¿Cómo le hago para que mi vida cambie? ¿Qué tengo que hacer para dejar de hacer lo que no quiero hacer y empezar a hacer lo que quiero hacer? Si eres cristiano, estas preguntas continuamente vienen a tu mente. Pero usualmente vienen sin respuestas…
Pero claro que podemos cambiar. Aunque en un artículo no podemos dar una respuesta exhaustiva, veamos una sencilla y poderosa enseñanza que nos muestra cómo podemos cambiar:
“… transfórmense mediante la renovación de su mente” (Ro. 12:2b).
Pablo resume una poderosa enseñanza en 7 palabras; si la entendemos y la creemos, tendrá un efecto revolucionario en nuestras vidas. El apóstol, inspirado por el Espíritu Santo, nos está diciendo que si nuestras mentes son renovadas nuestras vidas serán transformadas; que nuestras vidas cambiarán si nuestra manera de pensar cambia.
¿Qué significa renovar nuestra manera de pensar?
El verbo “transfórmense” en griego aparece en voz pasiva: no es algo que el sujeto hace, sino algo que es hecho en él. En este pasaje, el Señor nos está llamando a exponernos a que Él haga algo en nosotros para cambiarnos, no tanto a hacer algo para cambiar. Jerry Bridges lo dijo así: “El Señor no nos está llamando a hacer algo sino a buscar que se haga algo en nosotros”1.
Los hijos de Dios no cambiamos primordialmente por cosas que hacemos, sino por la forma en la que humildemente nos exponemos a la obra transformadora de Dios en nuestras vidas. La renovación de nuestra mente es una obra del Espíritu Santo (Tito 3.5), una obra que Él hace conforme diligentemente nos exponemos a la verdad de Su Palabra.
A medida que permitimos que el Espíritu Santo transforme nuestros pensamientos y nos enseñe a pensar como Jesús, a ver las cosas como Jesús, a valorar las cosas como Jesús, nuestras vidas cambian gradual y palpablemente. Conforme aprendamos a profundizar, meditar, y memorizar las verdades de las Escrituras, el Espíritu Santo irá reemplazando las mentiras que hay en nosotros por la verdad de Dios.
A medida que yo aprenda a pensar como Jesús, mi mente irá siendo renovada, y conforme mi mente vaya siendo renovada, mi vida irá siendo transformada.
¿Cómo renuevo mi manera de pensar?
Aunque la renovación de nuestra mente es una obra que solo el Espíritu Santo puede hacer en nosotros, la Biblia claramente enseña que tú y yo participamos en nuestro proceso de santificación o de transformación a imagen de Jesús (1 Tim. 4:7).
Así que, ¿cómo colaboramos con Él para que nuestras mentes sean renovadas? Exponiéndonos lo más que podamos a leer, meditar, memorizar, y aplicar su Santa Palabra.
Un creyente que lee, relee, medita, memoriza, analiza, y pone en práctica las Sagradas Escrituras es un creyente que estará siendo transformado por el poder de la Palabra de Dios. Así, poco a poco, la Palabra te estará perfeccionando para ser la persona que Dios quiere que seas (2 Tim. 3:16).
¿Esto significa que leer más la Biblia me va cambiar? Debemos tener cuidado de sobresimplificar las cosas. El poder no está en el simple acto de leer. Debemos profundizar en la Escritura con fe en el poder de Dios y con un corazón humilde, en dependencia de que Él actúe. Míralo de esta forma: el solo exponerte a la Escritura no va a transformarte, pero no serás transformado sin exponerte constantemente a la Escritura.
Aquí hay cinco maneras en que puedes acercarte a las Escrituras para que tu mente sea renovada.
Lee la Escritura creyendo como un niño en Jesús: Lee la Biblia confiando como un niño que estás leyendo la mismísima Palabra de Dios. Cree cada palabra, apuesta con tu vida a cada promesa.
Lee la Escritura abrazando a Jesús como maestro: Léela dándote cuenta de que cada enseñanza que encuentras en la Palabra no es una sugerencia o un punto de vista, sino la verdad que el Dios del universo nos ha revelado, una verdad a la que necesitas responder.
Lee la Escritura buscando desarrollar una relación personal con Jesús: Lee la Biblia no buscando aumentar tu conocimiento teológico, o para saber más que los demás, sino para cultivar una relación real con el Hijo del Dios viviente.
Lee la Escritura buscando contemplar la gloria de Jesús: Lee no solo buscando qué es lo que tienes que hacer, sino hazlo buscando conocer más al Dios verdadero y comprender más profundamente lo que hizo por ti. Lee buscando contemplar la gloria del Hijo de Dios.
Lee la Escritura buscando entender más claramente el evangelio: Lee la Biblia buscando día tras día entender con mayor claridad lo que Jesús hizo por ti en la cruz. Algo más importante que entender lo que Él quiere que hagamos es comprender con claridad y creer con vigor lo que Él ya hizo por nosotros por medio de su muerte sustitutoria. Es comprendiendo cada vez más ese glorioso mensaje que nos exponemos a su poder transformador de salvación (Ro. 1:17).
Todavía el año está comenzando, así que aprovecha la oportunidad para buscar con diligencia cultivar una disciplina vigorosa de leer la Escritura con fe, buscando encontrarnos con Jesús. Así nuestras mentes serán renovadas y nuestras vidas transformadas para la gloria de Dios.