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Desde la respuesta a la pandemia y pasando por la justicia racial y la política, el año pasado trajo una gran cantidad de controversias públicas y, con ellas, una presión a que los pastores aborden estos temas. Si las figuras públicas están hablando sobre un tema, incluyendo a los líderes cristianos en foros como TGC, ¿no es razonable esperar que tu pastor también lo aborde? Dado que tantas otras personas (incluyendo cristianos) están tan equivocadas, ¡sería bueno que tu pastor trajera claridad al asunto!

Como ministro que pastorea a estudiantes universitarios durante la semana y se sienta los domingos en las bancas de la iglesia, quiero animar a mis compañeros de banca a pensar cuidadosamente si queremos que nuestros pastores aborden los eventos actuales con regularidad. Aunque ciertamente hay asuntos que los pastores deben hablar, nuestras expectativas sobre esto tienden a ser demasiado altas y, paradójicamente, pueden reflejar un entendimiento muy superficial del llamado de un pastor.

Nuestras expectativas de que los pastores hablen sobre eventos actuales… pueden reflejar un entendimiento superficial del llamado de un pastor

Tu pastor es empleado por Dios como su representante, para hablar las palabras de Dios como heraldo del Rey y cuidar del rebaño de Cristo como el sub-pastor del Buen Pastor. Sin duda, este llamado es alto, pero también es específico y limitado. Esto es algo por lo que podemos estar agradecidos, aún cuando signifique que él no ofrezca las palabras perfectas para todos los eventos importantes.

Estas son cinco verdades a tener en cuenta.

1. Tu pastor tiene autoridad específica y limitada

A pesar de lo que algunos miembros de la congregación (y pastores) puedan pensar, un pastor no es un orador cristiano de TED Talk; ocupa un cargo designado por el Rey con autoridad y responsabilidades específicas. Cuando un pastor predica, se está involucrando con un tipo particular de discurso que fluye de su ministerio único, lo cual fortalece y a la vez limita su discurso.

Si eres miembro de una congregación, tu pastor tiene el derecho y el deber de exhortarte que asistas al culto público todas las semanas, que lo escuches y que prestes atención a lo que dice. Ese poder extraordinario proviene de su autoridad para hablarte las palabras de Dios. Como un abogado contratado por un cliente para hablar en su nombre, tu pastor no habla por sí mismo. Esto debería darles un sentido sano de precaución, tanto al pastor como a los miembros de su iglesia, al considerar si el pastor debe (y cómo y dónde hacerlo) hablar sobre acontecimientos actuales. Deberíamos estar agradecidos de un pastor que toma en serio su llamado y tiene cuidado de no abusar de su autoridad única.

2. Tu pastor tiene un mensaje específico y limitado

Aunque un pastor ciertamente puede ofrecer un seminario nocturno opcional sobre jardinería o cualquier otro tema, esa no es la razón por la cual Dios lo empleó. Él es llamado de manera única por Dios para anunciar a Cristo, advirtiéndote y enseñándote con toda sabiduría, con gran esfuerzo y lucha, para que pueda presentarte perfecto en Cristo (Col 1:28-29). Esto incluye aplicar el evangelio a tu vida diaria, pero su hablar siempre debe apuntarte a Jesús.

Un pastor no es un orador cristiano de TED Talk. Ocupa un cargo designado por el Rey con autoridad y responsabilidad específicas

Cada semana, tu pastor solo tiene tu atención por un tiempo limitado. Aunque es posible que a veces quisieras que se apresure, debemos desear y celebrar su mayordomía de ese tiempo para hablarnos de las buenas nuevas de Jesús, aún si eso significa hablar menos o de manera diferente sobre una controversia pública determinada.

3. Tu pastor tiene un propósito específico y limitado

Además de proclamar la Palabra de Dios, un pastor también pastorea al pueblo de Dios. A tu pastor se le ha encomendado la labor exclusiva de tu cuidado espiritual y está dedicado a tu progreso y gozo en la fe (Fil 1:25). Si va a hablar sobre una controversia pública, debe ser con ese propósito. Él no es responsable de asegurarse de que toda su gente tenga la opinión correcta sobre cada tema de actualidad en disputa. Como cristiano, debes preocuparte totalmente por estos temas y discutirlos con tus hermanos y hermanas. Tu pastor, sin embargo, no está llamado a arbitrar todas las conversaciones, y eso es bueno tanto para él como para ti.

4. Tu pastor tiene un rebaño específico y limitado

Un pastor está llamado a cuidar de personas específicas, en una congregación específica, en un lugar específico (Heb 13:17). No puede pastorear al mundo entero y esto necesariamente afectará tanto los temas que aborda, como su manera de hablar sobre ellos. Dios ha empleado a tu pastor para que cuide de ti y de tu iglesia con un cuidado personal específico. A pesar de la impresión que dan las redes sociales y las noticias, no todos los temas son globales. De hecho, puede ser muy edificante que tu pastor hable de las preocupaciones locales en lugar de los últimos titulares nacionales.

5. Tu pastor tiene una capacidad específica y limitada

Más allá del llamado limitado de un pastor por parte de Dios, debemos reconocer sus limitaciones como ser humano. Un pastor no puede hacerlo todo. Está llamado a orar, estudiar la Biblia, escribir un sermón, visitar a los enfermos, aconsejar a los heridos, evangelizar a los perdidos y dirigir una iglesia. Buscarás en vano en la Biblia tratando de encontrar las opiniones expertas y controversiales dentro de la lista de responsabilidades pastorales.

Buscarás en vano en la Biblia tratando de encontrar las opiniones expertas y controversiales dentro de la lista de responsabilidades pastorales

Tu pastor ciertamente puede pasar 10 horas esta semana manteniéndose al día con la última controversia y elaborando la declaración perfecta que expresará la verdad con amor, preservará la paz de tu iglesia y honrará su autoridad limitada dada por Dios, pero ¿es así realmente como tú (y Dios) quiere que invierta su tiempo y energía limitada? Esto será apropiado en ocasiones, y algunos pastores tendrán dones únicos para hacer más de esto en su ministerio. Pero podemos y debemos estar agradecidos por los pastores que se toman en serio las limitaciones de su elevado llamamiento, tanto en principio como en la práctica.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
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