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Nota del editor: 

Este artículo recomienda algunos recursos que solo están disponibles en inglés por ahora. En español puedes utilizar la Biblia Historias bíblicas de Jesús. El álbum de Dios y la creación es excelente para memorizar conceptos bíblicos básicos. Además, El rey prometido, La gran idea de Dios, y el Jardín, la cortina y la cruz son excelentes recursos para leer con tus niños pequeños. Si estás buscando algo más tecnológico, prueba la Biblia para niños de YouVersion.

Cuando nuestras hijas tenían alrededor de dos años, teníamos una rutina regular para ir a dormir. Usualmente incluía leer una historia, hacer una oración, dar abrazos y besos, y escuchar un poco de música antes de ir a la cama. También incluíamos a sus muñecos de peluche. El Sr. Cordero leía con nosotros y el perro Smiley recibía besos y abrazos. Una vez que se establecía el ritmo nocturno, cada paso importaba. Saber exactamente qué vendría después ayudaba a que nuestras niñas se sintieran seguras y confiadas.

Y cuando faltaba alguno de los pasos… bueno, recuerdo unas vacaciones a un parque de diversiones. Habíamos salido hasta tarde para ver los fuegos artificiales, así que nos saltamos algunos de los pasos normales para antes de ir a la cama. Como si eso fuera poco, descubrimos que Smiley se había quedado olvidado en un autobús de turistas. Como es de esperarse, ¡el sueño fue escaso esa noche! Aprendí lo mucho que mis hijas necesitan un ritmo regular para florecer.

Los cristianos saben que el ritmo debe incluir la instrucción religiosa, pero los niños pequeños siempre están en movimiento… no sorprende lo mucho que la mayoría de los padres batallen para acorralarlos y tener alguna especie de tiempo devocional familiar formal. El hecho de que los padres jóvenes también suelen estar en movimiento hace las cosas todavía más complicadas. Están ocupados estableciendo una carrera mientras crían niños pequeños al mismo tiempo. Es difícil estar presente con tus hijos cuando estás de guardia, trabajando tiempo extra, o trabajando en el tercer turno del día.

Creo que Dios conoce nuestras temporadas de vida, y estoy agradecido de que Él no nos da un modelo de devocionales familiares demasiado formal. Moisés le dijo a Israel que les enseñaran a sus hijos durante los ritmos regulares de vida: a la hora de la comida, a la hora de dormir, mientras iban por el camino, etcétera (Dt. 6:7).

Con esa perspectiva libre de culpa, aquí tienes cinco consejos rápidos para establecer una rutina devocional regular con tu niño pequeño.

1. Encuentra un tiempo que funcione.

En nuestra familia pudimos establecer la rutina más regular a la hora de dormir. Si trabajas en el tercer turno, eso no será realista. Mejor elige un tiempo regular en la mesa, quizá el desayuno. Te sorprenderá lo mucho que tus hijos te hacen rendir cuentas una vez que el patrón de adoración familiar se establece. Se convertirá en algo con lo que ellos cuentan y esperan con ansias. Empieza con algo pequeño, como leer una historia corta o hacer una oración. Sé consistente. Es mejor reunir a la familia una vez a la semana que exasperes a tus hijos con intentos fallidos por reunirse todos los días.

Hace poco hablé con un padre que trabajó por varios años en lo que él llama “el cambio grave”. Durante esa temporada, los devocionales nocturnos eran imposibles, así que él dependía mucho de enseñarle a sus hijos en dosis pequeñas durante el día. La esposa de mi amigo le leía a sus niños en la noche antes de ir a dormir, y él se tomaba un descanso de cinco o diez minutos en el trabajo para llamarles y orar con ellos.

Esta intencionalidad regular me resultó increíblemente alentadora. Aunque el no tener un tiempo devocional establecido puede parecer lejos del ideal, un enfoque regular “a cuenta gotas” para el discipulado familiar es en realidad bastante efectivo. De esta manera, podemos enseñarles a nuestros pequeños que relacionarse con Dios no es algo que simplemente marcamos como completado en nuestra lista de tareas del día; es la manera en que vivimos.

2. Lee algo sencillo.

Los niños de dos y tres años tienen una capacidad de atención de dos a tres minutos. Su vocabulario está limitado a entre 200 y 1500 palabras. Como un padre cuidadoso que corta la comida de su hijo en pedacitos digeribles, es importante mantener tu rutina breve y comprensible. Nuestros hijos más pequeños necesitan aprender el vocabulario de la fe —palabras bíblicas básicas como pecado, promesa, oración, y el nombre de Jesús— antes de seguir con conceptos más abstractos, como el perdón.

Si acabas de empezar con el tiempo devocional con tu niño pequeño, encuentra algún recurso que mantenga en mente estas consideraciones de desarrollo. Podrías probar con Read-Aloud Bible Stories de Ella Lindvall, Big Picture Story Bible de David Helm, o mi Beginner’s Gospel Story Bible.

3. Hablen con Dios.

Inclinen su cabeza. Cierren sus ojos. Dile a tus hijos que junten sus manos. (¡Para que no se golpeen entre ellos mientras oran! Ese truco ha funcionado durante siglos). Luego hablen con Dios. Que sea algo rápido y memorable; recuerda su pequeña capacidad de atención. En nuestra familia, adaptamos esta breve oración:

Gracias Dios por [el nombre del niño]. Ayúdalo a que crezca amando a y confiando en Jesús. Por favor ayúdalo a tener amigos piadosos y una esposa piadosa cuando sea grande. Por favor protégelo del peligro esta noche. Y de Satanás y sus planes. En el nombre de Jesús, amén.

4. Usen música para memorizar.

Nuestras niñas querían escuchar música mientras se dormían. Un amigo nos recomendó un álbum de canciones de cuna que le ponen música a las preguntas y respuestas del catecismo para niños. (Si tuviera niños pequeños ahora mismo, usaría los álbumes del Catecismo de la Nueva Ciudad y la música de Rain for Roots).

Nuestras hijas memorizaban grandes verdades simplemente porque las cantaban todas las noches. Otros excelentes álbumes musicales como los de Seeds Family Worship y PROOF Pirates tienen más ritmo y no son tan útiles a la hora de dormir. Pero nos aseguramos de que esta música estuviera en nuestro auto para cantar (¡a veces fuerte y ridículamente!) mientras conducíamos.

5. Dale a tus hijos tu completa atención.

La rutina devocional no será solo un tiempo para que impartas información a tus hijos; es un tiempo para que ellos estén contigo. Así que pon tu teléfono a un lado. Mira a tus hijos a los ojos y hazles saber que los estás escuchando. Muéstrales afecto, no solo cuando sea tiempo para los besos y abrazos antes de dormir. Acurrúquense. Jueguen luchitas.

Es a través de la atenta presencia de padres amorosos que los niños aprenden sobre su amoroso Padre celestial.


Originalmente publicado en The Gospel Coalition. Traducido por Ana Ávila.
Imagen: Lightstock.
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