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El coronavirus ha generado mucho temor y aflicción a miles de personas en todo el mundo. Dado el mensaje generalizado sobre su efecto en todos los ámbitos de la vida, los niños ciertamente pueden y están internalizando ese temor.

Aunque nunca queremos pensar en términos de “sacar provecho” del sufrimiento de los demás, las crisis como esta nos brindan valiosas oportunidades para tener conversaciones significativas con nuestros hijos.

Ayer hablé con una alumna de primer grado al respecto. Aquí están las tres preguntas que le hice junto con algunos de los mensajes que le comuniqué.

1. ¿Por qué los cristianos no tienen que temer a la muerte?

La mayoría de las personas reprimen o ignoran la inevitable realidad de la muerte. El coronavirus ha hecho surgir esta pregunta de una manera real para cada uno de nosotros. Quería hablar con la niña sobre el consuelo y la esperanza que los creyentes tienen ante la muerte.

Los cristianos son las personas que se burlan de la muerte con el grito: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria?”.

Enseña a tus hijos el carácter bueno y misericordioso del Señor, junto con las dulces y seguras promesas del evangelio

Hablamos sobre cómo Jesús vino para salvarnos de nuestros pecados y para librarnos de la muerte. La muerte para el creyente es ganancia, ya que pasamos a vivir en gloria con Cristo y somos liberados de los sufrimientos en esta vida. Sí, tenemos temor sobre el proceso de morir (eso es miserable), pero en términos del resultado final, no tenemos miedo debido a la victoria de Cristo en el Calvario.

Quería que la primera cosa de la cual habláramos fuera la esperanza del cristiano ante la muerte.

2. ¿Por qué los cristianos deben ser responsables, prudentes, y sabios sobre el coronavirus?

Si bien no tenemos miedo a la muerte, tampoco actuamos como necios. No tomamos riesgos imprudentes y prestamos atención a los consejos de las autoridades confiables. ¿Por qué? La niña de primer grado y yo hablamos sobre cómo nuestras vidas son un regalo de Dios. Nuestro Señor nos llama a ser fieles mayordomos de esta vida para su gloria.

Parte de ser un buen mayordomo implica proteger nuestros cuerpos y monitorear nuestra salud. Queremos tratar nuestras vidas y las vidas de los demás como sagradas, ya que todos estamos hechos a la imagen de Dios.

Dada esta importante mayordomía, debemos seguir las prácticas de sentido común que las autoridades de atención sanitaria han dado: lavarse las manos, evitar saludar de manos, permanecer aislados si tenemos síntomas. Al hacerlo, no solo estamos siendo buenos mayordomos de nuestras propias vidas, sino que también estamos protegiendo y honrando la dignidad de los demás.

3. ¿Por qué los cristianos pueden vivir sin temor en este mundo peligroso?

Algunos han muerto a manos de este virus. Otros se han enfermado increíblemente. Muchos son bendecidos evitando el virus por completo, pero están llenos de temor.

Una de las frases más reconfortantes de la Biblia es “no temas”. ¿Por qué el cristiano tiene la libertad de rechazar el temor y vivir en paz? Como bien dijo la niña, porque “Dios tiene el control de todo”. Gran parte del temor que surge de esta crisis internacional emana de la percepción de que Dios ha perdido el control del mundo.

Saber que Dios es bueno y soberano significa que podemos vivir en paz

En realidad, Cristo ha ascendido a su trono en el cielo donde gobierna sobre todo. En nuestra conversación, le aseguré a esta niña que Dios mantiene el control de cada cosa en su universo. Su bondad constituye un aspecto igualmente importante de nuestro bienestar. Dios no solo mantiene todas las cosas bajo su control soberano, sino que también gobierna todas las cosas de acuerdo con su carácter puro y perfecto. Saber que Él es bueno y soberano significa que podemos vivir en paz.

Ya sea a través del cierre de la escuela o de la información que han escuchado en los medios, tus hijos aprenderán sobre los peligros del coronavirus. Enséñales proactivamente el carácter bueno y misericordioso del Señor, junto con las dulces y seguras promesas del Evangelio, y los consolarás en medio de esta crisis actual. Igualmente, esto puede prepararlos para las aflicciones futuras de la vida.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
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