“Siembren para ustedes según la justicia, Sieguen conforme a la misericordia” Oseas 10:12.
Este pasaje continúa con el tema de la disciplina de Dios sobre Sus hijos. En versículos anteriores hemos visto no solo el justo juicio de Dios, pero también Su gran amor y misericordia en favor de Su pueblo.
Vemos entonces en este versículo la idea de sembrar y segar, de que cuando hacemos algo podemos esperar un resultado, nos muestra que con el arrepentimiento y búsqueda intencional de vivir vidas que den la gloria a Dios, viene también cierta respuesta de Dios a esto.
Sin embargo, es importante ver que esto no significa que es un intercambio “equitativo”, que no significa que Su respuesta sea en directa proporción de nuestras buenas obras, o intenciones. Su respuesta, dice el versículo, sigue siendo de gracia, misericordia y bondad para con nosotros.
Es importante recordar y reconocer esto regularmente en nuestra vida puesto que estamos acostumbrados en este mundo a buscar ese intercambio equitativo, “justo” a nuestro parecer y en relación directa a nuestro esfuerzo.
Si empezamos a ver nuestra relación con Dios de esta forma sin duda que nos toparemos con la pared. Su respuesta nunca va a ser exactamente lo que anticipamos y nunca se prestará a nuestro deseo de manejarlo a nuestra conveniencia. Y es que aún en nuestra relación con Dios muchas veces nuestras motivaciones llevan cierto grado de justicia propia, orgullo, independencia y autosuficiencia
Las Buenas Noticias para ti y para sin son que, por otro lado, si reconocemos que siempre las respuestas de Dios en nuestro favor son evidencias de Su gracia y amor incondicional por nosotros, que en Cristo somos Suyos y aceptos ante El, tendremos un corazón agradecido y gozoso en medio de circunstancias difíciles que no entendemos y en nuestro continuo esfuerzo e intencionalidad en la vida de fe.
Piensa en esto y encuentra tu descanso en El.
