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En los últimos años se nos ha estado inculcando la idea de que es necesario, para que una dieta sea saludable, que se respete el equilibrio y las proporciones adecuadas. Hay alimentos que comeremos todos los días, como el pan, el arroz o las verduras. Otros los comeremos con frecuencia, pero en menos cantidad, como la carne. Y hay otros, como los dulces, que se pueden incluir para añadir interés y variedad a la dieta, pero solo de vez en cuando.

De la misma manera, en el ministerio de la predicación en la iglesia local es bueno que haya cierta variedad. Una presentación monótona no abre el apetito. Pero además, debemos respetar que hay cierto alimento que debe ser continuo, de todos los domingos, mientras que otros elementos se deberán incluir solo de vez en cuando. La postura que defiende este artículo es la siguiente: las predicaciones que se centran en una biografía de un personaje bíblico, o los mensajes temáticos, son los elementos que se pueden incluir de vez en cuando para que haya variedad. Pero la dieta estándar de todos los domingos debe ser la exposición de pasajes bíblicos. Es más, podemos concretar más: la dieta saludable es la serie de exposiciones de pasajes consecutivos. O sea que domingo tras domingo se vaya explicando y aplicando el mensaje de pasajes de un mismo libro bíblico. ¿Por qué debe ser así? Se pueden dar muchas respuestas diferentes. Christopher Ash, en el apéndice de su librito The Priority of Preaching, da siete razones. ¡Richard Mayhue da nada menos que quince!, en su capítulo Rediscovering Expository Preaching, en el libro de ensayos del mismo título. Aquí daremos ocho. La predicación expositiva y, sobre todo, la serie de exposiciones bíblicas…

1. Permite que sea Dios el que marque la pauta

En la predicación expositiva nos marcamos como objetivo prioritario el descubrir y exponer lo que quiso decir Dios en y a través de un determinado pasaje. No venimos al texto con un tema ya en mente que creemos que se tratará allí. Empezamos con el texto de la Palabra de Dios y nos esmeramos en entender cuál fue la intención del primer autor (tanto el autor humano como el divino que supervisó su labor literaria). En su mejor versión, la predicación temática intentará también estudiar con seriedad los distintos textos que tocará, pero siempre va a estar abierta a la pregunta “¿por qué estos pasajes?” Por ejemplo: ¿por qué tratar estos tres aspectos del matrimonio y no otros tres diferentes? Y la respuesta es que al predicador le han parecido los más interesantes,  relevantes o importantes. En la predicación expositiva también trataremos el matrimonio, por ejemplo cuando prediquemos una serie sobre Efesios toparemos con el capítulo 5. Pero al exponer el tema en el contexto de una serie, lo haremos guiados por los aspectos que Dios quiso agrupar juntos en un mismo contexto.

2. Facilita respetar el contexto del texto

Una de las objeciones a la predicación expositiva es que requiere demasiado esfuerzo el estudiar a fondo los detalles del pasaje. Pero una predicación temática que toca tres pasajes diferentes requiere del predicador que estudie a fondo el contexto histórico de tres pasajes; o sea, tiene que hacer tres veces más trabajo de estudio previo… ¡a no ser que el predicador se salte su obligación de hacer ese estudio! Pero si hace esto correrá el grave peligro de sacar el texto de su contexto, y utilizarlo con un fin diferente al que la ha dado Dios. Además, a la hora de predicar en una serie expositiva, no tendremos que hablar mucho del contexto histórico si ya lo hemos tratado en las exposiciones anteriores, mientras que en un mensaje temático deberíamos por lo menos mencionar los distintos contextos de cada pasaje.

3. Respeta la forma que Dios le dio a la Biblia: libros, no textos aislados

No encontramos en la Biblia ningún libro llamado “la vida de Pedro”. Por lo tanto, sería bueno preguntarnos: ¿por qué no?  En la sabiduría de Dios, y bajo la soberana guía del Espíritu Santo, Él nos ha dado 66 libros distintos entre sí, no 31,103 versículos aislados. Tampoco nos dio una Biblia tipo enciclopedia, compuesta de una serie de artículos temáticos organizados de forma alfabética: Alegría; Amor… Dios ha tenido sus razones al darle a la Palabra la forma que tiene. La predicación expositiva se esfuerza en poder contestar la pregunta “¿por qué tenemos este pasaje y este libro en la Biblia?”

