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Nota del editor: 

El pastor John Piper recibe preguntas de algunos oyentes de su programa Ask Pastor John. A continuación te compartimos una de esas preguntas y su respuesta.

El tema de hoy es sensible. Recibimos muchas preguntas de muchos oyentes, obviamente sobre una amplia gama de situaciones en la vida. Muchas de estas preguntas nos llegan desde lugares bastante quebrantados. Creo que eso es cierto en este caso. Recibimos un correo electrónico de una mujer, mujer de nacimiento, nacida con dos cromosomas X. Ella ha escrito de forma anónima para preguntar esto: 

«Pastor John, hola. Me encuentro en una etapa de mi vida en la que estoy considerando seriamente extirparme las partes femeninas de mi cuerpo —es decir, los pechos y el útero— porque ya no quiero ser mujer. Las mujeres son percibidas como vasos frágiles cuyo único propósito es tener hijos. Incluso las Escrituras apoyan esa ideología», escribe. «Como “mujer” moderna, no deseo tener hijos ni casarme, sino tener una carrera de éxito para ayudar a los menos afortunados y a los animales a vivir mejor. Mi pregunta es la siguiente: ¿Hacer esto con mi cuerpo sería pecado?».

Sí, sería pecaminoso, y probablemente sería terriblemente destructivo para ti como persona. Quiero darte seis razones para esta respuesta a lo que has dicho. Espero que estés dispuesta a escucharme, porque esto no va a ser fácil de oír para ti. Espero que tengas la valentía para escuchar.

1. El propósito de la mujer

No, ni la Biblia ni la iglesia han dicho o insinuado jamás que el único propósito de la mujer sea tener hijos, ni es esa la opinión de la inmensa mayoría de los seres humanos del mundo. El mero hecho de que digas esto demuestra el conflicto que tienes, porque sabes que no es cierto. Sabes que no es verdad. Sabes que en los evangelios, las mujeres siguieron a Jesús y le sirvieron de muchas maneras (ver Lc 8:1-3). Sabes que Pablo se refiere a numerosas mujeres que trabajaron lado a lado con él en el evangelio. Sabes que el amor entre un hombre y una mujer en el matrimonio es mucho más profundo y rico que solo hacer bebés. Sabes que, a lo largo de la historia, las oraciones y el servicio de las mujeres han cambiado el rumbo de comunidades una y otra vez. Sabes que hoy las mujeres trabajan en cientos de vocaciones, y la mayoría de ellas lo hacen alegremente como mujeres, no a pesar de ser mujeres.

Ni la Biblia ni la iglesia han dicho o insinuado jamás que el único propósito de la mujer sea tener hijos

Tú sabes estas cosas y aun así dices que se percibe a las mujeres solo con el propósito de tener hijos. Me pregunto por qué. ¿Por qué dices eso? Lo que parece es que no estás pensando con claridad. No estás hablando ni pensando con claridad. Hablas y piensas sin cuidado, y ese no es un buen punto de partida para tomar una decisión tan importante como la que estás contemplando. Sería una locura.

2. Más débil por sabiduría

Sí, la mujer es un vaso más frágil, como dice Pedro (1 P 3:7) y como todo el mundo sabe. Por eso existe la liga profesional de baloncesto femenino, el voleibol universitario femenino, la gimnasia femenina, el atletismo femenino, el fútbol femenino, el Tour de Francia femenino. Dios hizo a los hombres más fuertes, y hay razones para ello, y Él realmente es sabio. Él realmente es muy bueno en la toma de tales decisiones. Si no confías en Él por la manera en que hizo el mundo, entonces esa es una de las principales razones por las que lo que estás a punto de hacer es pecado. No estás actuando con fe, sino con ira y resentimiento por la forma en que Dios te hizo. Evidentemente, no estás confiando en la sabiduría de Dios, sino negándola. Ese no es un lugar seguro desde el cual tomar esta decisión enorme.

Pero además de este punto hay algo triste. Cuando termines de mutilarte, seguirás siendo parte del sexo más débil. Puedes hacerte el pecho plano, pero eso no te hará fuerte. Puedes poner testosterona en tu cuerpo y hacer que te crezca más pelo y que tu voz sea más grave, pero seguirás siendo una mujer. Serás más débil que el 90 % de los hombres de tu edad. De hecho, serás más débil que antes, no más fuerte, porque fingir es debilidad. Vivir una vida intentando ser lo que no eres es una vida de debilidad.

