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Cómo el exilio babilónico informa el evangelismo a la generación Z

Hace aproximadamente 2600 años, un dominante ejército babilonio llevaba a muchos judíos derrotados al exilio. El pecado de Israel se había acumulado durante años, lo que resultó en que Dios quitara Su protección del pueblo.

Pero Dios no los dejó en su destrucción. A través de la pluma de Jeremías, les dejó con instrucciones para sus años en Babilonia:

Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel, a todos los desterrados que envié al destierro de Jerusalén a Babilonia: «Edifiquen casas y habítenlas, planten huertos y coman de su fruto. Tomen mujeres y tengan hijos e hijas, tomen mujeres para sus hijos y den sus hijas a maridos para que den a luz hijos e hijas, y multiplíquense allí y no disminuyan. Y busquen el bienestar de la ciudad adonde los he desterrado, y rueguen al SEÑOR por ella; porque en su bienestar tendrán bienestar». Porque así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: «Que no los engañen sus profetas, que están en medio de ustedes, ni sus adivinos, ni escuchen los sueños que tienen. Porque les profetizan falsamente en Mi nombre. Yo no los he enviado», declara el SEÑOR (Jr 29:4-9).

La clave para este pasaje yace en el comienzo: edifiquen casas y planten huertos. Dios no los animó a que simplemente sobrevivieran ni les dio permiso de estar rumiando en su sufrimiento; Él les dice que se mantengan ocupados. «¿Qué deberían hacer? Deben hacer lo que siempre les he ordenado. Sean fructíferos y multiplíquense. Vivan sus vidas. Ámenme a Mí y amen a otros».

Estas instrucciones no son tanto un conjunto de reglas con un límite de tiempo, sino que son más bien los planos del mandato de Dios a todos los seres humanos para todos los tiempos.

¿Qué tiene que ver todo esto con la generación Z y su evangelismo? Todo.

Tuiteando para Babilonia

Al crecer en la era de las redes sociales, he sido testigo del desarrollo del ministerio en Internet como una forma de alcanzar a los perdidos. Los tiktokers publican videos llamativos para preguntar si pueden orar contigo, los usuarios de X (antes Twitter) comparten versículos bíblicos cortos y las plataformas se llenan de devocionales rápidos. (Admito que he utilizado mi cuenta de Instagram para publicar devocionales cortos con fines «evangelísticos», con la esperanza de que la gente los encontrara mientras deslizaba su pantalla). Sin duda, Dios ha utilizado estos medios para atraer a las personas hacia Sí mismo, pero el enfoque como un todo es insuficiente.

Si queremos alcanzar personas para Cristo, tendremos que hacer algo más que publicar contenidos que podrían perderse entre la sobreabundancia de los medios

Ya que la gente se pasa todo el día deslizando la pantalla e ingiriendo interminables piezas de entretenimiento del tamaño de un bocado, añadir un elemento religioso a la mezcla a menudo resulta contraproducente, ya que el medio remodela el mensaje a su forma. Seguir a Jesús deja de ser una adoración que se extiende a toda la vida para convertirse en un entretenimiento deslizable tipo «bocadillo». Aprecio cómo una publicación podría inspirar la reflexión, presentar la verdad bíblica y compartir el evangelio. Pero no estoy convencido de que esta deba ser la estrategia hacia la que canalicemos nuestra mejor energía.

La teología en pequeños bocados crea cristianos desnutridos y anémicos. La apologética tuiteable o la teología de TikTok rara vez inspiran una reflexión sustanciosa en los oponentes, porque el medio nos impulsa simplemente a pasar a otra cosa. Si queremos alcanzar a Babilonia para Cristo, tendremos que hacer algo más que publicar contenidos que podrían ser hallados, pero también perderse entre la sobreabundancia de los medios de comunicación. Tenemos que ser una presencia fiel, contracultural y convincente en la vida cotidiana.

