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Lo que decimos cuándo afirmamos la claridad de las Escrituras es que la Biblia está escrita de tal manera que todas las cosas necesarias para ser cristiano, vivir como cristiano y crecer como cristiano son claras en la Escritura. A pesar de que hay pasajes difíciles, necesitamos comprender que la Biblia es clara.

Antes de la Reforma, la Iglesia católica romana enseñaba que la gente normal no debía leer la Biblia porque no podía entenderla y solo la confundiría. Pero los reformadores sabían que la Palabra de Dios es poderosa y clara. Por eso, Martín Lutero —por ejemplo— se esforzó tanto en traducir la Biblia al alemán, el idioma que la gente común de su tiempo podía entender. Los reformadores no decían que todo en la Biblia es perfectamente claro. Pero sí afirmaron que el mensaje básico de la salvación es lo suficientemente claro como para que cualquiera pueda entenderlo; ya sea leyéndolo por sí mismo o utilizando los medios ordinarios como hablar con un creyente, líder o pastor.

Esto va de la mano con el hecho de que Dios eligió revelarse tanto en la creación como en su revelación especial: la Biblia. Entonces, el propósito de Dios es revelarse a sí mismo. Quiere ser conocido. La Biblia está escrita para que podamos entenderla. No pretende transmitir un mensaje misterioso. Por supuesto, hay algunas partes que son más difíciles de entender que otras. Alguien dijo que la Biblia es como un río lo suficientemente profundo para que un elefante nade y poco profundo en sus orillas para que un cordero pueda vadear con seguridad.

De hecho, una y otra vez, en las Escrituras se da el mandato a los padres de enseñar a sus hijos la palabra de Dios (p. ej., Dt 7; Pr 1). Eso implica que los niños pueden escuchar y comprender el mensaje básico de la Biblia. Su contenido básico está despejado. Los reformadores a menudo se referían a la imagen de la luz para demostrar esta verdad (Sal 119:105; Pr 6:23). La Biblia tiene la intención de traer claridad y luz para ayudarnos a entender cómo es Dios, cómo tener una relación con Él y cómo vivir para Él.

La Biblia tiene la intención de traer claridad y luz para ayudarnos a entender cómo es Dios, cómo tener una relación con Él y cómo vivir para Él

Ciertamente, Dios ha levantado líderes en la iglesia y les ha dado la responsabilidad de estudiar y enseñar claramente las Escrituras. Quienes han dedicado sus vidas a estudiar las Escrituras y enseñarlas a otros conocen mejor la Biblia. Sin embargo, eso no significa que solo personas como ellos pueden entender la Escritura. La Biblia es para que todo creyente la estudie, conozca y comparta. Y está lo suficientemente clara para que todo el pueblo de Dios pueda entenderla.

¿Qué sucede cuando nos encontramos con un pasaje que no es claro? Bueno, eso probablemente revela un defecto en nosotros y en nuestro entendimiento, no en la Biblia misma. Nuestro mayor obstáculo para comprender la Biblia es el pecado que nos ciega de la verdad. Tenemos un enemigo que quiere evitar que veamos y escuchemos el mensaje claro de las Escrituras (2 Co 4:4).

A veces queremos suavizar el mensaje de la Biblia y, cuando hacemos eso, lo dejamos poco claro. No necesitamos nublar o traer dudas sobre las cosas que Dios ha aclarado en su Palabra. Lamentablemente, esa es una tendencia creciente entre algunos creyentes de hoy. Lo anterior nos ayuda a ver algunas implicaciones prácticas de esta doctrina:

Primero, debido a que la Biblia es clara, debemos ser claros. Una vez más, no traigamos duda e incertidumbre cuando Dios ha traído claridad y luz.

Segundo, como creyentes debemos leer la biblia con la expectación de que vamos a ver y entender las maravillas de nuestro Dios. Incluso en Apocalipsis, que contiene pasajes difíciles, leemos: “Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de la profecía y guardan las cosas que están escritas en ella, porque el tiempo está cerca” (Ap 1:3). La Biblia es clara, y leerla traerá luz, verdad y bendición.

Debido a que la Biblia es clara y la gente en todo lugar y en todo momento puede entenderla, debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para traducirla a todos los idiomas.

Mencioné anteriormente cómo Martín Lutero trabajó para traducir la Biblia de sus idiomas originales al alemán. ¿Por qué hizo eso? Él sabía que todos los creyentes podían y debían leer la Biblia y comprender su mensaje. Ciertamente no fue el primero en hacerlo. Los escritores del Nuevo Testamento a menudo citan el Antiguo Testamento. Pero no estaban citando el hebreo, que es el idioma en el que se escribió el Antiguo Testamento, sino que estaban citando la Septuaginta, que es una traducción griega del hebreo. ¿Por qué estaba en griego? Porque ese era el idioma que hablaba la gente de esa etapa de la historia.

Entonces, deberíamos tener ese mismo deseo y meta. Que la Biblia se traduzca a idiomas que la gente conozca y hable. Una organización llamada Wycliffe Bible Translators estima que hay más de 6,000 idiomas, que representan a mil setecientos millones de personas, que todavía no tienen la Biblia completa en su idioma. En cierto casos, tienen algunos libros de la Biblia, pero no todos. Hay otros 2,000 idiomas o 167 millones de personas, que no tienen acceso a ninguna parte de la Biblia en su idioma. Los años de trabajo que tomará traducir fielmente la Biblia a estos idiomas, valen la pena. ¿Por qué? Porque la Biblia es clara. El mensaje liberador del evangelio es claro y la humanidad necesita conocerlo.

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