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Vivimos en el Siglo XXI, cerca de 2000 años han pasado de la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesús. Ahora bien, llama nuestra atención que los escritores del Nuevo Testamento hablaron de “sus  días” como finales, y ya han pasado varios siglos. De manera particular, Jesús relacionó su segunda venida con dos personas y tiempos de la historia bíblica: Noé y Lot.

Los días de Noé

En los días previos al diluvio, Dios trajo un juicio global debido a la globalización del pecado. El pecado que ingresó en el Edén se profundizó hasta ser intolerable:

“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”, Génesis 6:5.

Resulta interesante, entonces, que el Señor haya comparado esos días con los previos a su segunda venida:

“Mas como en los días de Noé,así será la venida del Hijo del Hombre”, Mateo 24:37.

Los días de Lot

La destrucción de Sodoma y Gomorra marca un ícono judicial como en los días de Noé. Ya no con agua, sino con fuego y azufre. Es interesante que es de Sodoma donde surge el término sodomía, un estilo de vida aceptable para esos ciudadanos pero inaceptable para Dios. Sin embargo, cuando Jesús hace referencia a este suceso, más bien enfatiza que, a pesar de la inmoralidad, ellos vivían sin pesares, sin culpa, con total normalidad:

“Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; más el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos”, Lucas 17: 28-29.

En los últimos días

¿Hay similitudes en nuestros días con los de Noé y de Lot? Notablemente. La maldad se ha multiplicado, y el mundo, más que alarmarse, parece celebrarlo. Sin embargo, probablemente los cristianos del primer siglo también veían la sociedad grecorromana subjetivamente como los días de Noé y Lot. Podemos observar algunos pasajes para ver cómo resolvemos este asunto:

“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo”, 1Juan 2:18.

En este texto vemos que estamosya en el último tiempo”. Hay 2 momentos claves que definen la extensión de nuestra era. El principio de esta era fue la primera venida del Señor (“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo”, Gálatas 4:4), y el fin será su segunda venida (El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre. Antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto”, Hechos 2:20).

Entre su primera y su segunda venida estamos viviendo nosotros.

¿Cómo le llama las Escrituras a estos días? Postreros días (Hebreos 1:1-2; 1 Pedro 1:20) o últimos días (2 Timoteo 3:1).

Los escritores del Nuevo Testamento consideraron sus días como los últimos. Su expectativa estaba fundamentada en la promesa de la segunda venida de Cristo. Es por eso que nosotros somos los que hemos “alcanzado los fines de los siglos” (1 Corintios 10:11)

Estos son días finales porque el Rey dijo que volvería y nos enseñó a orar “venga tu reino”. La señal del comienzo de los últimos días fue la primera venida de Cristo. De igual manera, nos unimos al clamor de las Escrituras: El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús, Apocalipsis 22:20.

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