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Más allá de los eslóganes: Una perspectiva cristiana sobre Gaza

Mi primer viaje como adulto a los territorios palestinos fue a principios de la década de los 2000. Ver el sufrimiento de los palestinos, en particular de los cristianos palestinos, cuyas historias rara vez aparecen en los titulares internacionales, me conmovió profundamente. Durante esa visita, un hombre muy querido me explicó que los cristianos palestinos suelen estar atrapados en un triángulo de sufrimiento.

Hoy, mientras veo las noticias y me pregunto qué creer sobre quién necesita alimentos y quién los está bloqueando, no dejo de pensar en aquellos cristianos, porque el conflicto en el Medio Oriente inevitablemente lleva a un incremento de la persecución cristiana.

Triángulo de sufrimiento

En una esquina del sufrimiento palestino se encuentra el corrupto liderazgo Fatah, que controla Cisjordania y muchos de los campos de refugiados palestinos. Fatah se conoce oficialmente como el Movimiento Nacional de Liberación de Palestina, y su liderazgo con frecuencia ha priorizado el beneficio personal por encima del bienestar de su pueblo.

El conflicto en el Medio Oriente inevitablemente lleva a un incremento de la persecución cristiana

En otra esquina se levanta imponentemente el control israelí, con sus puestos de control y restricciones. Los ataques de colonos israelíes extremistas contra las comunidades palestinas incluyeron recientemente una aldea con muchos cristianos palestinos. El embajador estadounidense, Mike Huckabee, calificó estos hechos como «un acto de terrorismo» y «un crimen».

La tercera esquina quizá presenta la amenaza más grave: la creciente influencia de Hamás y otros grupos extremistas religiosos que son abiertamente hostiles hacia los cristianos. La hostilidad de estos grupos va mucho más allá de lo teórico. En 2007, militantes de Hamás asesinaron a Rami Ayyad, un trabajador de la Sociedad Bíblica Palestina en Gaza, simplemente por su testimonio cristiano. Estos actos de persecución han creado un clima de temor que lleva a muchos cristianos palestinos a huir de su tierra ancestral, contribuyendo al éxodo constante del cristianismo de la región donde nació nuestra fe.

A esta tragedia se suma el hecho de que incluso los estados árabes vecinos a menudo miran con desdén a los palestinos. Los palestinos se han convertido en un pueblo sin hogar y, para nuestros hermanos cristianos, esta existencia en el exilio conlleva un dolor especial, ya que ven cómo sus comunidades se reducen y sus antiguas iglesias se vacían o son objeto de ataques directos.

No hay narrativas limpias

Como seguidores de Cristo, debemos resistir la tentación de reducir la complejidad del sufrimiento humano a las narrativas simples que se ajustan a nuestras preferencias políticas.

Lo que pasó el 7 de octubre de 2023 fue un perverso acto de odio por parte de los extremistas islámicos. Los ataques contra civiles israelíes fueron actos terroristas horribles que justificaban una represalia. Los observadores imparciales no pueden concluir que la respuesta militar y política de Israel fuera injustificada. Sin embargo, algunos cuestionarán si esa respuesta fue proporcionada y estratégica, con un plan viable para la gobernabilidad y la estabilidad a largo plazo.

Debemos resistir la tentación de reducir la complejidad del sufrimiento humano a las narrativas simples que se ajustan a nuestras preferencias políticas

La narrativa de los principales medios de comunicación y el reciente reconocimiento de la condición de Estado palestino parecen predeterminados: Israel es el agresor y los palestinos son las víctimas. Los periodistas occidentales han cubierto ampliamente los intentos de arrojar alimentos desde el aire a la población hambrienta de Gaza. Abundan los artículos que critican a la Fundación Humanitaria de Gaza y a su liderazgo evangélico, cuestionando su capacidad para la «imparcialidad». Sin embargo, estas mismas publicaciones guardan un silencio evidente sobre las prácticas de contratación de la ONU y su sesgo documentado contra los cristianos convertidos del islam, algo de lo que mi organización es testigo con regularidad.

Un llamado a la consistencia cristiana

Los problemas del Medio Oriente no se resolverán reduciéndolos a hashtags o consignas en los campus universitarios. Requieren un compromiso paciente, una comprensión matizada y el tipo de amor sacrificial que caracteriza al auténtico testimonio cristiano.

Nuestra vocación es defender la justicia, la paz y la protección de los vulnerables, especialmente de nuestros hermanos en Cristo perseguidos

Esto significa hablar con la verdad sobre el terrorismo de Hamás, al mismo tiempo que reconocemos el sufrimiento palestino. Significa apoyar el derecho de Israel a defenderse, al mismo tiempo que cuestionamos si todas sus tácticas sirven a la causa de la justicia. Significa preocuparnos por Gaza, sin olvidar a aquellos que sufren en muchas otras situaciones en Oriente Medio. Significa defender a los cristianos palestinos, al mismo tiempo que defendemos a las familias judías.

La imagen de Dios se refleja tanto en los rostros israelíes como en los palestinos, tanto en los niños judíos como en los árabes, quienes merecen seguridad y dignidad. Nuestra vocación es defender la justicia, la paz y la protección de los vulnerables, especialmente de nuestros hermanos en Cristo que son perseguidos. En última instancia, nuestra esperanza no reside en soluciones políticas, sino en el Príncipe de Paz, quien un día restaurará todas las cosas.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por María del Carmen Atiaga.
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