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Hay momentos en los que no sabemos cómo reaccionar y ayudar a quien amamos. Son situaciones que pueden resultarnos incómodas o simplemente nuevas e inesperadas. Estoy segura de que mi internamiento en un hospital psiquiátrico fue todas esas cosas para mi familia y amigos; también lo fue para mí. 

Previamente escribí sobre mi experiencia como paciente y las circunstancias que me llevaron a estar en el hospital. En esta ocasión quiero enfocarme en las personas cercanas al paciente y dar algunos consejos sencillos para apoyar a un ser querido que está pasando por un internamiento psiquiátrico.

Reflexiona y ora

Independientemente de la causa por la que tu amigo o familiar necesite estar en el hospital, es natural que sientas tristeza, preocupación, o impotencia. Lo que no es útil es sentir vergüenza o culpa. Algunos de nosotros hemos aprendido que ir a terapia psicológica es para gente débil o loca, quizá hasta hemos escuchado que es pecaminoso. El hospital psiquiátrico suena mucho peor. O tal vez te culpas por no haber notado que había algo malo y por no haber evitado que tu ser amado llegara hasta este punto. 

Reflexiona sobre lo que sientes y piensas acerca de esta situación. ¿De dónde vienen tus creencias? ¿Hay fundamento bíblico para ellas? ¿Te preocupa más lo que piensen otros que la salud de tu ser querido? Puede haber muchas cosas detrás de lo que sientes. Sea lo que sea, pídele a Dios amor y valentía para enfrentar la situación de manera que refleje su amor.

Respeta su confidencialidad

La realidad es que las enfermedades mentales siguen siendo muy estigmatizadas. No es raro perder relaciones por la desinformación de muchas personas. Por favor, no reveles información de tu ser querido sin su autorización. A pesar de que no hay razón para avergonzarse, no todas las personas pensarán lo mismo. Además, el paciente es el único que tiene derecho a revelar lo que ha vivido. Deja que él o ella esté listo para hablar por sí mismo y afrontar las posibles consecuencias.

Visítalo solo si quiere

Si no eres un familiar directo, una vez que se autoricen las visitas, pregunta antes de visitar a tu ser querido. Un hospital psiquiátrico no es un lugar agradable para nadie, y puede que el paciente no quiera que lo vean en ese estado tan vulnerable. 

Si vas de visita, cuida que tu conversación no sea una fuente más de ansiedad. Recuerda que estar encerrado impide que resuelvas todo lo que dejaste afuera. Al estar internado uno no olvida que tiene problemas, y hasta puede sentirse culpable de estar fuera del mundo real y no poder atender sus responsabilidades. Las visitas son lo más esperado del día cuando estás internado y tienen un gran impacto en tu estado mental, porque son lo único que te recuerda todo lo que dejaste afuera.

Mantente presente cuando salga

Salir del hospital es todavía más difícil que estar dentro. Aunque solo pases unos cuantos días internado, salir se siente como si te hubieras ido por años. El tiempo pasa muy lento en un hospital. Tu vida se puso en pausa pero el mundo siguió sin ti. Todo se siente diferente, casi como nuevo, y por varios días después del alta sientes que no encajas en tu vida anterior. 

Platicando con algunas compañeras de internamiento y leyendo las experiencias de otros, me percaté que no era la única que a veces deseaba regresar al hospital, a pesar de lo desagradable que puede ser la experiencia. De hecho, no es raro que haya recaídas las primeras semanas después del alta. Por todo lo anterior, creo que el regreso a la vida cotidiana es cuando tu ser querido más te necesita. No hay una serie de pasos que yo te pueda ofrecer, lo mejor que puedes hacer es preguntar directamente qué necesita. Pueden ser cosas tan simples como recordarle que tome sus medicamentos, o cosas tan intimidantes como manejar el estigma asociado a tener una enfermedad mental que requirió de una hospitalización. 

Lo mejor que puedes hacer es mantener el contacto. Esto le dará la confianza a tu ser querido de pedirte concretamente lo que necesita de ti y sentirá que sigue siendo parte de tu vida.

No tengas miedo de ser vulnerable

Por favor no uses la Biblia para ocultar tus emociones. Por supuesto que es bueno que la base de tus palabras y acciones sea la Escritura… lo que no ayuda es usar la Biblia como escudo para no hacernos vulnerables. Somos llamados a llorar con los que lloran (Ro. 12:15) y creo que no estamos conscientes de lo positivo que puede ser tener un poco de empatía hacia la persona que sufre. 

Los amigos de Job son un buen ejemplo de que se pueden compartir verdades y aun así empeorar la situación de una persona dolida (Job 4). Entiendo que como cristianos quizá nos vienen a la mente inmediatamente los versículos ideales para cada situación. Antes de compartir esos versículos, escucha, trata de comprender, y contacta con tus emociones para que puedas saber mejor lo que necesita la otra persona.

Ten cuidado con la condescendencia

Como todos nosotros, las personas con enfermedades mentales necesitan que les recuerden el evangelio y les confronten con su pecado. Así que no digo que no hables acerca del pecado con tu ser querido. Lo que no debes hacer es hablar desde una posición de superioridad. 

Tu pecado y el de un paciente psiquiátrico no son distintos; tu necesidad de Cristo y la suya son la misma. Aun si la enfermedad del paciente fuera producto de su pecado, no debes nunca apresurarte a juicio, sino más bien demostrar amor. No trates de arreglar a tu ser querido como si fuera un objeto descompuesto (nos damos cuenta cuando lo intentan). Mejor ayúdalo a sentir que es una persona valiosa y completa en Cristo, así como está. Aún en medio de la enfermedad Dios puede usarlo y transformarlo cada vez más a Su imagen. Al final todos estamos creciendo juntos y podrías aprender tanto de una persona con una enfermedad mental como ella de ti. 

Cuídate y pide ayuda

Mi mamá despertó un lunes con la noticia de que su hija estaba internada en un psiquiátrico. Mi esposo prácticamente no durmió en dos días resolviendo los trámites requeridos para mi estancia y sus propias obligaciones laborales. Imagina el grado de angustia y estrés que estaban sintiendo. Tal vez ya lo viviste y sabes lo difícil que es no poder ver a tu ser querido y tener muy pocas noticias de su estado. Es importante que no te olvides de tus necesidades básicas. No descuides tu salud, y trata de compartir tus preocupaciones con algún amigo o con tu pastor. También es posible que necesites hablar con un profesional por un tiempo para procesar todo lo que deriva de una situación tan estresante. No tienes que pasar por esto solo.

Recuerda que Dios es capaz de transformar cualquier situación difícil en una fuente de bendiciones que no imaginas. El hospital psiquiátrico no ofrece una cura inmediata a los problemas de salud mental; sin embargo, sí es una oportunidad para cambiar una estrategia que no estaba funcionando. Dios es bueno y misericordioso para usar esta experiencia para tu crecimiento, ya sea que tu ser querido mejore o no.


Imagen: Unsplash
Nota del editor: 

Este artículo fue publicado gracias al apoyo de una beca de la Fundación John Templeton. Las opiniones expresadas en esta publicación son de los autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de la Fundación John Templeton.

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