4. Enseña a la congregación cómo leer y usar la Biblia

La serie de exposiciones bíblicas es la forma de predicación que mejor enseña a los oyentes cómo pueden ellos mismos alimentarse de la Palabra de Dios. De forma natural les va ayudando a entender el contexto histórico y cultural de distintas partes de las Escrituras. Además, va tendiendo el puente de aplicación desde distintos géneros bíblicos a la situación actual. ¡Es mucho mejor enseñar a pescar que solo dar un pescado a la semana!

5. Evita que nos ciñamos a nuestros temas o pasajes favoritos

El gran peligro de ir seleccionando textos aislados de domingo en domingo es que de forma inconsciente podemos ir escogiendo textos que nos interesan a nosotros. Si somos hombres casados y con hijos quizás prediquemos continuamente sobre la familia. Si tenemos don de evangelista quizás siempre estemos exhortando a la congregación a esforzarse más en la evangelización. Pablo pudo decir al concluir su ministerio en Éfeso que había declarado todo el consejo de Dios.

6. Obliga a predicar los pasajes difíciles

Sin duda hay pasajes muy difíciles en las Escrituras. Lo pueden ser por el género literario, como ciertos pasajes apocalípticos. La dificultad puede ser la doctrina que contienen, que choca con la sensibilidad de la audiencia. Si vamos predicando textos aislados o series temáticas, ¿cuándo llegaremos a predicar sobre los textos que nos parecen los más complicados? Sin darnos cuenta vamos creando un “canon dentro del canon”, pero entonces dejaremos de lado ciertas doctrinas que Dios ha querido que se enseñen y proclamen.

7. Da autoridad al predicador

Tarde o temprano es probable que cada predicador sea acusado de predicar algo con intención de señalar a alguien en concreto. Es verdad que esto es un peligro que acecha a cada predicador. Oramos que el mensaje llegue a los corazones de los oyentes, pero es un abuso del púlpito el atacar a alguien de forma personalizada. Por carácter hay predicadores que se sienten atraídos a los pasajes polémicos, otros los esquivarán. La mejor defensa contra estos dos peligros opuestos es la misma: la serie de predicaciones expositivas. Entonces la respuesta a la pregunta “¿Por qué has predicado hoy sobre el capítulo 3?” será sencilla…  “Porque viene después del capítulo 2 que estudiamos el domingo pasado”. Esto significa que tanto la congregación como el predicador mismo son protegidos en mayor medida contra la selección sesgada de temas o textos. Como consecuencia, el predicador tiene mayor autoridad al abordar temas espinosos porque está siendo fiel al mensaje, sea popular o no.

8. Imparte variedad de contenido y de forma

La predicación expositiva a veces tiene la mala fama de ser aburrida. Es verdad que en manos de algunos puede ser tediosa, sobre todo si la introducción es algo así: “Hermanos, la semana pasada llegamos al versículo 22 del capítulo 9 de la epístola a los Hebreos y hoy empezamos con el versículo 23…”. Pero no tiene ni debe ser así. El retomar una serie de predicaciones sobre Hebreos ¡no exime al predicador del trabajo arduo de meditar bien la aplicación ni de buscar una buena introducción que capte el interés! Lo curioso del caso es que la predicación expositiva bien practicada no resta sino que imparte variedad a la presentación. No se debe predicar de la misma manera cuando estemos exponiendo un episodio dramático de la vida de David en 2 Samuel como cuando estemos exponiendo los refranes y dichos memorables recogidos en el libro de Proverbios. Respetar la diferencia de género debe impartir también una diferencia de presentación del mensaje. Para mantener una variedad en nuestra presentación y una autoridad en nuestra predicación es necesario comprometernos con la exposición de la Palabra de Dios, y en especial con las series de exposiciones. Resulta que la dieta equilibrada, además de saludable, a la larga es la más apetecible.

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