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Actualizado el 16 de diciembre de 2021: Todos los 17 misioneros han sido liberados finalmente gracias a Dios, después de casi dos meses de oración y angustia. Todavía no se conocen los detalles de la liberación.


Recientemente un grupo de misioneros cristianos fue secuestrado por una pandilla en Puerto Príncipe, la capital de la nación de Haití. La noticia indica que se trata de al menos 17 personas que fueron tomadas cautivas el pasado sábado, cuando el vehículo en el que se transportaban fue capturado después de haber visitado un orfanato.

De las 17 personas (16 estadounidenses y una canadiense), hay cinco hombres, siete mujeres y cinco niños. El grupo forma parte de la organización de misioneros Christian Aid Ministries, con sede en Ohio (Estados Unidos), la cual emitió un comunicado confirmando la noticia y piden oraciones por las autoridades civiles haitianas y norteamericanas, que están trabajando para solucionar este caso.

La página web del ministerio indica que el grupo misionero se comprometió a trabajar con personas de Haití con el propósito de compartir el amor de Jesús en toda la nación. Indica que «antes del secuestro, su trabajo en todo Haití incluía apoyar a miles de escolares necesitados, distribuir Biblias y literatura cristiana, suministrar medicinas para numerosas clínicas, enseñar a pastores haitianos y proporcionar alimentos a los ancianos y vulnerables».

Además, el grupo había estado trabajando activamente en desarrollar un proyecto de reconstrucción «para quienes perdieron sus hogares en el terremoto de agosto de 2021».

La violenta banda denominada «400 Mawozo» (que significa «400 hombres sin experiencia»), responsable de este secuestro, es muy conocida por realizar secuestros masivos en una zona de Croix de Buquet, un barrio de Puerto Príncipe. El grupo exige una suma de 17 millones de dólares por el rescate. El grupo criminal es uno de los tantos que diariamente atemoriza la capital del país. La banda realiza robos y otros actos delictivos y se atribuye múltiples secuestros de haitianos y extranjeros, con el propósito de extorsionar para obtener dinero.

Los misioneros no son los únicos cristianos o trabajadores religiosos secuestrados. Otros muchos han sido afectados a lo largo de la crisis que experimenta la nación. Christianity Today reporta que «en abril, un hombre que decía ser el líder de la banda de los 400 Mawozo dijo a una estación de radio que eran responsables del secuestro de cinco sacerdotes, dos monjas y tres familiares de uno de los sacerdotes ese mes… posteriormente fueron puestos en libertad».

Caos en Haití

Haití ha atravesado distintos eventos catastróficos recientemente. El pasado mes de julio, en un acto sin precedentes, fue asesinado en su propia casa el presidente de la nación, Jovenel Moïse. Posterior a eso, en agosto, la nación experimentó un terremoto de magnitud de 7.2 que dejó más de 2,000 personas muertas. 

A partir de ahí, se reporta que bandas rivales han intentado ganar el control de territorios, en una escalada de violencia que, sumada a la débil seguridad estatal, aumentó la inestabilidad e inseguridad en la vida de muchos de los habitantes del país.

¿Qué podemos hacer?

En primer lugar, debemos interceder ante el trono de la gracia para que nuestro Dios traiga alivio a los habitantes de esta nación. Pidamos que traiga un avivamiento espiritual por medio del poder del evangelio de Cristo. Oremos también para que el país pueda volver al orden y  la gobernabilidad necesaria para poder solucionar sus graves problemas.

Sumado a eso, urge orar para que Dios fortalezca y saque de esta situación desesperante a los misioneros secuestrados y que les dé valor para compartir el evangelio con los criminales. Oremos también para que —como pide la organización misionera en su web— el Señor traiga salvación a las almas de estos secuestradores. Nuestro Dios nos dice, por medio de Pablo cuando escribe a Timoteo, que oremos «por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad» (1 Ti 2:2-4).

En medio del caos de la nación más pobre del hemisferio occidental, los cristianos creemos que la gracia de Dios por medio del evangelio promete regeneración y salvación a los pecadores que ponen su fe en Cristo. Oremos que el reino de los cielos venga sobre Haití.

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