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¿Te has encontrado en el proceso de buscar una iglesia para congregarte?

La búsqueda de una iglesia saludable puede llegar a ser larga y compleja. En ocasiones es sencillo encontrar una y herramientas como el directorio de iglesias de Coalición por el Evangelio pueden ayudarte. Pero en mi experiencia pastoral, he visto que a la mayoría de las personas les exige tiempo, paciencia, y sabiduría.

Ya sea que estés recién instalado en una nueva ciudad, estés por mudarte, o por cualquier otra razón que te haya llevado a dejar tu iglesia, estas cinco preguntas te ayudarán a reflexionar antes de elegir una nueva congregación.

1) ¿Hay una actitud bíblica en mi búsqueda?

Encontrar una iglesia no se trata de tus expectativas, preferencias, y necesidades. La iglesia no se trata de ti, se trata de Cristo. Él es la cabeza de la Iglesia (Ef. 5:23). Él la redimió y se dio a sí mismo por ella, para que tú puedas ser parte de su cuerpo (1 Co. 12:12). El centro de la Iglesia no son los creyentes, sino su Salvador.

Por lo tanto, considera tu actitud al buscar una iglesia: ¿Buscas un lugar para “brillar” por sobre otras personas? ¿Buscas dónde enseñar todo lo que sabes? ¿Hay en ti un espíritu crítico y arrogante? En ocasiones, cuando buscamos una iglesia saludable no advertimos que nuestro espíritu está enfermo.

Para formar parte de una iglesia saludable, nuestro interior también debe estar saludable. Humíllate bajo la poderosa mano de Dios (1 P. 5:6) y no permitas que tus años de conocimiento destruyan la dulzura de la humildad. No hay iglesia perfecta y, por lo tanto, nuestra mira no debe estar en las imperfecciones de las personas, sino en la perfección de nuestro Dios.

2) ¿Hay predicación bíblica?

Si has examinado tu corazón con la guía de tu Señor (Sal. 139:23), habrás dado el primer paso correcto para buscar una iglesia. Recuerda que tu corazón afecta tu conducta (Lc. 6:45). Es imperativo que examines tus motivaciones y puedas estar apercibido de que sean limpias. Sin embargo, una vez que llegas a una iglesia, necesitas discernir si la predicación es bíblica.

Una sana y correcta exposición de la Palabra, vivida por la congregación y sus líderes, es una marca esencial de una iglesia saludable

Al llegar a una iglesia hay muchas cosas que pueden llamar nuestra atención, como las instalaciones impresionantes o la música cautivadora. Aunque no tiene nada de malo un ambiente agradable, nada de eso es prioridad. La Palabra de Dios es central en la iglesia. Una sana y correcta exposición de la Palabra, vivida por la congregación y sus líderes, es indicador esencial de una iglesia saludable.

No digo que seamos “críticos” de los predicadores, buscando algún error en su sermón. Estoy hablando de que la predicación debe estar centrada en el texto, ser inteligible, y organizada. Si notas que no hay orden en el sermón y existen obvias desviaciones doctrinales, entonces puedes descartar tu asistencia a tal iglesia.

No importa si hay otros aspectos de la iglesia que te gusten, recuerda que la exposición de la Palabra es lo que necesitan tú y tu familia. Por lo tanto, tu iglesia tiene que ser una donde se predica fielmente el texto bíblico. No pienses a corto plazo, tienes que ver hacia el futuro.

3) ¿Hay liderazgo bíblico?

El liderazgo pastoral es uno de los elementos más importantes que definen la salud de la iglesia. Es por eso que debes poner especial atención a este tema. Pero ¿qué debes buscar en liderazgo pastoral? Exactamente lo que la Biblia prescribe para ellos. Pedro ordena que los líderes:

“Pastoreen el rebaño de Dios entre ustedes, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo; tampoco como teniendo señorío sobre los que les han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño”, 1 Pedro 5:2,3.

No se trata de buscar una iglesia con pastores perfectos, pero sí que cada uno sea “irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, de conducta decorosa…” (1 Ti. 3:2). Si vemos que no “predica la Palabra a tiempo y fuera de tiempo” (2 Ti. 4:2), sino que busca lo suyo propio, entonces no es aconsejable asistir a tal iglesia. No se trata de que el pastor tenga gran conocimiento bíblico o que sea un reconocido erudito; se trata de que el corazón del pastor sea como el del Príncipe de los pastores, que cuida y guía a las ovejas hacia Dios.

4) ¿Hay una comunidad bíblica?

Otra marca esencial de una iglesia saludable es el amor entre hermanos (Jn. 13:35). El amor en la iglesia debe ser palpable y transparente. El corazón del ser humano fue creado para amar a Dios y ser amado por Él. Por eso es importante que la iglesia sea el lugar donde el amor de Dios fluya entre sus miembros.

Para formar parte de una iglesia saludable, nuestro interior también debe estar saludable

No hablo de un lugar exento de problemas, sino de uno donde “el amor cubre multitud de pecados” (1 P. 4:8). El amor bíblico entre hermanos promueve el crecimiento de todos en la iglesia. Las divisiones, murmuraciones, y peleas son el resultado de un largo tiempo de falta de perdón y nula disciplina bíblica. Puede que los problemas nazcan repentinamente, pero la falta de intención en solucionarlos —en muchos casos— es algo habitual y los líderes debemos evitarlo.

No es bíblico que una iglesia no se ame genuinamente o no luche por hacerlo.

5) ¿Hay alabanza y música que respetan las directrices bíblicas?

No hablo de estilos musicales, sino del contenido de la alabanza en la iglesia. No se necesita una gran banda musical para ofrecer adoración bíblica. La música no tiene como fin entretenernos, sino llevarnos a exaltar a Dios.

La alabanza no es correcta solo porque contenga palabras bíblicas, sino porque está escrita y diseñada para adorar a Dios mediante la Escritura. Por eso es incorrecto cantar solo porque te gusta una canción sin considerar su letra o tu actitud.

Ánimo en tu búsqueda de una iglesia

Dios anhela la adoración de un corazón entregado a Él, tanto cuando estás dentro de la iglesia como cuando estás en búsqueda de una. No te des por vencido. Sé disciplinado, pide consejo, y confía en Dios. ¡Nada sale de su control! Pide al Señor que te lleve a una congregación saludable. Recuerda que:

“Esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho”, 1 Juan 5:14-15.

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