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6 maneras de enseñar a sus hijos la Biblia

Soy padre de tres niños pequeños. No puedo pensar en muchas cosas más importantes para ellos que la exposición regular a la Palabra viva de Dios. Si usted es un padre cristiano de niños pequeños, asumo que comparte la misma convicción: sus hijos necesitan escuchar a Dios, y usted anhela que ellos escuchen atentamente su buena Palabra.

Pero es difícil. La vida está llena de compromisos, los niños están llenos de energía, y la lectura de la Biblia a menudo lucha para competir con el canal de Disney, Legos, y la más reciente aplicación de teléfono.

Aquí hay seis consejos que mi esposa y yo hemos encontrado útiles en nuestro ritmo de lectura bíblica con nuestros niños pequeños (actualmente de 6, 5, y 3 años).

1. Escoja una hora y un lugar regular para la lectura de la Biblia

En general, los niños tienden a amar una rutina: un tiempo regular y anticipado con mamá y/o papá asociado con una actividad en particular. La lectura esporádica y aleatoria de la Biblia puede no involucrar a sus hijos de la misma manera que un tiempo “especial”, regular, planeado, y priorizado.

En nuestra casa, hemos elegido el tiempo antes de ir a la cama para leer la Biblia. Nuestros dos hijos mayores saben que en los 15 a 20 minutos antes de acostarse, vamos a reunirnos en su habitación para leer una historia bíblica, hablar juntos sobre ella, y orar. Han llegado a anhelarlo, y se ha convertido en un proceso tan regular y natural como cepillarse los dientes. Incluso puede ayudarles a dormir mejor, como suele ser con muchas rutinas a la hora de acostarse.

2. Lecturas cortas

Algunos de nosotros tendremos que cuidarnos de no ser demasiado ambiciosos al principio. Puesto que creemos en el poder de la Palabra de Dios, queremos que nuestros hijos estén expuestos a ella lo más que se pueda. Así que les leemos dos capítulos completos de Génesis cada noche. Sobra decir que los ojos de un niño de 5 años probablemente comenzarán a mirar al vacío.

Le animo a elegir pasajes manejables, elegidos sobre una base de criterios bien pensados. Puede decidir comenzar en Génesis y leer la Biblia secuencialmente. La clave es no apresurarse, y pensar con antelación sobre los pedazos adecuados para cada día.

3. Detenerse para explicar y medir la comprensión

Incluso si el pasaje del día es solo un capítulo, eso puede ser mucho para que un niño pequeño lo pueda absorber, si se lee todo de una vez. Es muy importante detenerse a menudo en el camino, explicar cosas, hacer preguntas para medir la comprensión, y asegurarse de que sus hijos están siguiendo y captando lo que el pasaje está diciendo.

4. Piense en preguntas de conversación apropiadas para su edad

Este aspecto se ha convertido en la parte favorita de mis hijos en nuestro tiempo nocturno juntos en la Palabra de Dios. He empezado a pensar en algunas preguntas básicas para cada uno de ellos que les ayudarán a hacer tres cosas con el pasaje que hemos leído: (1) solidificar su comprensión del pasaje, (2) conectarlo con la historia general de la Biblia, y (3) aplicarlo a sus vidas.

Cuando haces preguntas sencillas, estás haciendo mucho más que “evaluarlos” para asegurarte de que estaban prestando atención. En realidad, los estás guiando, interactivamente, en un tiempo de interpretación y aplicación de la Palabra de Dios. También los estás preparando para que en los próximos años ellos mismos interactúen directamente con las Escrituras.

5. Conecte cada pasaje a Jesús

Jesús hace una declaración increíble, incluso chocante, en Juan 5, dirigida a los fariseos: “Ustedes examinan las Escrituras porque piensan tener en ellas la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio de Mí!”. Está diciendo, en términos inequívocos, que las Escrituras están centradas alrededor de Él: su encarnación, su vida, su enseñanza, su muerte, su resurrección, su regreso.

¿Qué significa esto para la lectura diaria de la Biblia con nuestros hijos? Significa que si estamos tratando de ayudarles a entender cualquier parte de la historia bíblica, debemos darles una idea de cómo esa parte se conecta con el personaje principal —y gran clímax— de esa gran historia.

6. Deje que la lectura de la Biblia lleve a la oración

Escuchar a los niños que están aprendiendo a orar puede ser gracioso. Si los suyos son algo como los míos, sus oraciones pueden ser graciosas en su simplicidad y autoenfoque. En nuestra casa, Dios ha escuchado oraciones hechas a favor de perros, películas, gente imaginaria, y por supuesto, juguetes codiciados.

Sin embargo, si somos honestos, las oraciones de nuestros hijos son en realidad “versiones infantiles” de nuestras propias oraciones. Podemos fácilmente recurrir a la oración solamente por nuestras necesidades y deseos, en lugar de dedicar tiempo a alabar y adorar a Dios, y pedir la obra de su Espíritu en las vidas de otros. Así que una forma de crecer en nuestras vidas de oración es amarrar intencionalmente nuestras oraciones a nuestra lectura. Podemos ayudarles a nuestros niños a responder a Dios diariamente, basado en las formas en que Él les está hablando a través de las Escrituras.

Padres, sigan adelante. El mejor regalo que les podemos dar a nuestros hijos es la exposición diaria a la Palabra de Dios, alimentada por la oración.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Casian.
Imagen: Lightstock.
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