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Para entender a Jesús caminando sobre el agua, lee el Antiguo Testamento

Lo que el milagro de Jesús en Marcos 6 revela sobre Su identidad

Cuando era más joven, se popularizó un tipo particular de imagen con efecto tridimensional: podías identificarla fácilmente a primera vista, pero si la mirabas fijamente durante suficiente tiempo, otra imagen aparecía como si brotara mágicamente de la primera. La clave estaba en mirarla de la manera correcta. Lo mismo sucede con la comprensión de los milagros de Jesús en los evangelios. Son claramente demostraciones del poder de Jesús; no obstante, lo que comunican sobre quién es Él y lo que vino a hacer va mucho más allá de lo que se percibe a simple vista.

Con esto en mente, volvamos a examinar el pasaje donde Jesús camina sobre las aguas del mar de Galilea (Mc 6:45-52; ver también Mt 14:22-33; Jn 6:15-21). En este contexto, los discípulos de Jesús tenían dificultades para remar en su barca durante una fuerte tormenta. Jesús se acercó a ellos, caminando sobre el mar en medio de esa misma tormenta. Rescató a Sus discípulos del peligro y, al hacerlo, reveló que Él es el Hijo divino de Dios que guía a Sus discípulos en un nuevo éxodo.

El trasfondo del Antiguo Testamento

Para ayudarnos a ver este milagro en «tres dimensiones», necesitamos prestar atención a las resonancias del Antiguo Testamento en la narrativa de Marcos.

1. El Señor del nuevo éxodo

Marcos presenta la salvación que Jesús lleva a cabo como un nuevo éxodo. En el primer éxodo, Dios caminó a través del mar. En el Salmo 77:16-20, Asaf observa que, en el éxodo, Dios guió a Su pueblo a través de las aguas del mar (ver Éx 14:29; 15:19). Además, en Isaías 43, el SEÑOR hace Su camino en el mar (v. 16), y el Señor estará con Su pueblo cuando pasen por las aguas (v. 2). Este capítulo mira hacia el primer éxodo como precedente para un nuevo éxodo futuro, cuando el Señor redimiría de forma culminante a Su pueblo.

Jesús es el Salvador divino que trae la tan esperada salvación de un nuevo éxodo

Al caminar sobre el agua y salvar a Sus discípulos en una tormenta, Jesús cumple esa anticipación de Isaías. Él es el Salvador divino que trae la tan esperada salvación de un nuevo éxodo.

2. Teofanía sobre el agua

Marcos también nos dice que Jesús «quería pasarlos de largo» a Sus discípulos (Mc 6:48). Estas palabras nos abren a un mundo de resonancias bíblicas que revelan la divinidad de Cristo. El lenguaje de «pasar de largo» presenta el caminar de Jesús sobre el agua como una teofanía, es decir, una aparición de Dios.

En el monte Sinaí, Moisés experimentó una teofanía cuando la gloria del Señor pasó delante de él (Éx 33:19, 22). Elías también experimentó una teofanía en la misma montaña que Moisés (1 R 19:8), y el Señor pasó junto a Elías (v. 11). Marcos 6:48 hace eco particularmente del lenguaje teofánico de Job 9, donde Dios pisotea las olas del mar (v. 8) y pasa junto a Job, quien no lo percibe (v. 11). Marcos usa el mismo término griego para «pasar de largo» (parerchomai) que se encuentra en el Antiguo Testamento griego para estas tres teofanías.

La teofanía experimentada por los discípulos es mayor que cualquiera en el Antiguo Testamento. El Señor le dijo a Moisés que nadie puede ver Su rostro y vivir (Éx 33:20), pero los discípulos vieron a Dios encarnado, la segunda persona de la Trinidad, cuando vieron a Jesucristo. Finalmente, Él no pasó de largo, sino que subió a la barca con ellos, proveyéndoles aguas tranquilas (Mc 6:51; cp. Sal 23:2).

3. Autorrevelación divina

A la autorrevelación divina de Jesús se suman Sus palabras en Marcos 6:50: «Tengan ánimo, Yo soy; no teman» (traducción del autor). La frase que la NBLA traduce como «Soy Yo» («¡Tengan ánimo! Soy Yo; no teman»), y que otras versiones en español aparece de forma similar (p. ej., NVI, NTV: «Soy yo»), es presentada de manera significativa como «Yo soy» en otras traducciones (RV60). Esta última forma, «Yo soy», refleja mejor el original, es un lenguaje usado para la autorrevelación del Señor en el Antiguo Testamento (ver Éx 3:14). También podría reflejar textos que hablan de la singularidad del Señor (p. ej., Dt 32:39; Is 43:10, 25; 45:18-19; 46:4), que a menudo se traducen como «Yo soy» o «Yo soy Él».

Jesús es el eterno «Yo soy» que se ha encarnado y guía a Su pueblo en un nuevo éxodo hacia la paz de la verdadera tierra prometida

En Hageo 2:4-5, el Señor declara tanto «Yo estoy con ustedes» como «cobren ánimo», una fraseología similar a las palabras de Jesús en Marcos 6:50. Incluso el mandato «No teman» se encuentra en varios pasajes del Antiguo Testamento (p. ej., Is 35:4; 40:9; 43:1-3). Estos textos hablan de la venida del Señor para salvar a Su pueblo en un nuevo éxodo, que se realiza mediante la obra de Cristo.

El milagro en el contexto de Marcos

Este es el segundo milagro en el mar registrado en Marcos (ver Mc 4:35-41) y, al igual que el primero, demuestra la autoridad divina de Jesús y Su cuidado por Sus discípulos. Anteriormente, cuando Jesús calmó el mar, los discípulos se preguntaron: «¿Quién es este hombre?» (Mc 4:41, traducción del autor). En este segundo milagro en el mar, aprendemos más sobre Jesús. Él es el Hijo divino que libra a Sus discípulos del peligro. Además, el hecho de que Jesús camine sobre el agua con un cuerpo real y suba físicamente a la barca con Sus discípulos también demuestra Su verdadera humanidad: Él es el Dios-hombre.

Este milagro anticipa la transfiguración unos capítulos más adelante (Mc 9:2-8), una teofanía aún más explícita. Allí, en un acontecimiento que en sí mismo prefigura la gloriosa resurrección de Jesús, sus discípulos Pedro, Jacobo y Juan ven la gloria de Jesús. Moisés y Elías también aparecen en el monte de la transfiguración; es significativo que ambos hombres presenciaron teofanías en el Antiguo Testamento.

La relevancia para nuestras vidas

Jesús reveló Su identidad en Sus milagros, pero Sus discípulos aún no comprendían del todo; después de este milagro en el mar, Marcos nos dice que no habían entendido lo de «los panes» (Mc 6:52). En otras palabras, el hecho de que Jesús caminara sobre el agua, al igual que la alimentación de los cinco mil, no solo satisface una necesidad, sino que también revela el misterio de Cristo que debemos comprender por la fe.

¿Qué debemos entender entonces sobre Cristo a partir de Su caminar sobre el mar?

Jesús es el eterno «Yo soy» que se ha encarnado y guía a Su pueblo en un nuevo éxodo hacia la paz de la verdadera tierra prometida. Así como estuvo con Sus discípulos hace dos mil años para guiarlos y protegerlos, continúa estando con nosotros hoy. A pesar de la oposición que enfrentamos en este mundo, Sus propósitos prevalecerán y la salvación que Él ha llevado a cabo para Su pueblo es segura.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido y adaptado por Eduardo Fergusson.
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