En 1997, el único lugar en línea para discutir ideas estaba en las salas de chat de MSN. Si los blogs hubiesen existido cuando conocí a Cristo, yo habría sido ese chico que escribe en las secciones de comentarios en MAYÚSCULAS PARA QUE ENTIENDAN MI PUNTO.
Me frustraba con las personas que no parecían tomar en serio su fe. Me enojaba con los padres de niños pequeños que siempre llegaban tarde. Me enojaba con las familias por no inscribirse en los estudios bíblicos. Me enojaba con los miembros de la iglesia por no asistir a la escuela dominical. Me enojaba con personas que tenían tiempo de creyentes por no conocer las cosas que yo acababa de aprender. Me enojaba con la juventud que hacía los mismos disparates que yo había hecho siendo un incrédulo. Y sin duda me enojaba si la gente no usaba la NVI. Hoy en día me hubiesen llamado un joven calvinista enojado. Lo único es que yo no sabía nada acerca de Juan Calvino o cualquier otra persona en el mundo Reformado.
Luego me fui al seminario y mi compañero de cuarto me dio el apodo de “D el divertido”. Estaba frustrado con los profesores, los estudiantes, y con las personas de mi iglesia local. En mi primer encuentro con un cierto profesor de Nuevo Testamento Canadiense en el Trinity Evangelical Divinity School, de nombre Donald y apellido Carson, lo desafié abiertamente. No sabía lo que estaba haciendo. Yo era un joven, tonto emocionado.
Se dice que es difícil llevarse bien con los reformados jóvenes y que tienden a estar enojados. Estoy de acuerdo. Pero no es porque sean reformados. Es porque son jóvenes, niños en la fe. No es cierto de cada cristiano joven, pero parece ser particularmente cierto de los hombres con celo académico y tendencia al estudio.
¿Por qué tan enojado?
He visto esta trayectoria repetirse regularmente en las vidas de otros. Me preguntaba cómo este patrón de orgullo podría suceder. ¿Cómo puede un joven cristiano, con el ancla de una teología centrada en Dios, ser tan tonto? Por esto: él no es maduro.
Leer un libro cristiano, o asistir a una clase, o haber sido mentoreado por seis meses no te hace maduro. Sin duda contribuye un poco, pero si el discipulado es una carrera, apenas estás empezando a mover los pies. Tu viejo hombre ha sido crucificado, pero cuando abres un libro sobre cualquier tema, todavía lo lees con lentes de inmaduros. Tu experiencia limitada te hace pensar que el último libro que leíste es normativo. En tu visión limitada del mundo, las generalizaciones hacen mucho sentido.
Aquellos de nosotros que hemos caminado con Cristo durante muchos años debemos tratar de comprender a estos jóvenes cristianos. El mundo de hoy nos permite decir más cosas en un foro público que en cualquier otro momento de la historia. ¿Quieres expresar tu descontento con un ministerio cristiano instantáneamente? Solo dirígete a la computadora y deja que el mundo lo sepa. Sé agradecido de que no había Twitter cuando eras joven.
¿Cómo prevenirlo?
No hay una solución absoluta. Todo el mundo necesita crecer y pasar por el dolor de la adolescencia. Sin embargo, si eres un joven cristiano enojado, o conoces a alguien que lo es, he aquí algunas maneras para ayudar a fomentar la madurez.
No quites la pasión. Los jóvenes cristianos a menudo son un soplo de aire fresco. Su optimismo, celo, y pasión son dignos de imitar en algunas situaciones. Hay una razón detrás de que la edad promedio de aquellos que salieron con Hudson Taylor era 25. La pasión necesita ser avivada, pero las raíces deben ser profundizadas estar preparados para el maratón. La resistencia le gana al celo.
No esperes madurez. Todos queremos que las personas crezcan más rápido que lo que ellos pueden. La mayoría de los cristianos que encuentran Desiring God a los 22 años de edad son niños espirituales. Debemos esperar estallidos en línea debido a que la mayoría de las personas que comentan son jóvenes. Recuerda tu juventud y cómo te hubiese querido ser corregido. Mejor aún, piensa en la forma en que tú deseas que tus propios hijos sean corregidos.
Aprende de alguien fuera de tu campamento teológico. Si eres un joven calvinista, te ofrezco esta sugerencia. Conocí al Señor leyendo un libro de Greg Boyd, que está fuera de mi campamento teológico hoy. Una profesora Anglicana, ahora una amiga, me enseñó griego. Fui mentoreado por un fundamentalista, un bautista reformado, y más tarde un arminiano egalitario. Tomé clases con personas que ayudaron a traducir la NTV. Aprendí de diversos tipos de evangélicos. No terminé menos seguro de mi doctrina, pero ahora me acerco debates evangélicos con un poco más de gracia y un lenguaje familiar.
Busca un mentor. Encuentra una persona con quien puedes hablar cara a cara. Me preocupa cada vez que alguien me dice que la persona más influyente en su vida es alguien que él no conoce. Encuentra una persona real que puede reunirse contigo, que incluso te puede introducir a su vida familiar y laboral para mostrarte cómo relacionarte con las personas.
Conoce a los cristianos de clase trabajadora. Este punto ha sido una de las grandes experiencias de mi vida, y pasó mientras estaba pastoreando una pequeña iglesia. Rápidamente me di cuenta de mi tono severo hacia un número de segmentos de nuestra sociedad que no era ni útil ni parecido en nada a Cristo.
No cedas a las expectativas culturales de la amabilidad cristiana. Una manera en que las personas le gusta tomar la delantera en un debate es afirmando que estás siendo odioso. Lo que realmente quieren decir es que eres una persona desagradable a menos que estés de acuerdo con ellos. Así que los calvinistas tienen un espíritu desagradable debido a que tienen un Dios terrible que predestina a las personas al infierno. Los complementarianistas son malos porque subyugan a las mujeres. La gente va a señalar Mateo 7:1 y te dirá que seas más como Jesús (excepto en los momentos donde Él castigó gente). Tú pudieras ser la persona más agradable del mundo, y todavía te llamarían un intolerante. La política de “ser agradable” no soporta el estar en desacuerdo.
Si estás frustrado con los arrebatos juveniles, no te quejes más. Busca a uno de los culpables, y enséñale cómo ser un discípulo. Si eres joven, deja que alguien te haga discipule. Probablemente todavía vas publicar algunas cosas en línea de las que te arrepentirás en los próximos años, como también le hubiera sucedido a muchos otros si hubieran tenido la tecnología que tenemos hoy..