3. Los deseos mejores de Dios

Dices: «Como mujer moderna, no deseo tener hijos ni casarme». Tengo dos preguntas para ti. Primero, ¿tu deseo es tu dios? Eso parece. ¿Le estás preguntando humildemente al Dios vivo y verdadero: «Dios, ¿cuáles son tus deseos? ¿Cuál es tu voluntad para mí?». ¿Eso es importante para ti? ¿O tu deseo es definitivo? Si lo es, esa es otra evidencia de pecado detrás de tu pensamiento.

Segundo, ¿qué tal si tu deseo cambia en cinco o diez años? Oh, cómo me gustaría saber tu nombre para poder decirte con toda seriedad: «En serio, Camila, en serio, piensa en esto». Seguro que has vivido lo suficiente para saber que lo que deseas hoy puede no ser lo que desees mañana. Tú sabes esto. En un momento, puedes destruir toda una vida de posibilidades que tal vez desees desesperadamente algún día. Si me ignoras en esto y crees que puedes predecir tus deseos dentro de diez años, estás delirando. Lo sabes. Despierta. Sé realista. No sabes cuáles serán tus deseos dentro de diez años. No cortes esas posibilidades.

4. El servicio a los demás para la gloria de Cristo

Si quieres servir a los menos afortunados, ¿quieres hacerlo por amor a Cristo? ¿Quieres hacerlo por Su gloria? Si no, es idolatría. Si lo haces, entonces ¿por qué no le consultas cómo puedes glorificarlo a través de tu cuerpo de la forma en que Él te hizo? Es decir, si Su gloria te importa a la hora de servir a los pobres, ¿no te importará en cómo ser una mujer?

5. El servicio a los demás como mujer

Si realmente amas a las personas y te preocupas por los menos favorecidos, eso le importa a Dios tanto como a ti. Él ama eso, y por eso millones de mujeres competentes, solidarias, perseverantes y que exaltan a Cristo están a la vanguardia en muchos de esos ministerios de compasión y justicia. ¿Por qué pensarías que serás mejor amante de los necesitados como un hombre falso que como una mujer verdadera? Sabes que eso es inconsistente.

Querida amiga, eres una maravilla femenina de la obra de Dios, y por mucho que la desmenucen no dejará de ser una obra maestra diseñada por Dios

Si realmente quieres dar tu vida por el bien de otros menos favorecidos, alabado sea Dios. Eso es lo que Él quiere para ti. Él lo quiere más que tú, y te hizo perfectamente apta para Su llamado a que lo hagas. Los pechos, el útero, las hormonas, el ciclo mensual, las estructuras cerebrales, todo ello es gloriosamente adecuado para lo que Él te está llamando a hacer. Él no es estúpido. No comete errores. Tu re-creación de ti no será mejor amante de los pobres que la creación que Dios hizo de ti.

6. Mujer de principio a fin

Dios nos hizo hombre y mujer, y somos hombre y mujer de principio a fin. La gloria de la feminidad no es algo tan superficial como los pechos y el útero. Está marcada en cada célula de tu cuerpo, en cada dimensión de tu alma, en cada parte de tu cerebro. Ni siquiera puedes empezar a deshacer el misterio profundo de tu feminidad. Tu feminidad es como la levadura en la masa, como el color en la pintura de tu vida, como el aroma en la flor que eres, como la melodía en la canción. Querida amiga, cuyo nombre desearía saber, eres una maravilla femenina de la obra de Dios, y por muchas rasgaduras que tenga no dejará de ser una obra maestra diseñada por Dios.

Así que, concluyo, sí, sería un pecado, una tragedia, y casi con toda seguridad un trágico arrepentimiento si te mutilaras para intentar ser lo que no eres y lo que Dios no te creó para ser. Te ruego que no lo hagas. Ríndete a Él, y a Su voluntad, y a Su sabiduría, y a Su amor, y a Su Hijo Jesús, y encontrarás una vida asombrosa de propósito como Él te creó para ser.


Publicado originalmente en Desiring God. Traducido por Eduardo Fergusson.
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