×

Empecemos con un pequeño juego para evaluar tu destreza teológica. Aunque no es difícil, es revelador. Solo debes contestar lo opuesto a la primera palabra:

Puro –› Impuro
Finito –› Infinito
Cristo –› Anticristo
Legalismo –› ¿?

Si respondiste “libertinaje” (lo cual parecería tener el mayor sentido, dado que libertinaje se define como “vivir sin ley”), probablemente estarás pensando entonces que no fue un examen muy complejo, ¿no es así? Sin embargo, la realidad es que te equivocas al nivel teológico. El legalismo y el libertinaje no son opuestos.

El Cristo completo

El Cristo completo

Poiema Publicaciones. 272 pp.

En El Cristo completo, Ferguson analiza los errores cometidos por la iglesia de Escocia en torno a esta polémica, a fin de que no sean repetidos por nosotros al ignorar la historia. Él desenmascara ambos lados del debate entre el legalismo y el libertinaje (el cual Ferguson trata en el libro con el término antinomismo). El autor nos muestra lo que estaba en juego —¡y sigue en juego!— en esta controversia: perder la esencia misma del evangelio.

Poiema Publicaciones. 272 pp.

Es precisamente por este error que se escribió The Marrow of Modern Divinity, un libro que, sin tratar de hacerlo, resultó en una controversia y en la expedición de un veredicto en su contra en 1720 en Escocia, y que permanece hasta hoy. En El Cristo completo, Sinclair B. Ferguson revive esta antigua polémica, conocida como “la controversia de Marrow”.

En su libro, Ferguson analiza los errores cometidos por la iglesia de Escocia en torno a esta polémica, a fin de que no sean repetidos por nosotros al ignorar la historia. Él desenmascara ambos lados del debate entre el legalismo y el libertinaje (el cual Ferguson trata en el libro con el término antinomismo). El autor nos muestra lo que estaba en juego —¡y sigue en juego!— en esta controversia: perder la esencia misma del evangelio. 

El evangelio es el camino angosto y hay dos precipicios a cada lado de la senda: el legalismo y antinomismo.

Legalismo, antinomismo, y evangelio

El libro contiene once capítulos que se pueden dividir en cuatro secciones: la controversia, el legalismo, el antinomismo, y la seguridad del evangelio. El tema central que permea todo el libro es el evangelio.

El resumen de la obra es, en palabras del autor: “Es un fracaso en este punto lo que conduce al error de prescribir una dosis de antinomismo para curar el legalismo, o viceversa, en lugar del antídoto evangélico de nuestra unión con Cristo por gracia” (p. 86). Ferguson explica que no hay una diferencia real entre el legalismo y el antinomismo, ya que son gemelos que brotan del mismo error doctrinal: la distorsión del carácter y persona de Dios.

La controversia que aborda el autor se dio entre dos grupos: los “hombres Marrow” y la Asamblea General de la Iglesia de Escocia. Es fascinante que ambos grupos se adhirieron fervientemente a la Confesión de Fe de Westminster; aún así y con todas sus similitudes, hubo respuestas diferentes a ciertas preguntas que los dividieron: ¿Cómo se debe predicar el evangelio? ¿Cómo se relaciona el arrepentimiento con la fe?

Ferguson argumenta a favor de los hombres Marrow, quienes creían que la Asamblea había comprometido la gracia del evangelio. Por otro lado, la Asamblea consideraba que los hombres Marrow caían en el libertinaje, haciendo el evangelio barato. Ninguno de los dos grupos se declararía a sí mismo como legalista (creyéndose salvo por sus obras) o antinomiano (creyéndose libres de obedecer la ley) porque ambos errores son mucho más que meras afirmaciones doctrinales; estos son afectos del corazón y de cómo se concibe a Dios.

La pregunta definitiva que demuestra la postura del corazón es: “¿Cuál era el propósito de la ley?”. Según el apóstol Pablo, hay dos respuestas equivocadas: “Una conducía al legalismo al contrabandear la ley en el evangelio; la otra conducía al antinomismo al implicar que el evangelio abolía completamente la ley” (p. 76). Para Ferguson, la manera en la que uno relaciona el evangelio y la ley determina si tiende hacia el legalismo o el antinomismo, pero ambos son al fin de cuentas iguales. El autor concluye concluye: “Aunque en un sentido el antinomismo es el error ‘opuesto’ al legalismo, en otro sentido es el error ‘equivalente’, porque de un modo similar separa la ley de Dios del carácter de Dios” (p. 141). El único remedio disponible es el evangelio.

Por eso los hombres Marrow defendieron la enseñanza central del evangelio en el libro disputado, para que la gracia del evangelio no fuera aislada por la tendencia que la Asamblea tenía hacia un espíritu legalista.

Ferguson cierra ofreciendo unos remedios y maneras de identificar el legalismo y antinomismo, pero además explora la seguridad del evangelio. La misma seguridad de salvación puede generar estos dos errores, porque uno puede sentirse seguro por su obediencia (legalista), y el otro puede sentirse seguro por la gracia infinita (antinomiano). Ambas trampas surgen desde los afectos del corazón; es posible afirmar intelectualmente el evangelio, pero creer en el fondo uno de los dos errores y así oscurecer el evangelio verdadero.

Un reto que vale la pena

Al concluir el libro se pueden realizar cuatro apreciaciones. Primero, es un recurso increíble para diseccionar el corazón al examinar si se está tendiendo hacía el legalismo o el antinomismo y cómo remediarlo. Segundo, profundizar en el evangelio magnifica la unión con Cristo y muestra su importancia inigualable en la vida cristiana. Tercero, la audiencia primaria del autor son los pastores, pero esto no quiere decir que las aplicaciones del libro excluyen la aplicación personal transformativa para el lector laico. Cuarto, es una lectura académica ardua.

El libro explora historia presbiteriana, doctrina puritana, teología histórica, polémica dogmática, libros no traducidos al español, autores antiguos, y cuenta con 31 páginas de notas de pie. El nivel de lectura requerido es bastante alto y puede intimidar a algunos lectores al desafiarse con este precioso libro. Sin embargo, para cualquiera que desee profundizar en las riquezas del evangelio, contemplar el rostro glorioso de Cristo y que no tema retar su mente tanto como su alma, este libro vale la pena.

CARGAR MÁS
Cargando