, amor al enemigo. Sin embargo, aquí te presento los usos más comunes de esta palabra en la Biblia.
[5] G. Kittel, G. Friedrich y G. Bromiley, “Ἀγάπη, amor”, Compendio del diccionario teológico del Nuevo Testamento (Grand Rapids: Libros Desafío, 2003) p. 12.
[6] William Edwy Vine, “Amor”, p. 35.
[7] G. Kittel, G. Friedrich y G. Bromiley, “Ἀγάπη, amor”, Compendio del diccionario teológico del Nuevo Testamento (Grand Rapids: Libros Desafío, 2003) p. 12.
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