Presencia encarnada en Babilonia

Los incrédulos siempre han necesitado una dieta constante de presencia cristiana tangible en sus vidas, a través de la cual puedan escuchar el evangelio contracultural y verlo en acción. Esto ocurre mejor en la rutina de la vida cotidiana, no en el éxtasis del centro comercial de dopamina que son las redes sociales.

Por eso debemos edificar casas y plantar huertos en el exilio, es decir, hacer las cosas normales de la vida cotidiana, de forma física, offline y a largo plazo. Cuando procuramos la presencia encarnada (v. 4), buscamos el bienestar del lugar y oramos por él (v. 7) y nos aferramos a la verdadera Palabra de Dios (v. 9), entonces estamos en mejores condiciones para guiar a las personas hacia Jesús de una manera que desafíe y perturbe el statu quo terrenal.

Ya sea que se den cuenta o no, los miembros de la generación Z no necesitan al Jesús diluido de las redes sociales (ni a un Jesús hipercaricaturizado y solo lleno de ira). No necesitan a un Jesús cuyas enseñanzas les provoque poner un «me gusta» de vez en cuando, cada vez que coincidan con cualquier otra cosa que les sirva el algoritmo. Necesitan a un Jesús que realmente transforme todos los aspectos de sus vidas. Este es el Jesús de la Biblia, y es mucho más satisfactorio que las versiones distorsionadas que creamos a nuestra imagen.

El discipulado de largo plazo, complicado y que lava los pies es el suelo más fértil para los conversos de la generación Z

La gran comisión no ordena a los creyentes que atraigan seguidores, sino que hagan discípulos, un término que implica aprender el estilo de vida de Jesús (Mt 28:18-20). En nuestra carne, somos propensos a amar al Jesús que satisface los apetitos carnales (Jn 6:27), pero cuando las cosas se ponen difíciles, los seguidores carnales a menudo se marchan (v. 66).

La advertencia es cierta acerca de la forma en que ganamos a los perdidos, la cual también es la forma en que tendremos que conservarlos. Si el evangelismo superficial y complaciente es un buey, el otro debe ser un discipulado superficial y complaciente para que el arado se mantenga en una línea recta. Pero quizás deberíamos hacer una pausa para reconsiderar la dirección hacia la que se dirige el arado.

El discipulado de largo plazo, complicado y que lava los pies es el suelo más fértil para los conversos de la generación Z. Los devocionales de Instagram pueden proveer una lluvia ocasional para ayudar al crecimiento, pero el crecimiento sostenible requiere un buen suelo cuidado con esmero. Dios puede usar cualquier tipo de suelo, pero es sabio que el agricultor se concentre en plantar en suelo fértil. Sí, Dios da el crecimiento, pero Pablo todavía plantó fielmente (1 Co 3:6).

Una forma en que mi iglesia se esfuerza por poner esto en práctica es a través de nuestro programa de capacitación. Inspirado en la instrucción de Pablo de «disciplinarse para la piedad» (cp. 1 Ti 4:7-8), el programa ofrece un ambiente intensivo para el discipulado dentro de grupos intergeneracionales.

Los participantes hacen conexiones profundas, comparten cargas y celebran la santificación, no solo a corto plazo, sino también después de la graduación. Los creyentes jóvenes sacan del pozo de la experiencia y la fidelidad de los creyentes mayores, lo que les ayuda a conformarse cada vez más a la imagen de Jesús. El objetivo es que, a medida que estos discípulos se equipan, sean enviados a evangelizar y desarrollar en sus redes relacionales seguidores de Jesús profundamente arraigados.

Independientemente de cómo se vea en nuestros contextos locales y en nuestras iglesias, pongámonos como meta seguir el ejemplo a largo plazo de Daniel y otros que demostraron fidelidad en Babilonia. Seamos fieles seguidores de Jesús en el exilio, predicando el evangelio y discipulando a otros a la manera contracultural de Cristo hasta que Él nos lleve a casa para siempre.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por María del Carmen Atiaga.
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