×

Algunos preferimos desasociarnos de la iglesia, porque hemos sido lastimados por ella en algún momento. Pero la realidad es que jamás podremos hacerlo, ¡porque nosotros mismos somos la iglesia! Más bien, tenemos una responsabilidad de vivir en santidad y desafiar el pecado en nuestras propias vidas, el cual afecta la forma en que percibimos a la iglesia.

Eso es precisamente lo que vemos en la carta de Pablo a Corintios. Esta es una carta dirigida a una iglesia pródiga. Una iglesia que había sido santificada en Cristo Jesús, pero que ahora se habían apartado y necesitaba encontrar el camino de regreso al Padre.

CARGAR MÁS
Cargando