Mi nombre es Gerson Arvelo. Nací en República Dominicana, en el municipio de Gaspar Hernández, un pueblito costero en la parte norte de la isla.
Crecí en un hogar cristiano y desde muy pequeño tengo memorias de la manera en que mi familia servía al Señor. Mi padre dirigía el coro y mi madre cantaba; y por muchos años fui testigo de las largas horas de ensayo y la pasión incansable por la música congregacional que ellos tenían.
Como era de esperarse, mi padre me instruyó en la música durante mis primeros años de vida. Me enseñó a tocar el piano, y fue en la iglesia donde toqué mis primeras piezas.
Desde entonces, he visto la manera en que Dios abrió las puertas para que continuara mi preparación musical, mostrándome que sus propósitos siempre prevalecen ante mis planes. Y fue ese propósito divino el que me llevó a Estados Unidos años más tarde, donde tuve la oportunidad de realizar estudios en Composición Musical y Teología, en Cairn University.
La pandemia y el nacimiento de una canción
Nuestras vidas cambiaron de manera repentina con la llegada del Coronavirus. Me sentía abrumado y tenía muchas preguntas, pero no tenía respuestas.
Estaba confundido y no sabía cómo enfrentar el día a día. Recuerdo que le dije a mi esposa: “Hay que buscar de Dios”. Y con toda honestidad puedo decir que esta crisis me condujo a vivir lo que cantaba, lo que oraba y lo que predicaba; sin apariencias, humillado ante el Señor.
Recuerdo que una mañana, en medio del temor y la ansiedad al oír los avances de la pandemia, reuní a mi esposa e hijas para buscar el rostro de Dios. Tomamos un tiempo para orar y reflexionar en el Salmo 46, y vimos cómo el Señor confortó nuestros corazones trayéndonos una paz inexplicable.
Ese mismo día, mientras conversábamos con familiares y amigos, notamos que todos ellos también habían sido alentados por este mismo salmo. Y eso me impactó tanto, que el resto del día continué meditando en lo que el Señor estaba haciendo. Al final de la tarde, mientras estaba en el supermercado haciendo algunas compras, llegó a mi corazón una melodía que acompañaba a las palabras del salmista.
Cuando llegué a la casa, lo primero que hice fue abrir la Biblia y sentarme al piano. Mientras observaba los patrones de tensión y resolución del texto bíblico, fui añadiendo una textura melódica y armónica con las cuales buscaba reflejar el mensaje del salmista que nos invita a descansar en Dios.
Al terminar de componer la canción, tomé la guitarra y la grabé con mi teléfono para compartírsela a mis familiares y amigos, orando que mientras la escuchaban ellos también fueran alentados a descansar en Dios.
Fue así como la canción llegó a mi amigo Rogers Peralta, quien me animó a grabarla formalmente. Después de conversar y pensar en algunas ideas, invitamos a Isaac Polanco y Carlos García, quienes se unieron con mucho entusiasmo y trajeron aportes significativos a la composición y ejecución de la grabación. Entre ellos, está la inclusión de un fragmento instrumental del muy conocido himno de Martín Lutero, “Castillo Fuerte”, el cual nos conecta con las generaciones de creyentes quienes en diferentes eventos en la historia han alzado su voz para proclamar que en las circunstancias más adversas y oscuras Dios es nuestro refugio, auxilio, y fortaleza.
“Dios con nosotros”, un recordatorio para la iglesia
Vivimos tiempos sin precedentes para esta generación, y ciertamente no son tiempos gratos. El orgullo del hombre, quien cree tener las riendas de la historia, ha sido golpeado. Lo que parecía firme debajo de sus pies, no es más que arena. Y Aquel que es la roca firme nos llama hoy al arrepentimiento y la reconciliación.
Hoy tenemos frente a nosotros una gran oportunidad para traer esperanza y aliento a los que temen y sufren, proclamándoles la verdad y las buenas noticias que solo se encuentran en el Señor de los Ejércitos Celestiales, quien está entre nosotros; el Dios de Israel, quien es nuestra fortaleza (Sal. 46:11).
Dios con nosotros – Letra
VERSO I
Nuestro refugio en tribulación
Es Jesucristo el vencedor
Aun en tormentas y en tempestad
Su paz perfecta Cristo nos da
Aunque se muevan montañas al mar
Dios con nosotros por siempre estará
VERSO II
Si en todas partes domina el temor
Y en las naciones hay confusión.
Como un estruendo se escucha su voz
Que trae consuelo en la aflicción.
En Él confiamos hasta el final,
Dios con nosotros por siempre estará
VERSO III
Obras gloriosas a hecho el Señor
Por su justicia y por su amor.
Le damos gloria y honra al Rey
Que nunca falla y es siempre es fiel.
Le cantaremos por la eternidad
// Dios con nosotros por siempre estará //
